sábado, febrero 28, 2015

Eduardo Liendo atrapado por las máscaras del teatro

Las claves para disfrutar a este escritor venezolano


Eduardo Liendo, excepcional escritor, de calificada obra original, asegura que la vida es como un espectáculo  de teatro y él está actuando y en pleno desarrollo del tercer acto. Como vive ese momento aurífero de los justos homenajes y el delicioso disfrute de su familia –la nieta Paula, la hija Olivia y Estela, su esposa, por ahora en Chicago- decidió alternarlos, mientras culmina la que será, su primera pieza teatral.
Tiene una precisión en ese sentido y trabaja  ya un libreto. No fija fecha de culminación ni de estreno, pero invitará a los amantes del arte de Tespis.  “Me he basado en mi novela Mascaradas y posiblemente se titule Las máscaras de Prudencio, informa.
No niega ni afirma su participación en el XIX Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, próximo a cerrar  la  recepción de obras.  “Eso depende de las editoriales. Por mi parte lo tengo olvidado; en una época me interesó porque lo veía muy representativo de la literatura latinoamericana y por ende de Venezuela; Arturo Uslar Pietri es el único criollo que lo ha conquistado con La visita en el tiempo; pero lo perdí de vista por la ideologización de sus jurados”.
No hace salchichas 
 Salvo la culminación de su ópera prima, Las máscaras de Prudencio, no trabaja  ningún otro texto. “Acabo de entregar mi novela Contigo en la distancia, editada por Planeta, y el ensayo y cuentos En  torno al oficio del escritor, gracias a  Libros Lugar Común, los cuales  han sido bien recibidos por los lectores y la crítica. Estoy muy agradecido por la receptividad que han tenido mis   publicaciones. No tengo compromiso de escribir un libro anual. Lo hago cuando hay algo que decir; soy un escritor existencial y en cada uno de mis libros hay una búsqueda. Advierto que es una utopía escribir por razones crematísticas en Venezuela. Preguntarme por más obras, después de las dos que he publicado, me parece excesivo. Me tomo mi tiempo.Yo no hago salchichas, parafraseando  a un  gran escritor colombiano”.
Primero leer 
 Con respecto a su ensayo En torno al oficio del escritor,  dedicado a las nuevas vocaciones  o para quienes ya empezaron,  recomienda  que la primera cualidad indispensable para los escritores  parece ser, o haber sido en una época de su vida, la de un lector muy especial. “Un lector interesado, acucioso, voraz, y no pocas veces empedernido. Seguramente en el origen de toda vocación literaria se encuentra una grande y a veces temprana admiración por los libros y sus autores, y luego una intensa necesidad de emularlos. La escritura literaria, como el canto, se aprende en principio por imitación. Creer que escribir es esperar a que salgan las setas, por generación espontanea, es equivocarse de medio a medio. Escribir  es lo que sobrevive después de muchísimas lecturas. Y de continuarlas sin cesar. Soy un escritor en el que confluyen la calle, la cárcel y la biblioteca, lo que me diferencia en algunos aspectos de otros autores que poseen una formación distinta”. 
Un oficio singular
  Eduardo Liendo puntualiza que  “es algo aventurada la tarea de incurrir en generalizaciones para explicar una actividad como la del escritor, en la cual apreciamos el  talento del individuo y la singularidad   de la obra en un lugar  predominante. ¿No es acaso la personalidad artística de un autor lo que más admiramos en su condición? Seguramente, son valores singulares los que confirman la genuina importancia de los autores de excepción”.
Homenajes 
 Está actualmente en Porlamar, participando en la naciente Feria Internacional del Libro del Caribe (Filcar) 2015, del 27 de febrero al 4 de marzo en el Centro Comercial Sambil de  Pampatar, organizada por Antonio López Ortega y la Universidad de Margarita, donde  participan 40 editoriales venezolanas. “Seré homenajeado junto a, nada menos, Andrés Eloy Blanco, Enrique Bernardo Nuñez, Jesús Rojas Marcano y Juan Liscano. Autores, como Diego Arroyo Gil, Magaly Villalobos, Laureano Márquez y Sumito Estévez, bautizarán sus más recientes publicaciones. Sus organizadores quieren repetirla anualmente, lo cual es muy positivo para todos”.
13 por ahora
Eduardo  Liendo Zurita, nacido el 14 de enero de 1941 en Caracas, inició su camino de escritor en 1973  y al cabo de cuatro décadas  ha entregado  13 libros de auténtica literatura,  algunos premiados y otros llevados al cine. Un lector que  se respete debe tener en su biblioteca algunos o todos estos títulos: El mago de la cara de vidrio (1973),Los Topos (1975), Mascarada (1978), Los platos del diablo (1985), El cocodrilo rojo (1987), Si yo fuera Pedro Infante (1989), Diario del enano (1995), El round del olvido (2002), Las kuitas del hombre mosca (2005), Contraespejismo (2008), El último fantasma (2009), En torno al oficio de escritor (2014) y Contigo en la distancia (2014), por ahora.
Credo del autor
El joven escritor  Eduardo Sánchez Rugeles, prologuista de En torno al oficio del escritor, cree, y por  eso lo suscribe, que el lector de este nuevo libro de Eduardo Liendo asistirá a un  ejemplar taller de narrativa, pero, al mismo tiempo, a una biografía literaria. Luis Barrera Linares, en el prólogo a Contraespejismos, sintetiza el credo novelístico (y pedagógico) de Liendo: “Primero, el lector después, todo lo demás”. Reitera que además de   reivindicar el ejercicio de la lectura, celebra la necesidad de las ficciones en un contexto de  incertidumbre en el que la realidad parece legislar  sobre el gusto, la imaginación, la creatividad, el placer  estético y el ocio.
¿Quién mató a Scherezada?
Todavía los amantes de Las mil y una noches recuerdan como  la bella Scherezada salvó su  vida por el ingenioso suspenso de su historia: En ese momento Scherezada vio levantarse la mañana y discreta guardo silencio. Fue asi como logro mantener  el interés del rey por sus relatos y evitar su muerte. Por tal motivo, para asesinar a Scherezada (no se sabe la fecha de su ejecución) fue necesario convencerla antes de la inutilidad de su arte de contar. Existe la creencia de que un pedante crítico de la corte se acercó a la princesa para indicarle que sus anécdotas no eran importantes. La trama novelesca, un asunto pasado de moda. Los personajes  carecían realmente de interés y, quizás, lo único que valía la pena era la simple y descarnada palabra. Scherezada, confundida por tan  erudito señor, dejo de contar. Renegó de sus historias y se limitó a repetir torrentes de pretenciosas  palabras, cantaditas al oído del rey. Este, primero vaciló desconcertado, tratando de descifrar el novedoso arte de su predilecta, pero después comenzó a bostezar hasta que  finalmente, decepcionado y aburrido prefirió encender  el televisor. Pero antes ordenó que la princesa fuese degollada y su lengua frita en un caldero de plomo hirviente.
Eduardo Liendo, pagina 159, En torno al oficio del escritor)
La página
Aquella noche se sumergió en un hondo trance y mantuvo una inspiración fervorosa. Así se consumó al fin la página magnifica. La inigualable. La que había esperado con ansiedad  toda una vida. La releyó al amanecer, maravillado de su propia invención. La bautizó con una leve sonrisa. Sólo cometió un desliz. Olvido pulsar la tecla Guardar, antes de apagar el computador.
(Eduardo Liendo, página 157, En torno al oficio del escritor)



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