jueves, mayo 17, 2018

Aníbal Grunn asegura que el éxito se consigue trabajando

Anibal con el elenco que vino de Guanare.

 Vino desde Guanare para ensayar  y dirigir el montaje de la pieza Baño de damas, de Rodolfo Santana, una producción de la Compañía Nacional de Teatro (comandada por Carlos Arroyo), pero antes montó en la capital de Portuguesa la obra Cuentos de guerra para vivir en paz, de Karin Valecillos, producida por la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa.Con esos dos espectáculos, de autores venezolanos -y lo reiteramos en estos tiempos tan extranjerizantes- participó en el VII Festival Internacional de Teatro de Caracas (del 27 de abril al 6 de junio) y sus montajes quedaron entre los cinco mejores y fueron además los más vistos en la muestra, según el público y la crítica especializada. Por eso decidimos preguntarle al teatrero Aníbal Grunn algunas cosas.
¿Con más de 50 años en el teatro, es la primera vez que eres noticia, por aquello del buen resultado en la muestra de teatro realizada? 
Muy graciosa la pregunta.  Personalmente creo nunca fui ni seré noticia.  Las noticias por lo general son de lectura y repercusión masiva y nada cultural tiene esa respuesta. Muchas veces se han comentado temas relacionados con el acontecer teatral: estrenos, premios, giras, etcétera. pero nunca fue una noticia.  Siempre llego hasta un grupo de hacedores del teatro y nada más.  Tú que ocupas siempre de difundir todo lo que sucede en el panorama teatral, tanto nacional como internacional, pero lamentablemente nunca llegas a ser noticia.  No pasa de una buena intención de tú parte y un comentario de un pequeño grupo. Es triste pero despierta más interés el amarillismo que la cultura. Si algún artista es víctima del hampa entonces eso si es noticia. Si gana premios o tiene reconocimientos a nivel nacional, no despierta interés.  Ahora si es reconocido en el exterior puede ser un poco más leído o comentado. Ningún medio se ocupa de nuestra cultura como debería hacerlo. Pero si algún artista extranjero se divorcia o es reconocido por algún escándalo, inmediatamente se vuelve noticia viral. 
¿Cómo se hace para trabajar tanto y bien?
En principio no trabajo tanto. Trabajo normal como cualquiera que tiene un oficio y aspira a vivir de él.  Si fuese panadero, o herrero o arquitecto o zapatero tendría que trabajar todos los días.  Bueno, soy artista, a ese oficio me debo y de él vivo hace mucho tiempo. Trato de hacerlo con la mayor dignidad posible. Con estudio, dedicación,  profesionalismo y recordando me todos los  días que lo que hago debe ser para un público  que  necesita  escuchar, que  es venezolano y que sobre todo debo cuestionarlo y mantenerlo activo y reflexionando el día a día. 
¿Ha patentado la fórmula para las nuevas generaciones? 
No existen fórmulas posibles. A mis alumnos les digo siempre que hay que hacer del arte un oficio. Un proyecto de vida. Que nada se consigue sin esfuerzo, dedicación, entrega, trabajo. Que es necesario sistematizar todo, planificar, tener dignidad. Que el éxito no existe. Que lo efímero, lo banal, lo superfluo se desaparece muy pronto como la espuma.  Que lo que queda es lo que se siembra. Estudio mucho estudio y con dedicación. Lo demás, en perfecto venezolano es buchipluma. 
¿Qué prepara ahora?
Estamos cerrando lapso en la Universidad Nacional Experimental de las Artes. Me encuentro estudiando una pieza teatral venezolana que pronto arranco a ensayar, con la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa. Otra con el Grupo Estable de la Unearte, la Crea de Acarigua.  Y estoy evaluando una invitación para actuar fuera del país para septiembre.  Como veras no sé estarme quieto. Ya me tocara alguna vez. Espero que falte mucho para eso.


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