Las claves para disfrutar a este escritor venezolano |
Eduardo Liendo, excepcional escritor, de calificada obra original, asegura
que la vida es como un espectáculo de
teatro y él está actuando y en pleno desarrollo del tercer acto. Como vive ese
momento aurífero de los justos homenajes y el delicioso disfrute de su familia
–la nieta Paula, la hija Olivia y Estela, su esposa, por ahora en Chicago- decidió
alternarlos, mientras culmina la que será, su primera pieza teatral.
Tiene una precisión en
ese sentido y trabaja ya un libreto. No
fija fecha de culminación ni de estreno, pero invitará a los amantes del arte
de Tespis. “Me he basado en mi novela Mascaradas y posiblemente se titule Las máscaras de Prudencio, informa.
No niega ni afirma su
participación en el XIX Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, próximo
a cerrar la recepción de obras. “Eso depende de las editoriales. Por mi parte
lo tengo olvidado; en una época me interesó porque lo veía muy representativo de
la literatura latinoamericana y por ende de Venezuela; Arturo Uslar Pietri es
el único criollo que lo ha conquistado con La
visita en el tiempo; pero lo perdí de vista por la ideologización de sus jurados”.
No hace salchichas
Salvo la culminación de su ópera prima, Las máscaras de Prudencio, no trabaja ningún otro texto. “Acabo de entregar mi
novela Contigo en la distancia, editada por Planeta, y el ensayo y
cuentos En torno al oficio del escritor, gracias
a Libros Lugar Común, los cuales han sido bien recibidos por los lectores y la crítica.
Estoy muy agradecido por la receptividad que han tenido mis publicaciones. No tengo compromiso de escribir
un libro anual. Lo hago cuando hay algo que decir; soy un escritor existencial y
en cada uno de mis libros hay una búsqueda. Advierto que es una utopía escribir
por razones crematísticas en Venezuela. Preguntarme por más obras, después de
las dos que he publicado, me parece excesivo. Me tomo mi tiempo.Yo no hago
salchichas, parafraseando a un gran escritor colombiano”.
Primero leer
Con respecto a su ensayo En torno al oficio del escritor, dedicado a las nuevas vocaciones o para quienes ya empezaron, recomienda que la primera cualidad indispensable para los
escritores parece ser, o haber sido en
una época de su vida, la de un lector muy especial. “Un lector interesado, acucioso,
voraz, y no pocas veces empedernido. Seguramente en el origen de toda vocación
literaria se encuentra una grande y a veces temprana admiración por los libros
y sus autores, y luego una intensa necesidad de emularlos. La escritura
literaria, como el canto, se aprende en principio por imitación. Creer que escribir
es esperar a que salgan las setas, por generación espontanea, es equivocarse de
medio a medio. Escribir es lo que
sobrevive después de muchísimas lecturas. Y de continuarlas sin cesar. Soy un
escritor en el que confluyen la calle, la cárcel y la biblioteca, lo que me
diferencia en algunos aspectos de otros autores que poseen una formación
distinta”.
Un oficio singular
Eduardo Liendo puntualiza que
“es algo aventurada la tarea de incurrir en generalizaciones para
explicar una actividad como la del escritor, en la cual apreciamos el talento del individuo y la singularidad de la obra en un lugar predominante. ¿No es acaso la personalidad
artística de un autor lo que más admiramos en su condición? Seguramente, son
valores singulares los que confirman la genuina importancia de los autores de
excepción”.
Homenajes
Está actualmente en Porlamar, participando en la naciente Feria Internacional del Libro del Caribe (Filcar)
2015, del 27 de febrero al 4 de marzo en el Centro Comercial Sambil de Pampatar, organizada por Antonio López Ortega
y la Universidad de Margarita, donde participan 40 editoriales venezolanas. “Seré
homenajeado junto a, nada menos, Andrés Eloy Blanco, Enrique Bernardo Nuñez,
Jesús Rojas Marcano y Juan Liscano. Autores, como Diego Arroyo Gil, Magaly
Villalobos, Laureano Márquez y Sumito Estévez, bautizarán sus más recientes
publicaciones. Sus organizadores quieren repetirla anualmente, lo cual es muy
positivo para todos”.
13 por ahora
13 por ahora
Eduardo Liendo Zurita, nacido el 14 de enero de 1941
en Caracas, inició su camino de escritor en 1973 y al cabo de cuatro décadas ha entregado
13 libros de auténtica literatura, algunos premiados y otros llevados al cine. Un
lector que se respete debe tener en su
biblioteca algunos o todos estos títulos: El mago de la cara de vidrio
(1973),Los Topos (1975), Mascarada (1978), Los
platos del diablo (1985), El cocodrilo rojo (1987), Si
yo fuera Pedro Infante (1989), Diario del enano (1995), El
round del olvido (2002), Las kuitas del hombre mosca
(2005), Contraespejismo (2008), El último fantasma (2009), En
torno al oficio de escritor (2014) y Contigo en la distancia
(2014), por ahora.
Credo del autor
El joven escritor Eduardo Sánchez Rugeles, prologuista de En torno al oficio del escritor, cree,
y por eso lo suscribe, que el lector de
este nuevo libro de Eduardo Liendo asistirá a un ejemplar taller de narrativa, pero, al mismo
tiempo, a una biografía literaria. Luis Barrera Linares, en el prólogo a Contraespejismos, sintetiza el credo novelístico
(y pedagógico) de Liendo: “Primero, el lector después, todo lo demás”. Reitera
que además de reivindicar el ejercicio
de la lectura, celebra la necesidad de las ficciones en un contexto de incertidumbre en el que la realidad parece
legislar sobre el gusto, la imaginación,
la creatividad, el placer estético y el
ocio.
¿Quién mató a Scherezada?
Todavía los amantes de
Las mil y una noches recuerdan
como la bella Scherezada salvó su vida por el ingenioso suspenso de su
historia: En ese momento Scherezada vio
levantarse la mañana y discreta guardo silencio. Fue asi como logro
mantener el interés del rey por sus
relatos y evitar su muerte. Por tal motivo, para asesinar a Scherezada (no se
sabe la fecha de su ejecución) fue necesario convencerla antes de la inutilidad
de su arte de contar. Existe la creencia de que un pedante crítico de la corte
se acercó a la princesa para indicarle que sus anécdotas no eran importantes. La
trama novelesca, un asunto pasado de moda. Los personajes carecían realmente de interés y, quizás, lo único
que valía la pena era la simple y descarnada palabra. Scherezada, confundida
por tan erudito señor, dejo de contar. Renegó
de sus historias y se limitó a repetir torrentes de pretenciosas palabras, cantaditas al oído del rey. Este, primero
vaciló desconcertado, tratando de descifrar el novedoso arte de su predilecta, pero
después comenzó a bostezar hasta que finalmente,
decepcionado y aburrido prefirió encender
el televisor. Pero antes ordenó que la princesa fuese degollada y su lengua
frita en un caldero de plomo hirviente.
Eduardo Liendo, pagina
159, En torno al oficio del escritor)
La página
Aquella noche se
sumergió en un hondo trance y mantuvo una inspiración fervorosa. Así se consumó
al fin la página magnifica. La inigualable. La que había esperado con
ansiedad toda una vida. La releyó al
amanecer, maravillado de su propia invención. La bautizó con una leve sonrisa.
Sólo cometió un desliz. Olvido pulsar la tecla Guardar, antes de apagar el
computador.
(Eduardo Liendo,
página 157, En torno al oficio del
escritor)
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