miércoles, mayo 02, 2018

Otro festival en este valle caraqueño

¡El sainete,el baile y la música cañonera generan grandes pasiones! 

¿Usted cree que se justifica todo el gasto económico del Festival Internacional de Teatro de Caracas en estos momentos de crisis?
Yo creo que cualquier inversión que se haga en el sentido de que la cultura pueda ganar un espacio para ello en el aspecto social, sociológico y político, es absolutamente positiva. Es una inversión a largo plazo. El pais no se va arreglar porque se gasten unos millones el FITC en momentos en que además, misteriosamente, el presupuesto de la cultura diez veces, de 360 millones a 3 mil 6090 millones.
Esa pregunta la respondió Carlos Giménez a la prensa caraqueña, en abril de 1992, al concluir el IX FITC y la recordamos ahora cuando se desarrolla otro Festival Internacional de Teatro de Caracas, a concluir el venidero domingo 6 de mayo, para completar así 22 eventos, organizados y ejecutados a lo largo de los últimos 45 años. Los primeros 15 festivales los gerenció y diseñó el sector privado (Ateneo de Caracas con Maria Teresa Castillo y Carmen Ramia, además de Giménez y la Fundación Rajatabla) y los últimos siete fueron paridos por los gerentes de Fundarte (Freddy Ñáñez, etcétera) pero todos los 22 fueron íntegramente, auspiciados por el Estado venezolano (con Nicolás Maduro Moros ahora en la Presidencia) y esto hay que recalcarlo.
¿Qué por qué insisto en estos recordatorios? Porque la memoria colectiva suele ser frágil o es asaltada permanentemente por unos cuantos oportunistas o fracasados, que quieren ser “adanes y evas” del teatro vernáculo, cuando ni siquiera son capaces de organizar el condominio del bloque donde viven o mostrar un pesebre navideño.
Y hablando del propiamente 7 FITC, este concluirá el domingo venidero con el montaje Angelitos empantanados, procedente de Colombia (vinieron nueve paises) y no menos de  otros 28 espectáculos en salas, donde destaca Develario, escrito y dirigido por Rodolfo Porras y producido por la Compañía Nacional de Teatro, que comanda el artista Carlos Arroyo, el cual vimos en un ensayo general, sin vestuario y escenografía, pero mostró grandes rasgos, muy interesantes y recargados de crítica sociopolítica.
JOYA DE LA CNT
Este Develario es la joya de la corona, por así decirlo, es la segunda pieza de la programación 2018 de la CNT. Es otra pieza que Rodolfo Porras terminó este año y cual ahora exhibirá en el histórico teatro Alberto de Paz y Mateos. Es otro teatro sobre la violencia venezolana, esa que le costó la vida a más de un centenar de venezolanos el año pasado, en ese nefasto episodio de las guarimbas.
Este Develario es una comedia dramática escrita al estilo de la novela negra, o el cine negro. Utiliza los ingredientes emblemáticos de este género. Pero a la hora de buscar influencias, la pieza se acerca más a Bertolt Brecht que a Raymond Chandler. Es decir, una obra política que trata de alejarse del panfleto, del mensaje directo. En ese sentido, sin embargo, es como cualquier pieza teatral, porque todas responden a una ideología, a una postura filosófica y política. Con Develario se pretende que el público se encuentre con un texto y una puesta que le permita un goce estético, se divierta y pueda entrar en contacto con la posibilidad de leer la realidad más allá de lo aparente. Y si Dios y los designios de la indomable naturaleza, no lo impiden, lo estará mostrando, a lo largo de mayo y parte de junio, acompañado, por supuesto, con los comediantes Arnaldo Mendoza, Adriana Bustamante, Ludwig Pineda, Maria Alejandra Tellis, Celeste Gil, Darío Soto y Ronny Mújica.
BILLO´S
Acudimos al espectáculo inaugural del FITC 2018 en el teatro Municipal, el pasado viernes 27, Caracas, el valle de los inquietos, un plausible hibrido de sainete con comedia musical bailable, creado por Miguel Issa y apuntalado en los diestros maestros de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, comandada por Rodolfo Saglimbeni y Daniel Gil.  Esta revista musical, para clasificarla así, fue creada en conmemoración de los 450 años de Caracas y está inspirada en la música, costumbres y testimonios desde inicios del 1900, los cuales determinaron una forma de ser de nuestros ciudadanos.
No menos de 80 artistas, conformados por músicos, actores, bailarines y cantantes, dieron vida a distintos momentos de la historia caraqueña, a través de su humor, costumbres y tradiciones. El público del 2018 enloqueció porque se vio en escena, como ocurrió, inicialmente, en septiembre de 1988 con el sainetee Yo también soy candidato de Rafael Guinand y la revista musical A bailar con Billo´s, dirigido todo aquello por Gilberto Pinto y Joaquín Rivera bajo el celoso ojo de Isaac Chocrón Serfati, presidente de la CNT de aquellos tiempos.
Ver aquello fue recordar al mitológico Uroboros, que en este caso es un delicioso regalo del talento actoral y las habilidades histriónicas de ese conglomerado ahí presente. Bonito y enaltecedor comienzo para un festival que se hace para el público, un bálsamo bien presentado por Fundarte.
ANTIGONA DESNUDA Y EL REY EN CALZONCILLOS
Vimos, lamentablemente, al grupo procedente de México con una versión de la clásica Antígona, la cual no nos satisfizo,  pues todo el tinglado fue para desnudar a la heroína Antígona y sacar en calzoncillos azules al rey Creonte, afectando el cuestionamiento al poder, como lo escribieron y disfrutaron los griegos de hace unos cuantos miles de año. Un verdadero arroz con mango, en criollo. No supimos de los nombres de los actores ni de los meritorios actores extras, porque no había programa de mano.
Ya habrá ocasión para criticar serenamente otros montajes visitantes y los de los grupos venezolanos, los cuales seguramente estarán exhibiéndose posteriormente en varias salas, porque desde hace más de 400 años el teatro es el otro pan que consumen los habitantes de este valle, a pesar de “las huidas” contemporáneas a oriente u occidente y otros puntos cardinales, una manera de expresar la libertad de tránsito que se tiene en este país.






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