Hace décadas, la actriz Agustina Martín sembró una semilla que sobrevivió a los cambios de gobiernos en Venezuela. Y es por eso que una nueva generación de funcionarios y artistas hicieron realidad, desde el año 2010, al Sistema Nacional de Teatro Penitenciario (SNTP), el cual ha proseguido en su tarea de dignificar y humanizar al sistema carcelario con las herramientas que proporcionan las artes escénicas, haciendo del teatro más que un fin, un medio para la transformación interna de la población carcelaria, la cual actualmente ronda por los 43 mil reclusos y 2 mil reclusas, según datos suministrados por los funcionarios Reynaldo Hidalgo e Isabel González.
Y es gracias al tesón del SNTP, contando con el asesoramiento del Centro de Directores para el Nuevo Teatro, que vimos en la sala Julia Rojas de Unearte, en la noche del pasado 6 de abril, el estremecedor y hermoso espectáculo Todo o nada, de Marcos Purroy, puesto en escena por Daniel Uribe, apuntalado en las coreografías creadas por Anita Vivas y Vittorio Marson.
Todo o nada, actuado por diez internas del Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) y por el joven interprete Germán Ánzola, es una compleja comedia musical-donde Gloria Geynor y Celia Cruz interpretan “Yo sobreviviré”-que refleja la cotidianidad de un grupo de hembras que conforman un club, al cual han entregado sus vidas y por ello se ha convertido en refugio de todas. Pero ese santuario está apunto de perderse por una hipoteca y ante la grave crisis se las ingenian para salvar esa “ventana” que es la razón de sus vidas en la monotonía de un pueblo olvidado en el mapa de Venezuela. Y para ello organizan un espectáculo de strip-tease y anhelan, con los recaudos por la venta de los boletos, pagar la deuda y recuperan la felicidad y la paz.
No fue fácil para Purroy, asumido como productor general, ni para Uribe, Vivas y Marson la realización del espectáculo ante las exigencias de los fundamentales ensayos del musical, sin olvidar además el rigor disciplinario del INOF, pero todas se desafiaron a si mismas y lo demostraron de manera extraordinaria, ante sus familiares y amigos que acudieron a la histórica sala. ¡No hay palabras para describir aquello!
Laura Pineda, María Alexandra Pérez, Hani Estaba, Yuraima Sojo, Clementina Boccard, Marelba Sánchez, Carmen Melissa Medina, Yuli Sánchez, Orissa Annin y Yusni Sojo mostraron como sus personajes si podían desafiar y superar todas las dificultades artísticas y tras asumir las técnicas actorales, no solo lograron conmover sino además satisfacer por el aleccionador mensaje de sacrificio y de lucha que aprendieron, ya que para ellas, como nos lo recalcaron sus maestros, el teatro es un camino para alcanzar su libertad y reemprender el complejo camino que las espera. Nosotros esperamos verlas cuando se reinserten en la actividad cultural venezolana, porque tienen talento no solo para sobrevivir sino también para crear.
Hace años, acompañamos a Agustina Martín en los festivales de teatro carcelario que se exhibieron en las instalaciones de la CANTV, y ahora hemos captado ese mismo espíritu de rescate de la dignidad humana, posible con todas las artes, ya que los hombres y mujeres nacen buenos, pero la sociedad se encarga de favorecer a unos y dañar o desviarlos de una correcta ruta a los otros. !Felicitaciones a todas y todos los ahí involucrados!
El mutis de Agustina
Y así, como siempre hay alguien que redescubre la belleza de los arreboles, recordamos que la actriz hispano-venezolana Agustina Martín murió trágicamente en Caracas, hacia el 30 de enero de 1996, a los 65 años de edad, al caer del piso diez del edificio Country, en Chacaíto, donde residía con su esposo, el periodista Oscar Yánez. Oriunda de Palencia y residente en esta Tierra de Gracia desde 1950, sufría cáncer de garganta desde hacía dos años por lo que las autoridades policiales investigaron si su caída fue un accidente o una decisión voluntaria. Desde su llegada a Venezuela, desarrolló una incansable labor por el desarrollo del teatro, llevándolo inclusive a las cárceles, para fundar en 1979 el llamado Teatro Penitenciario. En televisión fue protagonista de numerosas novelas muy recordadas por los venezolanos y entre 1965 y 1972, fue productora y conductora del programa radial “Agustina Martín Presenta”, y actuó en decenas de radionovelas emitidas por Radio Caracas Radio Televisión.
Y es gracias al tesón del SNTP, contando con el asesoramiento del Centro de Directores para el Nuevo Teatro, que vimos en la sala Julia Rojas de Unearte, en la noche del pasado 6 de abril, el estremecedor y hermoso espectáculo Todo o nada, de Marcos Purroy, puesto en escena por Daniel Uribe, apuntalado en las coreografías creadas por Anita Vivas y Vittorio Marson.
Todo o nada, actuado por diez internas del Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) y por el joven interprete Germán Ánzola, es una compleja comedia musical-donde Gloria Geynor y Celia Cruz interpretan “Yo sobreviviré”-que refleja la cotidianidad de un grupo de hembras que conforman un club, al cual han entregado sus vidas y por ello se ha convertido en refugio de todas. Pero ese santuario está apunto de perderse por una hipoteca y ante la grave crisis se las ingenian para salvar esa “ventana” que es la razón de sus vidas en la monotonía de un pueblo olvidado en el mapa de Venezuela. Y para ello organizan un espectáculo de strip-tease y anhelan, con los recaudos por la venta de los boletos, pagar la deuda y recuperan la felicidad y la paz.
No fue fácil para Purroy, asumido como productor general, ni para Uribe, Vivas y Marson la realización del espectáculo ante las exigencias de los fundamentales ensayos del musical, sin olvidar además el rigor disciplinario del INOF, pero todas se desafiaron a si mismas y lo demostraron de manera extraordinaria, ante sus familiares y amigos que acudieron a la histórica sala. ¡No hay palabras para describir aquello!
Laura Pineda, María Alexandra Pérez, Hani Estaba, Yuraima Sojo, Clementina Boccard, Marelba Sánchez, Carmen Melissa Medina, Yuli Sánchez, Orissa Annin y Yusni Sojo mostraron como sus personajes si podían desafiar y superar todas las dificultades artísticas y tras asumir las técnicas actorales, no solo lograron conmover sino además satisfacer por el aleccionador mensaje de sacrificio y de lucha que aprendieron, ya que para ellas, como nos lo recalcaron sus maestros, el teatro es un camino para alcanzar su libertad y reemprender el complejo camino que las espera. Nosotros esperamos verlas cuando se reinserten en la actividad cultural venezolana, porque tienen talento no solo para sobrevivir sino también para crear.
Hace años, acompañamos a Agustina Martín en los festivales de teatro carcelario que se exhibieron en las instalaciones de la CANTV, y ahora hemos captado ese mismo espíritu de rescate de la dignidad humana, posible con todas las artes, ya que los hombres y mujeres nacen buenos, pero la sociedad se encarga de favorecer a unos y dañar o desviarlos de una correcta ruta a los otros. !Felicitaciones a todas y todos los ahí involucrados!
El mutis de Agustina
Y así, como siempre hay alguien que redescubre la belleza de los arreboles, recordamos que la actriz hispano-venezolana Agustina Martín murió trágicamente en Caracas, hacia el 30 de enero de 1996, a los 65 años de edad, al caer del piso diez del edificio Country, en Chacaíto, donde residía con su esposo, el periodista Oscar Yánez. Oriunda de Palencia y residente en esta Tierra de Gracia desde 1950, sufría cáncer de garganta desde hacía dos años por lo que las autoridades policiales investigaron si su caída fue un accidente o una decisión voluntaria. Desde su llegada a Venezuela, desarrolló una incansable labor por el desarrollo del teatro, llevándolo inclusive a las cárceles, para fundar en 1979 el llamado Teatro Penitenciario. En televisión fue protagonista de numerosas novelas muy recordadas por los venezolanos y entre 1965 y 1972, fue productora y conductora del programa radial “Agustina Martín Presenta”, y actuó en decenas de radionovelas emitidas por Radio Caracas Radio Televisión.
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