En la caraqueña Torre del Teatro,
como los teatreros llaman cariñosamente al monumental edificio de BOD, en
La Castellana, comienza la temporada teatral 2014 con varios estrenos y otras
tantas reposiciones, precisamente de aquellos espectáculos más favorecidos por la
crítica y el público. Tal es el caso de Enemigo
del pueblo, según la versión que hice Ugo Ulive a partir del texto original
de Henrik Ibsen (presentado en 1882), muy bien producida por el grupo Skena, el cual
comanda Basilio Álvarez, desde hace tres décadas.
Este Enemigo del pueblo es para nosotros no solo el mejor montaje de la temporada 2013, sino
que también permite ponderar la actuación de Jorge Palacios, además de la
severa dirección de un joven como Armando Álvarez, bien apuntalado
por los comediantes Basilio Álvarez, Juan Carlos Ogando, Alejandro Díaz, Israel
Moreno, Beatriz Mayz, Patrizia Aymerich, Luis Ernesto Rodríguez, Valentina Ortiz y
Daniel Colmenares, entre otros.
En esencia, este Enemigo del
pueblo, versionado por Ugo Ulive, cuestiona crudamente los
excesos en que pueden caer y hasta naufragar algunos países democráticos, cuando son dirigidos por
gobernantes malignos y mentirosos. Su saga se centra en el balneario de un
poblado, el cual tiene contaminadas sus aguas por una bacteria muy peligrosa
para la salud de los usuarios. El médico Tomás Stockman (Basilio), hermano del
gobernador de esa comarca, Pedro (Jorge), da la voz de alerta y cunde el
escándalo público. No conviene que se conozca la verdad que propala el galeno y
logran silenciarlo, utilizando especialmente el poder político y la
nefasta manipulación de los medios de comunicación, los cuales le mienten
descaradamente a la comunidad con una campaña mediática liderizada por el
maquiavélico Pedro Stockman. El destierro o la miseria esperan al decente Tomás
y su familia.
Con la versión adaptada a los años 60 del siglo XX, el director Álvarez
utiliza creativo apoyo audiovisual para crear la atmosfera donde se
desenvuelven los hermanos Stockman: Tomas, humanista y preocupado por la salud
física y mental de su comunidad, y Pedro, político con pretensiones que ve
peligrar su carrera si impide el crecimiento del balneario ante la eventualidad
de las enfermedades de sus usuarios. Pero se impone el poder sobre la verdad y
como las bacterias no podrán ser manipuladas mediáticamente, como sí lo
hacen con el pueblo, más temprano que tarde generaran epidemias…pero ya eso es
otra pieza teatral.
Los espectadores de Enemigo del pueblo además de ser impactados por la claridad de la anécdota, presencian la utilización de varios actores que representan al pueblo y están en el patio de butacas, para aplaudir a Pedro y mofarse de Tomás, con lo cual generan una absurda situación, porque son obvios embusteros.
Los espectadores de Enemigo del pueblo además de ser impactados por la claridad de la anécdota, presencian la utilización de varios actores que representan al pueblo y están en el patio de butacas, para aplaudir a Pedro y mofarse de Tomás, con lo cual generan una absurda situación, porque son obvios embusteros.
Este juego con un falso pueblo
eleva la temperatura del espectáculo y provoca una catarsis casi explosiva del
público, que comparará esa realidad con otras situaciones allende el escenario.¡Es un montaje altamente recomendable
por su temática y las actuaciones ahí presentes!
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