Tania Sarabia es la actriz favorita de los dramaturgos José Ignacio Cabrujas y Fausto Verdial y ahora también trabaja con la periodista deportiva Mari Montes. A esos dos caballeros los tiene para siempre en su altar intimo, porque ellos la descubrieron, la subieron al escenario teatral, en los años 70 y desde entonces no se ha bajado de ahí, porque ambos le entregaron textos memorables “deliciosas obras para mi y aunque algunas ya no las actúo ahora, soy la actriz para quien escribieron con dedicación y amor. Bellos e inolvidables seres humanos".
Así comenta sus orígenes teatrales y su actual campaña beisbolera, porque ahora monologa Tania en pelota, la pieza de Mari Montes, que desde el año pasado está en las carteleras de Corp Banca y en el Trasnocho Cultural. Ahí, el solitario personaje, aunque su acción escénica se apoya en un discreto y nada práctico tinglado audiovisual, reflexiona sobre el béisbol, al cual desprecia porque jamás lo ha entendido, lo considera absurdo y, muchas veces, ridículo, tanto por sus peculiares reglas para ser jugado, como por la conducta de sus jugadores, las formas de ‘ligar’, el lenguaje y hasta el uniforme. No comprende porque los peloteros se pintarrajean sus caras, se disfrazan cual tortugas ningas, se dan batazos en sus zapatos para sacarse el tierrero y volverse a parar en el mismo sitio, mascan chicle todo el tiempo, etcétera. Decide investigar, para entender por qué para mucha gente, incluso la mayoría de sus amigos, el deporte de los bates y las pelotas es tan importante.
Tania Sarabia, con su peculiar estilo de interpretación y humor que siempre aplica para decir cualquier parlamento, termina seducida por la alegría que ese deporte da a sus fanáticos venezolanos, además de palpar la pasión, el optimismo, el reconocimiento y el respeto por el contrario o el rival. Invita a reflexionar al público sobre la importancia de esa competencia donde se drenan las pasiones y al final lanza una hermosa arenga sobre la íntima relación que hay entre tal acto lúdico y la vida criolla, y clama por el amor entre los sectores o bandos de esta Tierra de Gracia. ¡Las mujeres quieren el amor y no la guerra, pero son poco escuchadas!
Esta obra se identifica íntimamente con los fanáticos y con todos aquellos, que, como Tania Sarabia al comienzo de su reflexión escénica, ignoran las complejidades del juego “Es una apuesta por el humor y la reconciliación en el país”, asevera la autora Mary Montes, dama inteligente y aguerrida trabajadora que a buena hora da su apoyo al arte teatral criollo, siempre carente de talentos literarios ¡Bravo por esa “Tania en pelota” y por todo el creativo equipo ahí involucrado!
Algo más que juego
Así comenta sus orígenes teatrales y su actual campaña beisbolera, porque ahora monologa Tania en pelota, la pieza de Mari Montes, que desde el año pasado está en las carteleras de Corp Banca y en el Trasnocho Cultural. Ahí, el solitario personaje, aunque su acción escénica se apoya en un discreto y nada práctico tinglado audiovisual, reflexiona sobre el béisbol, al cual desprecia porque jamás lo ha entendido, lo considera absurdo y, muchas veces, ridículo, tanto por sus peculiares reglas para ser jugado, como por la conducta de sus jugadores, las formas de ‘ligar’, el lenguaje y hasta el uniforme. No comprende porque los peloteros se pintarrajean sus caras, se disfrazan cual tortugas ningas, se dan batazos en sus zapatos para sacarse el tierrero y volverse a parar en el mismo sitio, mascan chicle todo el tiempo, etcétera. Decide investigar, para entender por qué para mucha gente, incluso la mayoría de sus amigos, el deporte de los bates y las pelotas es tan importante.
Tania Sarabia, con su peculiar estilo de interpretación y humor que siempre aplica para decir cualquier parlamento, termina seducida por la alegría que ese deporte da a sus fanáticos venezolanos, además de palpar la pasión, el optimismo, el reconocimiento y el respeto por el contrario o el rival. Invita a reflexionar al público sobre la importancia de esa competencia donde se drenan las pasiones y al final lanza una hermosa arenga sobre la íntima relación que hay entre tal acto lúdico y la vida criolla, y clama por el amor entre los sectores o bandos de esta Tierra de Gracia. ¡Las mujeres quieren el amor y no la guerra, pero son poco escuchadas!
Esta obra se identifica íntimamente con los fanáticos y con todos aquellos, que, como Tania Sarabia al comienzo de su reflexión escénica, ignoran las complejidades del juego “Es una apuesta por el humor y la reconciliación en el país”, asevera la autora Mary Montes, dama inteligente y aguerrida trabajadora que a buena hora da su apoyo al arte teatral criollo, siempre carente de talentos literarios ¡Bravo por esa “Tania en pelota” y por todo el creativo equipo ahí involucrado!
Algo más que juego
El béisbol, en Venezuela, como elemento de argumentación teatral, ha sido abordado por otros dramaturgos, como Gustavo Ott con 80 dientes, 4 metros y 200 kilos, la saga de tres varones y una hembra, que va desde los años 70 hasta finales del siglo XX, en medio de una sociedad competitiva y deshumanizada, donde lo importante es el fin y no los medios; es una reflexión sobre como ese deporte puede ser dañino o nocivo para una sociedad, sino se le toma como lo que es: un juego, porque es una disciplina lúdica que se transforma en una maquina de moler gente y de lo que solo se publicitan los éxitos y no los fracasos humanos. Francisco Viloria entregó Los Samanes Béisbol Club, dramática fábula sobre un grupo de peloteros instalados en una barriada de San Bernardino, que después se transforma en el Magallanes; ésta pieza nunca se montó. Néstor Caballero redactó y estrenó el unipersonal Mister Juramento/Homenaje a Julio Jaramillo, donde un travesti, encarnado por Franklin Virgüez, manifiesta su pasión por una serie de peloteros, a quienes incluso se ha llevado a la cama, entre otras jugarretas. Milton Quero presenta en La vida es un strike out a una pareja de ancianos que evoca los juegos que vieron y a los que no acudieron. Otro que lanzó su bola dramatúrgica, y con éxito, fue Ibsen Martínez con La hora Texaco.Y Paúl Salazar logró estrenar su pieza Rivales eternos, la cual con su subtítulo revela la razón de ser de la pieza: La historia de un magallanero que fue caraquista por un día; su argumentación descansa totalmente en es pasión nacional exacerbada en los últimos años por la comercialización de las agrupaciones y su singular negocio, sin contar el vaso comunicante con el multimillonario imperio lúdico que se escenifica en Estados Unidos y otras naciones; la obra transcurre en el apartamento de un caraquista, tras haber sido abandonado por su esposa y su pequeño hijo, precisamente el 31 de enero de 1994, cuando los Leones del Caracas y los Navegantes del Magallanes disputan el título de la temporada; esto exige del público un mínimo de conocimientos de las reglas beisboleras y, además, otro tanto de la historia de dicho deporte en Venezuela, porque sus personajes construyen acciones dramáticas y sus diálogos en torno a los movimientos, lenguaje técnico y desarrollo del juego, así como las vicisitudes de los equipos criollos y sus jugadores a lo largo de 100 años.
Ficha Artística
Obra: Tania en pelotaFicha Artística
Autora: Mari Montes
Actriz: Tania Sarabia
Director:Basilio Álvarez
Dispositivo Escénico: Jesús Rojas
Vestuario: Vladimir Sánchez
Producción: Grupo Skena y Talento Femenino
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