El dramaturgo Gustavo Ott (caraqueño de 48 años) pisa fuerte en dos países americanos al mismo tiempo. Con el derecho imprime huella laboral y afectiva en Estados Unidos (Washington D.C. y San Petersburgo, Florida), y con el izquierdo mantiene su legado cultural en Venezuela (Caracas). En uno trabaja como profesor universitario y mora con su familia (esposa, hija adolescente, etcétera) y, en el otro, apuntala y guía para que avance su otra gran pasión: la Fundación Cultural Paraíso San Martín, el Teatro San Martín y la agrupación Textoteatro, la tripleta del Proyecto TSMC. Es muy temprano para pronosticar que ocurrirá con el artista y su tarea sociocultural. Sea lo que sea, ya han escrito sendas sagas y nadie puede negarlas o borrarlas. Y aunque no trabajan para recibir zalemas o denuestos, más juicios de valor conocerán en su momento. ¡En estos momentos… avanzan y les ladran, por supuesto!
18 años de labores
Por ahora, hay que recordar como Ott y un grupo de amigos leales, desde el 19 de mayo de 1993, avalados por las respectivas autoridades culturales y políticas, inauguraron y pusieron en marcha, en las antiguas instalaciones de la Lotería de Caracas en la frontera con Artigas, bajo la figura del comodato. Todo un ambicioso proyecto destinado al desarrollo de la vida cultural en esa zona del suroeste caraqueño, con no menos de 4.010 metros cuadrados de infraestructura, el cual además ha servido de cantera para una generación de teatreros que han engrosado las filas de las artes escénicas y ahora brillan dentro y fuera del país.
No vamos a recordar aquí los éxitos del TSMC ni tampoco sus descalabros o desconciertos ante la apatía de algunos sectores de la comunidad y el peculiar batiburrillo de los teatristas, pero si hay que resaltar que durante este crucial año 2011, cuando festejan sus primeros 18 años, han dispuesto una agenda que tiene un claro acento político. “Las producciones propias abarcarán una docena de obras, pero la temporada puede entenderse en su conjunto como si fuera una sola pieza sobre el tema del Poder. Quisimos este año darle a la programación una personalidad distinta. Afianzar la indagación sobre temas nacionales y regionales, aunque llevemos a escena obras universales. Desde las ideas del macabro latinoamericano a una ambiciosa exploración sobre la justicia, el crimen y la manipulación política, así se puede resumir la programación con la que iniciamos esta segunda década del siglo XXI”, apunta Ott.
El segundo Shakespeare
La temporada 2011 del TSMC abrió con la segunda producción del Proyecto Shakespeare, novedoso programa permanente de audaz propuesta literaria y artística, el cual ofrece una traducción original de algunos textos del bardo inglés para después ser escenificados por cuatro comediantes únicamente. El año pasado mostraron Romeo y Julieta 4x4 y desde el 28 de enero presentaron, a lo largo de seis semanas, Otelo 4x4, con la participación de Ludwig Pineda, David Villegas, José Gregorio Martínez y Mariana Álvarez, bajo la dirección general de Luis Domingo González, estremecedor y además desconcertante montaje de alto contenido político, centrado en la fuerza del odio como instrumento para crear una sociedad paranoica, previa a su destrucción, así como el efecto demoledor y criminal que ejerce el Poder sobre los principios e ideas de aquellos que lo ostentan.
No es Otelo (1604) una obra corta ni fácil de resumir su argumento, pero Ott entrega un texto centrado en las manipulaciones de un militar segundón, Yago, quien urde un enredo de tales proporciones porque se quiere quedar con el cargo de su jefe, el veterano general Otelo, y para ello inventa unos “cuernos” de Desdémona con otro oficial, Cassio, para envenenarle sus sentimientos y al final el supuesto agraviado mata a su mujer y se desencadena una catástrofe sin igual.
Para el crítico e investigador Harold Bloom, en su libro Shakespeare, la invención de lo humano, asevera que el maligno y chismoso Yago (extraordinaria caracterización de David Villegas) es el genio de su tiempo y lugar. “Su pasión por la destrucción es la única pasión creadora en la obra. Semejante juicio es necesariamente muy sombrío, pero es que éste es seguramente el drama más doloroso de William Shakespeare”. Afirma que El rey Lear y Macbeth son más sombrías aún, pero “la suya es la sombra de la sublimidad negativa”. La única sublimidad en Otelo es la de Yago…que era la perfección de la voluntad maligna y el genio para el odio...Yago es dueño de su drama de una manera aun más total, es destruido al final por Emilia, su mujer, a la Shakespeare revisó para hacerla una figura de intrépido desafuero, dispuesta a morir por el buen nombre de la asesinada Desdémona. “Shakespeare tenía una especie de obsesión trágica con la idea del buen nombre que vive después de las muertes de sus protagonistas”.
Y para los que aún creen que Shakespeare (1564-1616) es un afamado escritorzuelo de teatrales telenovelas, Bloom afirma que con Otelo, el autor da una verdadera cátedra sobre lo que son celos sexuales masculinos, que no son otra cosa que una mascara del miedo a ser castrados por la muerte. “Los hombres imaginan que nunca podrá haber suficiente tiempo y espacio para ellos, y encuentran en los cuernos, reales o imaginarios, la imagen de su propio desvanecimiento, la comprensión de que el mundo seguirá sin ellos”.
Cuatro múltiples actores
Lo interesante de la versión que ha usado el TSMC es que la esencia de Otelo está ahí y lo demuestran sus cuatro actores que encarnan a los personajes básicos de esta tragedia romántica. Por supuesto que Otelo con todos los personajes materializados seria una producción no solamente costosa sino densa y extensa en el tiempo, que gracias a la versión “ottiana” no supera los 90 minutos.
El espectáculo se transforma, como lo observamos cuando vimos Romeo y Julieta 4x4 en una dinámica y movidísima lectura dramatizada, pero aquí hay más trabajo actoral, especialmente con la performance de David Villegas y los personajes que compone José Gregorio Martínez, como Cassio y Emilia. Son histriones multifacéticos y muy convincentes, de eso no queda duda alguna.
Ott no lo ha dicho, pero es obvio que este Proyecto Shakespeare es una solución práctica para mostrar, de manera abreviada, las obras fundamentales del legendario dramaturgo inglés, base del teatro moderno y uno de los grandes pensadores occidentales.
Si el teatro venezolano contara con mayores recursos, pues, es seguro que sus espectadores podrían degustar de lo más positivo y cultural de la dramaturgia mundial y criolla, ya que hay talentos actorales y creadores escénicos dispuestos. ¿Quien le pone el cascabel al gato?
Cuatro estrenos
Ott, desde Florida, anuncia que durante este 2011 el TSMC tiene, entre otras cosillas, cuatro estrenos. Esta ya, en el horno, Momia en el closet, dirigida por Costa Palamides y con un numeroso elenco liderizado por Verónica Arellano. Viene Lírica, basada en un hecho real ocurrido en la zona de San Martín, que aborda el tema de la venganza y el odio con la poesía. Alistan Bolívar coronado, pieza de contenido político e iconográfico sobre el Libertador, también dirigida por Palamides. Y cierran con Civilización, obra épica sobre la corrupción política y el descalabro moral, dirigida por David Villegas.
18 años de labores
Por ahora, hay que recordar como Ott y un grupo de amigos leales, desde el 19 de mayo de 1993, avalados por las respectivas autoridades culturales y políticas, inauguraron y pusieron en marcha, en las antiguas instalaciones de la Lotería de Caracas en la frontera con Artigas, bajo la figura del comodato. Todo un ambicioso proyecto destinado al desarrollo de la vida cultural en esa zona del suroeste caraqueño, con no menos de 4.010 metros cuadrados de infraestructura, el cual además ha servido de cantera para una generación de teatreros que han engrosado las filas de las artes escénicas y ahora brillan dentro y fuera del país.
No vamos a recordar aquí los éxitos del TSMC ni tampoco sus descalabros o desconciertos ante la apatía de algunos sectores de la comunidad y el peculiar batiburrillo de los teatristas, pero si hay que resaltar que durante este crucial año 2011, cuando festejan sus primeros 18 años, han dispuesto una agenda que tiene un claro acento político. “Las producciones propias abarcarán una docena de obras, pero la temporada puede entenderse en su conjunto como si fuera una sola pieza sobre el tema del Poder. Quisimos este año darle a la programación una personalidad distinta. Afianzar la indagación sobre temas nacionales y regionales, aunque llevemos a escena obras universales. Desde las ideas del macabro latinoamericano a una ambiciosa exploración sobre la justicia, el crimen y la manipulación política, así se puede resumir la programación con la que iniciamos esta segunda década del siglo XXI”, apunta Ott.
El segundo Shakespeare
La temporada 2011 del TSMC abrió con la segunda producción del Proyecto Shakespeare, novedoso programa permanente de audaz propuesta literaria y artística, el cual ofrece una traducción original de algunos textos del bardo inglés para después ser escenificados por cuatro comediantes únicamente. El año pasado mostraron Romeo y Julieta 4x4 y desde el 28 de enero presentaron, a lo largo de seis semanas, Otelo 4x4, con la participación de Ludwig Pineda, David Villegas, José Gregorio Martínez y Mariana Álvarez, bajo la dirección general de Luis Domingo González, estremecedor y además desconcertante montaje de alto contenido político, centrado en la fuerza del odio como instrumento para crear una sociedad paranoica, previa a su destrucción, así como el efecto demoledor y criminal que ejerce el Poder sobre los principios e ideas de aquellos que lo ostentan.
No es Otelo (1604) una obra corta ni fácil de resumir su argumento, pero Ott entrega un texto centrado en las manipulaciones de un militar segundón, Yago, quien urde un enredo de tales proporciones porque se quiere quedar con el cargo de su jefe, el veterano general Otelo, y para ello inventa unos “cuernos” de Desdémona con otro oficial, Cassio, para envenenarle sus sentimientos y al final el supuesto agraviado mata a su mujer y se desencadena una catástrofe sin igual.
Para el crítico e investigador Harold Bloom, en su libro Shakespeare, la invención de lo humano, asevera que el maligno y chismoso Yago (extraordinaria caracterización de David Villegas) es el genio de su tiempo y lugar. “Su pasión por la destrucción es la única pasión creadora en la obra. Semejante juicio es necesariamente muy sombrío, pero es que éste es seguramente el drama más doloroso de William Shakespeare”. Afirma que El rey Lear y Macbeth son más sombrías aún, pero “la suya es la sombra de la sublimidad negativa”. La única sublimidad en Otelo es la de Yago…que era la perfección de la voluntad maligna y el genio para el odio...Yago es dueño de su drama de una manera aun más total, es destruido al final por Emilia, su mujer, a la Shakespeare revisó para hacerla una figura de intrépido desafuero, dispuesta a morir por el buen nombre de la asesinada Desdémona. “Shakespeare tenía una especie de obsesión trágica con la idea del buen nombre que vive después de las muertes de sus protagonistas”.
Y para los que aún creen que Shakespeare (1564-1616) es un afamado escritorzuelo de teatrales telenovelas, Bloom afirma que con Otelo, el autor da una verdadera cátedra sobre lo que son celos sexuales masculinos, que no son otra cosa que una mascara del miedo a ser castrados por la muerte. “Los hombres imaginan que nunca podrá haber suficiente tiempo y espacio para ellos, y encuentran en los cuernos, reales o imaginarios, la imagen de su propio desvanecimiento, la comprensión de que el mundo seguirá sin ellos”.
Cuatro múltiples actores
Lo interesante de la versión que ha usado el TSMC es que la esencia de Otelo está ahí y lo demuestran sus cuatro actores que encarnan a los personajes básicos de esta tragedia romántica. Por supuesto que Otelo con todos los personajes materializados seria una producción no solamente costosa sino densa y extensa en el tiempo, que gracias a la versión “ottiana” no supera los 90 minutos.
El espectáculo se transforma, como lo observamos cuando vimos Romeo y Julieta 4x4 en una dinámica y movidísima lectura dramatizada, pero aquí hay más trabajo actoral, especialmente con la performance de David Villegas y los personajes que compone José Gregorio Martínez, como Cassio y Emilia. Son histriones multifacéticos y muy convincentes, de eso no queda duda alguna.
Ott no lo ha dicho, pero es obvio que este Proyecto Shakespeare es una solución práctica para mostrar, de manera abreviada, las obras fundamentales del legendario dramaturgo inglés, base del teatro moderno y uno de los grandes pensadores occidentales.
Si el teatro venezolano contara con mayores recursos, pues, es seguro que sus espectadores podrían degustar de lo más positivo y cultural de la dramaturgia mundial y criolla, ya que hay talentos actorales y creadores escénicos dispuestos. ¿Quien le pone el cascabel al gato?
Cuatro estrenos
Ott, desde Florida, anuncia que durante este 2011 el TSMC tiene, entre otras cosillas, cuatro estrenos. Esta ya, en el horno, Momia en el closet, dirigida por Costa Palamides y con un numeroso elenco liderizado por Verónica Arellano. Viene Lírica, basada en un hecho real ocurrido en la zona de San Martín, que aborda el tema de la venganza y el odio con la poesía. Alistan Bolívar coronado, pieza de contenido político e iconográfico sobre el Libertador, también dirigida por Palamides. Y cierran con Civilización, obra épica sobre la corrupción política y el descalabro moral, dirigida por David Villegas.
1 comentario:
me encanto la obra, muy ingeniosa, trenedos actores, ludwing, y villega mantiene a la audiencia por dos horas tomados de la mano, me alegra poder ver buen teatro y no hay quien le ponga el cascabel ya los artistas se lo pusimos los gobiernos ni los burocratas pueden hacer nada contra el talento
Ramon Lopez Carrasco
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