El teatro copia a la vida porque es su espejo. Y una prueba más de ello es el hecho de que por tercera vez la neoyorquina compañía Repertorio Español exhibe en temporada, desde el pasado viernes 4 de mayo, la importante y vigente comedia dramática O.K. de Isaac Chocrón (Maracay, 1930), puesta en escena sólidamente por el veterano director René Buch y actuada convincentemente gracias a la profesional entrega de Zully Montero, Isabel Moreno y Gil Ron.
O.K. -en la escena del teatro Gramercy Park, en el 138 East de la calle 27 de Manhattan- es una invitación a reflexionar seriamente sobre la urgente necesidad de la amistad y el amor en las relaciones humanas y el peligro que conlleva la mercantilización de tales afectos, si se tiene en cuenta que la vejez, ansiado epílogo del periplo existencial de los seres humanos, puede ser más llevadera si se cuenta con auténticas relaciones transparentes y desprovistas de mezquinos intereses.
Buch montó O.K. en Nueva York en 1974 y en 1975, y ahora lo hace para inaugurar un minifestival Chocrón como parte de los festejos por los 40 años de la institución que fundara con Gilberto Zaldivar y Robert Weber Federico.
O.K. se estrenó el 2 de mayo de 1969 en Caracas, bajo la égida de Román Chalbaud y con las actuaciones de Oscar Martínez, Amalia Pérez Díaz y Maria Luis Lamata. Se hicieron 113 funciones en dos temporadas que contabilizaron 13.622 espectadores, un record para la época. Este éxito sacó definitivamente a Chocrón del mundo de las finanzas, como economista que era, y le permitió su independencia hasta convertirse en el más internacional de los dramaturgos criollos, no sólo por esa pieza sino por todas las demás, 23 hasta ahora, que ha escrito y visto representadas. ¡Y él "amenaza" con otros más!
El argumento de O.K. , que se desarrolla a lo largo de dos horas, con un intermedio de 15 minutos, plasma el aburrimiento de una relación sentimental entre Franco (Ron), de 33 años, y Mina (Montero), de 45 años, la cual se ve alterada definitivamente cuando entra Alma (Moreno), también de 45, y se genera un triangulo de afectos e intereses, donde todo se mantiene por el dinero que aporta la segunda mujer y todo lo que ello conlleva, hasta que hay una crisis, al parecer definitiva, y todo vuelve como al principio pero con una sola hembra, en esta caso la dueña del capital, pues se ha dado, en un lapso, de dos años, singular transacción: Alma compra, por no se sabe cuanto tiempo, a Franco y la otra tiene que marcharse a disfrutar de lo recibido como pago después de 15 años de estar cuidando a su “niño”. Una historia que no es exclusiva de nadie pero que ha sido teatralizada o poetizada por Chocrón y difundida en muchos países.
El tiempo se ha encargado de darle más vigencia al texto y gracias al depurado montaje neoyorquino la metáfora va más allá de la simple anécdota y propone reflexionar sobre la soledad, la vejez y las penurias económicas que se presentan en esas etapas de las vidas humanas. Las actuaciones son impactantes y permiten el lucimiento general, aunque el gran ganador es Franco, el chulo devenido en empresario.
Hay que acotar que el diseño de producción fue resuelto por Federico Weber, mientras que la asistencia de dirección y la gerencia de producción estuvo a cargo del venezolano Fernando Then y el diseño de sonido fue una tarea prolija del compatriota Alfonso Rey. Sus labores son fundamentales para el lucimiento general de este montaje que se prolongará hasta el venidero mes de julio.
O.K. -en la escena del teatro Gramercy Park, en el 138 East de la calle 27 de Manhattan- es una invitación a reflexionar seriamente sobre la urgente necesidad de la amistad y el amor en las relaciones humanas y el peligro que conlleva la mercantilización de tales afectos, si se tiene en cuenta que la vejez, ansiado epílogo del periplo existencial de los seres humanos, puede ser más llevadera si se cuenta con auténticas relaciones transparentes y desprovistas de mezquinos intereses.
Buch montó O.K. en Nueva York en 1974 y en 1975, y ahora lo hace para inaugurar un minifestival Chocrón como parte de los festejos por los 40 años de la institución que fundara con Gilberto Zaldivar y Robert Weber Federico.
O.K. se estrenó el 2 de mayo de 1969 en Caracas, bajo la égida de Román Chalbaud y con las actuaciones de Oscar Martínez, Amalia Pérez Díaz y Maria Luis Lamata. Se hicieron 113 funciones en dos temporadas que contabilizaron 13.622 espectadores, un record para la época. Este éxito sacó definitivamente a Chocrón del mundo de las finanzas, como economista que era, y le permitió su independencia hasta convertirse en el más internacional de los dramaturgos criollos, no sólo por esa pieza sino por todas las demás, 23 hasta ahora, que ha escrito y visto representadas. ¡Y él "amenaza" con otros más!
El argumento de O.K. , que se desarrolla a lo largo de dos horas, con un intermedio de 15 minutos, plasma el aburrimiento de una relación sentimental entre Franco (Ron), de 33 años, y Mina (Montero), de 45 años, la cual se ve alterada definitivamente cuando entra Alma (Moreno), también de 45, y se genera un triangulo de afectos e intereses, donde todo se mantiene por el dinero que aporta la segunda mujer y todo lo que ello conlleva, hasta que hay una crisis, al parecer definitiva, y todo vuelve como al principio pero con una sola hembra, en esta caso la dueña del capital, pues se ha dado, en un lapso, de dos años, singular transacción: Alma compra, por no se sabe cuanto tiempo, a Franco y la otra tiene que marcharse a disfrutar de lo recibido como pago después de 15 años de estar cuidando a su “niño”. Una historia que no es exclusiva de nadie pero que ha sido teatralizada o poetizada por Chocrón y difundida en muchos países.
El tiempo se ha encargado de darle más vigencia al texto y gracias al depurado montaje neoyorquino la metáfora va más allá de la simple anécdota y propone reflexionar sobre la soledad, la vejez y las penurias económicas que se presentan en esas etapas de las vidas humanas. Las actuaciones son impactantes y permiten el lucimiento general, aunque el gran ganador es Franco, el chulo devenido en empresario.
Hay que acotar que el diseño de producción fue resuelto por Federico Weber, mientras que la asistencia de dirección y la gerencia de producción estuvo a cargo del venezolano Fernando Then y el diseño de sonido fue una tarea prolija del compatriota Alfonso Rey. Sus labores son fundamentales para el lucimiento general de este montaje que se prolongará hasta el venidero mes de julio.
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