La periodista Alejandra Otero Ramia decidió profesionalizarse como actriz y escogió el teatro Premium, en Los Naranjos, para mostrar convincentemente el monólogo En blanco, bien escrito y con decantada dirección del cineasta Ignacio Castillo Cottin, el cual presenta a las 5:30 PM de los días sábados.
Mini Monet, personaje de En blanco, plasma en escasos 45 minutos todo su derrotero existencial como soltera de 27 años que se autoatormenta por sus cabellos rizados, que califica de “pelo malo” o “pelo de negra”, y porque no ha conseguido el hombre adecuado para casarse y procrear una familia normal, como se estila entre las féminas de su clase social acomodada, a pesar de ser instruida, políglota y de buen ver.
Inicialmente puede creerse que se trata de otro unipersonal feminista intrascendente, como tantos que pululan en los escenarios caraqueños, pero la realidad es otra, si se tiene consciencia que las mujeres viven, en todo el planeta, una situación social totalmente diferente a la masculina, porque existen normas, pautas o leyes que ejercen feroces discriminaciones hacia el mal llamado “sexo débil”. Las razones o sinrazones de esa exclusiones son de origen religioso y vienen desde las más remotos tiempos, aunque han cambiado por las acciones decididas de muchas mujeres y con el respaldo recibido de grupos progresistas, especialmente desde el siglo XIX, cuando se armó un tremendo escándalo con la pieza Casa de muñeca, de Henrik Ibsen.
Por supuesto que hay millones de mujeres que desafiaron las trabas machistas, pero aún quedan otros millones bloqueadas por unas comunidades, donde hasta otras féminas ponen sus gramitos de odio, porque aunque las leyes apuntalen cambios, los desatinos sociales persisten cual cargas atávicas. El trabajo de Alejandra es memorable, no solo por su valentía al denunciar muchas de las irregularidades que persisten en el comportamiento social, sino porque muestra en escena su talento para componer a unos 15 personajes, que constituyen el entorno donde Mini Monet se desenvuelve, alisa sus cabellos y además deshoja la margarita de su soltería, por supuesto.
Al ver y disfrutar con inmenso placer este En blanco, recordamos dos espectáculos que marcaron pauta libertaria durante las dos últimas décadas caraqueñas: El aplauso va por dentro de Mónica Montañés, con Mimi Lazo,puesto en escena por Gerardo Blanco López y Los monólogos de la vagina de Eve Ensler, con veteranas comediantas,dirigidas por Héctor Manrique.
Ahora a ese tren de mujeres rebeldizadas hay que agregar la colega periodista Alejandra, cuya pasión y tesón reivindicativo -lo lleva en sus genes por sus ancestros- la hacen romper lanzas para cambiar definitivamente la vida femenina en estos tiempos, cuando ya no hay tanta preocupación por “los pelos malos” ni tampoco cunde el pánico ante la decisión de ser madres solteras sino logran desposarse con el caballero de marras, porque bien saben que los matrimonios de compromiso o de amor ya no duran ni una luna de miel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario