Serrano y Maduro en una venezolanización de la novela rusa |
Nada es más
importante que el amor y la libertad, piensan los artistas y reflexionan los filósofos,
según Albert Camus. Pero según el teatrero Juan Souki (Caracas, 1980) esas dos
palabras o ese par de conceptos son las únicas razones para vivir. Y por eso ha
versionado y montado Crimen y castigo,
espectáculo que desde el viernes 17 de julio estará exhibiendo el Teatro
Municipal de Chacao, una producción de Imaginarios de Venezuela.
Juan, nuestro
conocido desde cuando era liceísta y hacia sus experimentos escénicos en los
festivales del Ateneo de Caracas, dice entusiasta que fue durante el año 2007,
en Nueva York, cuando leyó por primera vez la novela Crimen
y castigo de Fyodor Dostoievski y decidió llevarla al
teatro. Y es ahora cuando la muestra.
-¿Por qué versiona
y no monta una obra de autor venezolano?
-Me encontré con
la novela hace siete años y desde entonces empezó el ciclo de adaptarla. El
enamoramiento no vino por la nacionalidad sino por los personajes y las
historias que viven. Aunque es un clásico de la literatura rusa creo que de
alguna manera habla mucho de nosotros, los venezolanos
-¿Está al tanto de la dramaturgia criolla?
-Me la paso
soñando con materializar proyectos. Hay
nombres que me interesan mucho, no todos dramaturgos, tampoco todos están
vivos. Me encantaría montar a Cabrujas y me encantaría hacer algo sobre textos
de Herrera Luque. En el teatro actual me interesa mucho el trabajo de Indira
Páez, Elio Palencia, Mónica Montañés, Karin Valecillos... Me encantaría
trabajar con todos, además de con algunos escritores de generaciones más nuevas
como Marianery Amín, Roberto Linares y Roberto Lahoud. Una de las cosas
que más me interesa es la idea de hacer proyectos teatrales no convencionales
colaborando con artistas de otros ramos, he tenido en los últimos años
experiencias maravillosas con César Miguel Rondón. Me encantaría hacer teatro
documental con Tamoa Calzadilla y teatro gastronómico con Helena Ibarra. La
lista pica y se extiende... hasta el infinito.
-¿Qué dice su versión al país?
-Que nada es más importante que el amor y la libertad. Con
este montaje, Imaginarios de Venezuela busca crear una experiencia cultural de
entretenimiento que celebre los valores humanos más fundamentales y promueva un
espacio de pensamiento y conversación a través de las artes, así como acercar a
las nuevas generaciones a la literatura universal.
- ¿Está actualizada o contemporizada su versión?
-En sus diarios,
describiendo lo que sería la ficción de Crimen y castigo, Dostoievski escribió:
“La acción es contemporánea, sucede en julio del año en curso... Un joven,
expulsado de la Universidad y viviendo en un estado de pobreza extrema sucumbe
ante ciertas ideas que están en el aire y decide romper en bruto con su
situación desafortunada. Ha decidido matar a una anciana, esposa de un
concejal, que presta dinero y cobra intereses”. La historia se mantiene pero el
contexto cambia, mi versión ocurre hoy. El punto de encuentro con la novela
original es un momento de profunda crisis económica, de profunda crisis de
identidad.
-¿Cómo es su propuesta escénica?
-Está compuesta
por escenas realistas y escenas de ensueño. Las realistas son cinematográficas,
intimistas y con mucho trabajo de texto; he disfrutado mucho el trabajo de
creación con Sócrates Serrano, Prakriti Maduro y Carlos Sánchez Torrealba. Son
actores comprometidos, inteligentes y con mucho que decir, el proceso ha sido increíble.
Los delirios y escenas de ensueño son momentos muy visuales, apareció en el
proceso creativo un nexo entre el despertar del personaje y el despertar de San
Juan en nuestro imaginario. Nos inspiramos en un canto de Tarmas, un llamado a
San Juan, y junto a Betsayda Machado, Nereida Machado y Rafael González entró
un elemento afro venezolano, casi místico en el espectáculo. Hay un ensamble de
diez actores jóvenes que nos acompaña cantando y componiendo esas escenas de
ensueño.
-¿Qué tiempo tendrá en temporada y con quienes hace
este trabajo?
-Vamos a estar
cuatro semanas en el Centro Cultural Chacao en el Rosal, hasta el 17 de Agosto.
Un montón de amigos y colaboradores muy especiales y también un grupo de
diseñadores muy queridos, que están regados por el mundo y que tienen mucho
tiempo involucrados en este sueño. La música es original de Xavier Losada, el
diseño de vestuario de Freddy Mendoza, la escenografía de Jian Jung, las luces
de Lucrecia Briceño, diseño audiovisual de Alejandro Armas Vidal y gráfica de
Oscar Bastidas. Se han involucrado con nosotros también las hermanas Machado. En
el ensamble comparten con nosotros: Alan Ohep, Suki Landaeta, Carlos Dugarte,
Carlos Fabián Medina, María Gabriela González, José Guedes, Daniela Martínez,
María Victoria Farías, Amneris Ramírez y David Colmenares.
Amor e intriga
Crimen
y castigo trae al presente venezolano un relato de amor,
con elementos de thriller policial y obra de intriga. Conduce al espectador en
una jornada a través de los más oscuros pliegues de la mente de un criminal, y
expone el alma de una persona poseída simultáneamente por el bien y el mal, que
no puede escapar de su propia conciencia. En un montaje dinámico y atractivo, se
plasma la historia de Román (Serrano), un estudiante de Leyes que abandona sus
estudios por razones económicas y conflictos personales, quien se convierte en
el sospechoso principal del asesinato de dos ancianas prestamistas que abusaban
de la pobreza de sus clientes. Un oficial de policía (Torrealba) sospecha de
Román. Tras conocerlo se identifica con distintos aspectos de su personalidad.
Entre los dos se inicia un debate acerca de los conceptos primarios de justicia
e igualdad entre los seres humanos. Acechado, los días pasan agobiando al joven
quien sufre de delirio de persecución, pesadillas e insomnio. Su conciencia
vigilante se subleva y no lo deja en paz. En medio de semejante crisis, cuenta
con el apoyo afectivo de Sonia (Maduro). Juntos se sumergen en un viaje que los
obliga a cuestionar su identidad, su rol en la sociedad y el sentido de la
vida. Esta versión de Crimen
y castigo explora
conceptos primarios de justicia e igualdad entre los seres humanos y comparte
con el público una discusión sobre la importancia del amor y la justicia en
tiempos de crisis.
Literatura rusa
Crimen y castigo de Fyodor Dostoievski figura entre las novelas más leídas de la historia
desde su primera publicación en 1866 y es reconocida por indagar en los valores
humanos más fundamentales. Los diálogos mantenidos entre el protagonista y el
inspector de policía, son considerados por algunos autores como una de las
cimas de la literatura universal. Junto con el
texto Guerra y paz (1869) de León Tolstoi, se le considera
una de las obras más influyentes e
internacionales de las letras rusas.
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