Nuevo productores para el teatro venezolano. |
La creación y la
producción de teatro en Venezuela no han tenido jamás una delimitación específica.
La escasa profesionalización de nuestra actividad teatral ha confundido
funciones, superpuesto áreas de acción y, cabe decirlo, disminuido el valor de
una en dependencia de otra.
Así pensaba, y con mucha
razón y experiencia propia, el director Carlos Giménez, hace ya largos 25 años,
tal como lo escribió en su artículo “El director, creación y producción” (1). Decía
que la producción teatral en Venezuela ha estado sujeta a un proceso
compulsivo, cualitativamente inestable, desprovisto en general de
planificación, con evidente ausencia de objetivos que cubran integralmente este
espacio fundamental del hecho artístico.
Y preguntaba: ¿Cuál es
la función de un productor en Venezuela? ¿Existe alguna definición sobre su
campo de acción? ¿Específicamente en el teatro el productor qué es? ¿Un mecenas
que pone dinero? ¿Un profesional que busca el dinero? ¿Un auxiliar del
director, sin derecho a voz ni voto en el proceso creativo? ¿Un utiliti que lo mismo consigue un descuento
en telas, zapatos gratis, local para ensayar? ¿Cómo gestiona y gerencia los pocos recursos
asignados al proyecto? ¿Existe una clara definición al respecto? ¿Existe la
profesión de productor en la escena venezolana? ¿Qué se intenta delimitar cuando se dice, por
ejemplo, productor artístico, productor ejecutivo, jefe de producción, o productor
general? Trataremos de encontrar algunas respuestas a estos interrogantes, o, por
lo menos, hacer un diagnóstico tentativo de tal situación que vive el sector. No
hubo, por supuesto, respuesta alguna para Giménez por parte de sus
contemporáneos y rivales. No les interesa teorizar sino “producir”, como fuera,
sus montajes a cualquier costo, precisamente cuando muchos de sus recursos provenían
de un Estado benefactor.
Y reiteraba que existen en
un orden que podemos llamar “universal” en el mundo del espectáculo, más allá
de las limitaciones y/o imposiciones de la realidad venezolana, dos tipos de
productores que inciden en el campo de la creación, desarrollo y difusión del
hecho artístico: el vendedor de espectaculos y el promotor de la creación
artística.
Y puntualizaba que “el
vendedor” tiene como objetivo esencial “el negocio del espectáculo”. Legitima
actividad comercial y por ende orienta sus esfuerzos a la presentación y difusión
del trabajo del artista, sin establecer compromisos esenciales o parciales con
el artista y/o su obra. Mientras que “el promotor” es un hombre o mujer del
sector, íntimamente ligado al conocimiento del hecho creador, un creador en sí
mismo, que se une con lazos sensibles e intereses profundos a la causa del
artista.
Al paso de los años, la
unica respuesta teórica, a tan importantes interrogantes sobre la creación y la
producción del teatro, proviene de una
reflexión publica propiciada por el teatrero integral Luis Bernal, quien,
durante tres semanas del mes de julio de 2018, en el Laboratorio Teatral Anna
Julia Rojas, realizó, gratuitamente y para dieciséis interesados, su Taller
Montaje/ Producción de espectaculos teatrales o Como producir un espectáculo sin dinero y no morir en el intento, el cual contó con el apoyo y respaldo de Carmen Jiménez. Y nosotros estuvimos allí para aprehender esos conocimientos al lado de
Valery Pérez, Glorybert Entrena, Oriana Reyes,
Mayerling Rodríguez, Kenyer Gudiño, Keily
Sionney Lozano, Hernán
Rubín, Rosi Valera, José Ángel Parra, Abraham García, Misael Carpio, Gladys
Specier, Angélica Rinaldi, Nefertiti Ruz y Javier Messia.
IGUAL
QUE ANTES
Todo lo
que Gimenez apuntó en su artículo sigue vigente y lo pudimos comprobar a medida
que Luis Bernal, quien no conocía esas formulaciones del texto que hemos
citado, dictaba sus amenas charlas, las cuales tuvieron aderezadas con las participaciones en vivo de
reconocidos productores como Jorgita
Rodríguez, fundadora y directora de Vayaalteatro y Talento
Femenino, con más de 25 años en la producción Teatral. Angélica Escalona, productora y
fundadora del grupo Theja y con más de 30 años de experiencia. María Brito, gerente del Teatro San
Martin, primera actriz e integrante de la Compañía Nacional de Teatro y más de
40 años de experiencia en el medio artístico También estuvieron presentes: Erika García, abogado
especialista en Propiedad Intelectual y Derecho de Autor, en representación
de Sacven de Venezuela. Williams Castellano, especialista en
Redes Sociales y Armando Zullo con más
de 30 años de experiencia como realizador y escenógrafo en el Teatro “Teresa
Carreño”. BALANCE TEÓRICO
De lo oído y conversado
con Luis Bernal y los talleristas, además de los planteamientos de Carlos
Gimenez, nos quedan, como una especie de avío para el camino del productor en
Venezuela, estos conceptos:
A) La producción es una plataforma
sobre la cual se construye y desarrolla una concepción artística, lo cual implica
una serie de compromisos éticos, a saber: comprensión intelectual del productor
hacia el proyecto artístico, así como una total integración al mismo y la solidaridad
crítica.
B) El productor debe ser,
como lo repetía Giménez todo el tiempo, el alter ego del artista con quien
trabaja. Debe ser el puente el puente con la realidad, ya que el productor debe
ser un generador de proyectos. El productor debe manejar áreas específicas,
delegar responsabilidades y generar una autonomía laboral, pero conservando el
control general del proyecto a través de una comunicación horizontal entre sus
más cercanos auxiliares.
C) Hay tres tipos de
productores: el ejecutivo, el artístico y el promotor. El productor ejecutivo
administra, planifica, ejecuta el proyecto a nivel gerencial y por ende
controla las áreas de diseño y ejecución. El productor artístico ejecuta el
diseño artístico del proyecto, es el puente entre el creador y los realizadores,
mientras que el productor promotor es el que crea la imagen publica del
proyecto y la difunde, es una especie de comunicador.
Para Luis Bernal esta fue
una experiencia inolvidable que “me
llenó de mucha satisfacción no sólo por haber alcanzado los objetivos pautados,
sino que surgieron de dicho taller: cinco proyectos teatrales donde cada
productor pondrá a prueba los conocimientos y herramientas adquiridas, contando
con el apoyo y tutoría de mi parte como Productor General. Dichos proyectos
pretendemos estrénalos en el transcurso de lo que resta del año 2018”..
Finalmente en memoria de
Gimenez, recordamos que un romanticismo maniqueo obnubiló durante muchísimo
tiempo el desarrollo del sector artístico por intermedio de unas reglas
dogmáticas que hacían del creador un elemento marginal en el desarrollo social.
Y así reiteramos ahora: la producción es, dada la variedad de formas y sistemas
de comunicación social, un trabajo en equipo, con delegación específica de
responsabilidades, donde la promoción y creación de imagen es un elemento
fundamental en la concepción, elaboración, desarrollo y ejecución de un
proyecto.
1. E.A.Moreno-Uribe, Carlos Giménez, Tiempo y espacio. Hermanos Vadell Editores, Caracas,
1994.
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