Bolívar doméstico, texto teatral de Roberto Azuaje, sobre la saga íntima del Libertador con su primera y única esposa María Teresa Rodríguez del Toro, ganó el Premio Nacional de Dramaturgia Cesar Rengifo 2011, de la Alcaldía de Caracas, según el veredicto unánime del jurado que integraron el veterano dramaturgo Rodolfo Santana, el historiador Pedro E. Calzadilla y el critico Carlos Herrera.
Roberto Azuaje (Caracas, 1965), abogado de profesión y escritor con varias obras teatrales, algunas galardonadas, explica que le proceso de investigación y redacción de la pieza premiada lo inició en 2006. “Desde aquellos días comencé las lecturas de todo el material disponible acerca de la historia conyugal de Simón y María Teresa, que no era poco. Conseguí trabajos muy interesantes de escritores venezolanos como Teresa de la Parra, Vinicio Romero, Francisco Herrera Luque, José Rosario Araujo y Luis Beltrán Reyes; diversos autores colombianos, muy acuciosos todos, especialmente el historiador Juan Guillermo Restrepo Restrepo, donde encontré la anécdota acerca del faldellín de bautizo del Libertador, muy importante para el desenlace de esta obra; así como repasar los textos tradicionales bolivarianos como El Diario de Bucaramanga de Perú de la Croix y Augusto Mijares, toda la correspondencia de Bolívar (mi padre me regaló la Biblioteca Simón Bolívar que publicó la Editorial Cumbre en los 70's), los documentos legales referentes al matrimonio, la útil Internet y mis propios conocimientos acerca del héroe, pues desde muy niño soy bolivariano irredento. Fue una experiencia extraordinaria, pues lo que se escribe sobre Bolívar crece con el pasar de los años en progresión geométrica y es difícil seguirle el paso. Luego de eso, me metí de lleno con la recreación de la cotidianidad de la época, asunto para lo que me ayudó mucho los cuentos de mi bisabuela y el tío de mi abuela, a quienes afortunadamente conocí. Visitar la casa del tío Ricardo en Nirgua, Yaracuy, era como viajar en el tiempo al siglo XIX. Después, establecí la acción dramática, dejé que la información cuajara en mi mente y luego escribí la obra, de un tirón, en sólo un mes”.
-¿Por qué abordar un teatro sobre una faceta tan poco conocida de Bolívar?
-Tal como se lo dije a usted, en otra oportunidad, uno de mis mayores intereses como escritor es levantar las lozas de mármol que aprisionan a nuestros personajes históricos, especialmente a los más importantes, como Bolívar. Al examinar todo el material, yo mismo me sorprendí la escasez de obras de ficción acerca de ese período tan importante de la vida del Libertador. Apenas una novela (que por cierto no pude conseguir) escrita por Gladys Revilla. Más sorprendente aún es que la adolescencia es parte importante de nuestra formación como individuos y peor que nadie se interesase por recrear esa etapa de la vida de Bolívar. La adolescencia nos marca, en ella adquirimos nuestros hábitos futuros, los rasgos más importantes de nuestra personalidad, y más aún una adolescencia como la de Bolívar, que fue muy colorida, fuera de lo común, con matices verdaderamente interesantes. Lo que el Libertador vivió en su adolescencia, especialmente su matrimonio, lo preparó para sus futuras gestas. También quise dar a conocer mi visión del personaje de María Teresa, que no era una "muñequita de salón" como pretenden algunos, sino que hay la certeza histórica que era una mujer digna de la avasallante personalidad de Bolívar, culta, inteligente y capaz. Fue la mano derecha de don Bernardo, su padre, en la administración de los negocios familiares, y mientras estuvo en San Mateo acompañó a Bolívar en la dirección de su mayorazgo en forma muy activa. Pienso que el vasallaje familiar que vivió María Teresa inspiró a Bolívar a cambiar el estado de cosas de nuestro continente. En fin, quise hacer un retrato bastante fiel de los personajes para que el espectador disfrutase su dimensión humana y se identificara con ellos.
-Al leer el texto hay pasajes históricos y otros que son historias noveladas, ¿cómo trabajo o combino esos procesos con la historia y con la ficción?
-Todas las situaciones que aparecen en la obra son perfectamente comprobables en los textos históricos. La anécdota, ambientada en la ciudad neogranadina de Popayán, es totalmente cierta, sólo que algunos autores señalan que ocurrió en casa de José Rafael Arboleda y otros en la hacienda del general Joaquín Posada Gutiérrez, a quien yo preferí por su nombre tan evocador. El cortejo en la casa del Marqués de Ustáriz y la petición de mano se acercan bastante a la realidad, especialmente el acto de petición de mano, según deduje de los documentos legales de la época. Lo sucedido en San Mateo fue referido por el propio Libertador, recogido por Luis Beltrán Reyes, y la revelación final acerca de María Teresa la deduje de lo aportado por el historiador colombiano Restrepo Restrepo. El 90 por ciento de lo que se dice y hace en la obra es invención mía, y el arte de la pieza se encuentra en que hice creíble todo lo que yo imaginé en el marco de esa realidad histórica, permitiendo al espectador vivir un hecho ficticio como si éste hubiese ocurrido de verdad
-¿Cómo hacer para que Bolívar domestico suba a las tablas?
-Pese a que el veredicto fue emitido en plena Semana Santa de 2011, ya hay varias personas que me han llamado porque están interesadas en representarla. Pienso que la mejor oportunidad de hacerlo es ahora, que se cumplen 130 años del natalicio de María Teresa y 200 años del 5 de julio y no esperar cuatro años como ha sucedido con mis otras obras estrenadas en Venezuela. Mi obra sobre Fernández Morán, representada en Inglaterra e inédita en Venezuela, es la única que se ha estrenado el mismo año de su publicación.
-¿Cuántas obras de corte histórico lleva hasta ahora?
-Tal como dije antes, uno de mis intereses principales es levantar la loza de mármol que ahoga a nuestros principales personajes históricos. Cuando mi obra José Amindra fue premiada en 2004, fui al Panteón Nacional y prometí escribir una obra sobre cada uno de los personajes a quienes considero "la Santa Trinidad de la Patria". Ya cumplí con Miranda y Bolívar, me falta Sucre, para quien tengo un hermoso proyecto para cine, pues ya existe una muy buena obra teatral sobre el Mariscal de Ayacucho. Si consideramos que mis obras teatrales versan sobre personajes de la vida real, todas serían históricas: José Amindra (Miranda), El más mejor (Vicente Paúl Rondón), Siete grados de entropía tropical (Humberto Fernández Morán) y ahora Bolívar doméstico, Hay otra pieza que está esperando veredicto en un concurso internacional que se aleja un poco de lo histórico (sin abandonarlo del todo) y mis proyectos de cine y televisión que son totalmente de ficción. Sin embargo, mi sueño sería que en nuestro país se representasen en teatro, cine y TV los hechos más importantes de nuestra historia, tal como sucede en países como Francia, Alemania o Brasil. Hay mucho por hacer. Me gusta escribir sobre lo que nadie ha escrito antes. El signo de los tiempos me dirá cuando cambiar los temas que suelo abordar. Tengo 15 proyectos en espera, entre ellos mi primera novela, por lo que espero que Dios me dé la fuerza para terminarlos, pues las ganas siguen como el día que escribí mi primera obra a los 10 años de edad.
Roberto Azuaje (Caracas, 1965), abogado de profesión y escritor con varias obras teatrales, algunas galardonadas, explica que le proceso de investigación y redacción de la pieza premiada lo inició en 2006. “Desde aquellos días comencé las lecturas de todo el material disponible acerca de la historia conyugal de Simón y María Teresa, que no era poco. Conseguí trabajos muy interesantes de escritores venezolanos como Teresa de la Parra, Vinicio Romero, Francisco Herrera Luque, José Rosario Araujo y Luis Beltrán Reyes; diversos autores colombianos, muy acuciosos todos, especialmente el historiador Juan Guillermo Restrepo Restrepo, donde encontré la anécdota acerca del faldellín de bautizo del Libertador, muy importante para el desenlace de esta obra; así como repasar los textos tradicionales bolivarianos como El Diario de Bucaramanga de Perú de la Croix y Augusto Mijares, toda la correspondencia de Bolívar (mi padre me regaló la Biblioteca Simón Bolívar que publicó la Editorial Cumbre en los 70's), los documentos legales referentes al matrimonio, la útil Internet y mis propios conocimientos acerca del héroe, pues desde muy niño soy bolivariano irredento. Fue una experiencia extraordinaria, pues lo que se escribe sobre Bolívar crece con el pasar de los años en progresión geométrica y es difícil seguirle el paso. Luego de eso, me metí de lleno con la recreación de la cotidianidad de la época, asunto para lo que me ayudó mucho los cuentos de mi bisabuela y el tío de mi abuela, a quienes afortunadamente conocí. Visitar la casa del tío Ricardo en Nirgua, Yaracuy, era como viajar en el tiempo al siglo XIX. Después, establecí la acción dramática, dejé que la información cuajara en mi mente y luego escribí la obra, de un tirón, en sólo un mes”.
-¿Por qué abordar un teatro sobre una faceta tan poco conocida de Bolívar?
-Tal como se lo dije a usted, en otra oportunidad, uno de mis mayores intereses como escritor es levantar las lozas de mármol que aprisionan a nuestros personajes históricos, especialmente a los más importantes, como Bolívar. Al examinar todo el material, yo mismo me sorprendí la escasez de obras de ficción acerca de ese período tan importante de la vida del Libertador. Apenas una novela (que por cierto no pude conseguir) escrita por Gladys Revilla. Más sorprendente aún es que la adolescencia es parte importante de nuestra formación como individuos y peor que nadie se interesase por recrear esa etapa de la vida de Bolívar. La adolescencia nos marca, en ella adquirimos nuestros hábitos futuros, los rasgos más importantes de nuestra personalidad, y más aún una adolescencia como la de Bolívar, que fue muy colorida, fuera de lo común, con matices verdaderamente interesantes. Lo que el Libertador vivió en su adolescencia, especialmente su matrimonio, lo preparó para sus futuras gestas. También quise dar a conocer mi visión del personaje de María Teresa, que no era una "muñequita de salón" como pretenden algunos, sino que hay la certeza histórica que era una mujer digna de la avasallante personalidad de Bolívar, culta, inteligente y capaz. Fue la mano derecha de don Bernardo, su padre, en la administración de los negocios familiares, y mientras estuvo en San Mateo acompañó a Bolívar en la dirección de su mayorazgo en forma muy activa. Pienso que el vasallaje familiar que vivió María Teresa inspiró a Bolívar a cambiar el estado de cosas de nuestro continente. En fin, quise hacer un retrato bastante fiel de los personajes para que el espectador disfrutase su dimensión humana y se identificara con ellos.
-Al leer el texto hay pasajes históricos y otros que son historias noveladas, ¿cómo trabajo o combino esos procesos con la historia y con la ficción?
-Todas las situaciones que aparecen en la obra son perfectamente comprobables en los textos históricos. La anécdota, ambientada en la ciudad neogranadina de Popayán, es totalmente cierta, sólo que algunos autores señalan que ocurrió en casa de José Rafael Arboleda y otros en la hacienda del general Joaquín Posada Gutiérrez, a quien yo preferí por su nombre tan evocador. El cortejo en la casa del Marqués de Ustáriz y la petición de mano se acercan bastante a la realidad, especialmente el acto de petición de mano, según deduje de los documentos legales de la época. Lo sucedido en San Mateo fue referido por el propio Libertador, recogido por Luis Beltrán Reyes, y la revelación final acerca de María Teresa la deduje de lo aportado por el historiador colombiano Restrepo Restrepo. El 90 por ciento de lo que se dice y hace en la obra es invención mía, y el arte de la pieza se encuentra en que hice creíble todo lo que yo imaginé en el marco de esa realidad histórica, permitiendo al espectador vivir un hecho ficticio como si éste hubiese ocurrido de verdad
-¿Cómo hacer para que Bolívar domestico suba a las tablas?
-Pese a que el veredicto fue emitido en plena Semana Santa de 2011, ya hay varias personas que me han llamado porque están interesadas en representarla. Pienso que la mejor oportunidad de hacerlo es ahora, que se cumplen 130 años del natalicio de María Teresa y 200 años del 5 de julio y no esperar cuatro años como ha sucedido con mis otras obras estrenadas en Venezuela. Mi obra sobre Fernández Morán, representada en Inglaterra e inédita en Venezuela, es la única que se ha estrenado el mismo año de su publicación.
-¿Cuántas obras de corte histórico lleva hasta ahora?
-Tal como dije antes, uno de mis intereses principales es levantar la loza de mármol que ahoga a nuestros principales personajes históricos. Cuando mi obra José Amindra fue premiada en 2004, fui al Panteón Nacional y prometí escribir una obra sobre cada uno de los personajes a quienes considero "la Santa Trinidad de la Patria". Ya cumplí con Miranda y Bolívar, me falta Sucre, para quien tengo un hermoso proyecto para cine, pues ya existe una muy buena obra teatral sobre el Mariscal de Ayacucho. Si consideramos que mis obras teatrales versan sobre personajes de la vida real, todas serían históricas: José Amindra (Miranda), El más mejor (Vicente Paúl Rondón), Siete grados de entropía tropical (Humberto Fernández Morán) y ahora Bolívar doméstico, Hay otra pieza que está esperando veredicto en un concurso internacional que se aleja un poco de lo histórico (sin abandonarlo del todo) y mis proyectos de cine y televisión que son totalmente de ficción. Sin embargo, mi sueño sería que en nuestro país se representasen en teatro, cine y TV los hechos más importantes de nuestra historia, tal como sucede en países como Francia, Alemania o Brasil. Hay mucho por hacer. Me gusta escribir sobre lo que nadie ha escrito antes. El signo de los tiempos me dirá cuando cambiar los temas que suelo abordar. Tengo 15 proyectos en espera, entre ellos mi primera novela, por lo que espero que Dios me dé la fuerza para terminarlos, pues las ganas siguen como el día que escribí mi primera obra a los 10 años de edad.
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