sábado, julio 12, 2014

Fedora cerró festival de teatro gay

"La última noche de Fedora" cerró el evento en el Celarg
Con la escenificación del espectáculo hiperrealista  La última noche de Fedora  culminó el I Festival de Teatro Rosa de Caracas 2014, realizado entre el 4 de junio y el 6 de julio, organizado y producido para el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo  Galllegos (Celarg) por el crítico Bruno Mateo, directivo de Avencrit, y el productor Elvis Romero.
El Festival de Teatro Rosa, dice Mateo, es una iniciativa que nació  en Bogotá, impulsada por la Corporación Barraca Teatro, con la intención de sensibilizar, visibilizar y educar  sobre temas polémicos, como son todos los relacionados con la diversidad sexual, teniendo a las artes escénicas como vehículo. Ahora este Festival de teatro Rosa Caracas es una réplica del que se viene realizando desde hace cuatro años en Colombia y pretende  unificar esfuerzos en la lucha por la diversidad en  Latinoamérica.
El nombre de Festival Rosa tiene que ver directamente con las teorías queer que toman los elementos negativos y homofóbicos para luego resignificarlos de una manera positiva hacia el objeto despreciado. “Precisamente el color Rosa siempre se ha asociado a la homosexualidad de una forma peyorativa y aquí se resignifica de una manera”, subraya Mateo.
Bajo el eslogan “Estamos aquí”, en el Festival de Teatro de Caracas 2014 se abordaron temas referentes a la diversidad sexual por intermedio de 23 montajes teatrales, lo cuales fueron el detonante de debates a través de conferencias y/o charlas. El evento contó   además con conferencias, lecturas dramatizadas y exposiciones de temática sexodiversa como una manera de reivindicación de los derechos de la comunidad LGBTI de Venezuela.
Hoy en día, cuando las diferencias entre los seres humanos se han comenzado a suavizar haciendo de nuestro mundo un lugar  más amable, todavía en ciertas naciones persisten las condenas hacia las personas  con sexualidades distintas a las normadas por la cultura heterosexista dando origen a una aborrecible fobia hacia la diversidad, la tristemente célebre homofobia, por lo que el Festival de Teatro Rosa Caracas busca concientizar los derechos de la sexogénero diversidad para reclamar el espacio ciudadano al que se le ha sido negado históricamente, el cual ahora está garantizada  por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Historia inconclusa
Las agrupaciones y sus  23 espectáculos que se mostraron en la Sala  Experimental del Celarg, los cuales fueron vistos por no menos de tres mil espectadores, eran:  Una historia inconclusa  (Teatro Tracodra),  A la valenciana  (Ceniza Teatro),  Como dios manda  (Kebebasan Producciones),  Un hombre cuatro estaciones  (Luis Carlos Boffill Bordón producciones),  Cuando el día viene mudo  (Grupo J.A.Var),  Mal-Matrimonio  (Tinta y plus producciones),   Pater Noster  (Theatrum), Hermanos   (Jennifer Gásperi),  Decidida  (Luis Carlos Boffill Bordón producciones),  Hasta que la muerte nos separe  (Bicenteatro),  ¿Cómo decirle a mi novio que no soy ella sino él?  (Teatro Luz Columba),  Tomate una pepa de lexotanil  (Irelou Producciones) y  La última noche de Fedora (Mango producciones). El público se quejó ante los organizadores porque los espectáculos no fueron programados sino para dos funciones, por razones de la misma programación teatral del Celarg, pero se espera que en otros festivales los montajes tengan más representaciones.
Lesbianas
El tema del lesbianismo no es tratado con frecuencia, pero Luis Carlos Boffill Bordón  insistió y pudo mostrar en el Festival de Teatro Rosa de Caracas su obra  Decidida  con Marcela Girón, Saúl Marín y Mercedes Salaya. Ahí se plasma de la historia de Yudith y Sergio, quienes  llevan muchos años en matrimonio. Pero ella ha descubierto que siente interés físico y sexual por otras mujeres, lo cual la convierte en lesbiana y se acepta como tal, solo le falta asumirla. Sin embargo no es fácil romper con un matrimonio de tanto tiempo. Incluso, romper con su propio patrón de vida cotidiana camino a otras vivencias que sabe le tocaran pasar en consecuencia a la decisión que tome. Gloria es su amiga incondicional desde la infancia. Y es a la única  a quien, por ahora, le quiere confesar su situación. No está confundida, aun con temores, pero  Yudith está decidida a materializar su deseo. Vimos una función y quedamos maravillados de la sobriedad de la anécdota y de la limpieza del montaje, logrado en ritmo de comedia por esos tres histriones que se desafiaron a sí mismos y dieron sus aportes a los personajes propuestos por el autor, que además es un consumado directo de actores. Ojala que este espectáculo pueda mostrarse más adelante.
El show prosigue
Dirigida por Anthony Gómez  y creada  por Alexander Rivera y Jennifer Flores para Mango Producciones,  La última noche de Fedora , de Ibrahim Guerra, cuenta con un diestro y especial elenco integrado con Yackson Vásquez, Ramón Casanova, Jackson Martínez, Hans Cristopher y Andy Pérez. Todos ellos se unen  para darle vida a los personajes que desencadenan esta ocurrente historia, la cual se desarrolla en un night club, cuando se estrena una revista musical travesti. Esto dará pie para que se vayan suscitando un sinfín de situaciones cómicas, absurdas e incluso patéticas, hasta mostrar e introducir al espectador en una especie de inframundo lleno de intrigas, lentejuelas y muchas plumas. Como parte de la representación teatral, un transexual vampirizado, llega esta noche, donde el grupo de travestis prepara un show fonomímico dirigido por un director teatral, importante en épocas pasadas, pero que en la actualidad y gracias a sus adicciones, se encuentra en el momento más decadente de su carrera. Esta es la noche del estreno, pero antes de la función, a la que ya el público ha estado llegando desde tempranas horas de la noche, se realiza un último ensayo para sustituir a uno de los actores, quien en la noche anterior sufriera un aparatoso accidente, el cual creen que es ocasionado por uno de sus compañeros. A partir de la premisa de que “el show debe continuar”, Esteban, el director, termina por intentar hacer el mismo la representación, ya que los actores lo han abandonado. El estreno de esta pieza lo vimos en los años  80, aquí en Caracas, y ahora, gracias al Festival de Teatro Rosa,  la hemos disfrutado de nuevo. Merece un comentario más amplio y en otra oportunidad, porque hay un increíble talento histriónico ahí reunido para dar vida a un texto que tiene mucho que decir sobre el inframundo del travesti teatral, donde hay un especial aporte del actor Andy Pérez.


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