Tiempo
de evaluar lo que llevamos. Y lo hacemos con un evento el cual desde 1973 ha generado
perenne sociología cultural y sana polémica. Se trata de los Festivales
Internacionales de Teatro de Caracas (FITC), surgidos bajo la égida del Ateneo de Caracas
(inicialmente con María Teresa Castillo) y la conducción artística (hasta 1992)
de Carlos Giménez.
Esos FITC -el más reciente es el número 17, realizado entre el 29 de marzo y
8 de abril de 2012, estuvo dedicado a la memoria del dramaturgo José Ignacio Cabrujas- fueron planificados
y realizados por artistas y técnicos criollos. Sirvieron para que diversos
sectores de la comunidad vieran y
evaluaran al desarrollo de las más destacadas manifestaciones teatrales del
mundo y degustaran las producciones de sus agrupaciones nacionales, al tiempo
que acrecentaron el bagaje cultural de una nación y permitieron la aparición de
nuevos creadores de la escena, al tiempo que alimentaron la sensibilidad de los
espectadores. Hay que recordar que tales eventos han sido auspiciados por el
Estado venezolano, con la intermediación de los gobiernos centrales, regionales
o municipales, y algunos tímidos aportes del sector privado.
SIN DEUDAS
El
17 FITC, inventado por el tesón de Carmen Ramia, Héctor Manrique, Claudia
Urdaneta, Eva Ivanyi y Javier Vidal –directivos de la fundación Festival
Internacional de Teatro- mostró a los habitantes de Caracas, Chacao, Sucre,
Baruta y Los Teques un total de 10 espectáculos extranjeros y 11 montajes venezolanos, los cuales fueron
exhibidos en cuatro salas y en avenidas y plazas públicas. Este evento, cuyo
presupuesto general era de 250 mil dólares, como lo declararon los organizadores,
contó con el apoyo financiero de las alcaldías de Chacao, Sucre Baruta y la
gobernación del estado Miranda, algunas organizaciones privadas y un público
entusiasta que pago sus entradas.
Carmen
Ramia reconoció que unas 30 mil personas
presenciaron los 21 espectáculos en 70 funciones o representaciones. Sobre los
ingresos y los egresos económicos, admitió que el 17FITC cerró sin pérdidas y
dejó una base financiera para ir organizando el escenario del 18 FITC en el 2013. ”Por
primera vez, un FITC no nos deja deudas. Y esperamos continuar así. El público
sabía de nuestro esfuerzo y respondió además así al homenaje que hacíamos a la
memoria de Cabrujas”, manifestó entusiasmada. Una especie de "Gracias a Cabrujas",
decimos nosotros porque el fin último era ese.
LO VISTO
De
los 11 montajes venezolanos solo reseñamos El
día que me quieras y Acto cultural,
piezas de José Ignacio Cabrujas que dirigió Juan Carlos Gené (ya fallecido) y
Héctor Manrique, respectivamente, producidas por Carolina Rincón para el grupo
GA80; y Cuando quiero llorar no lloro,
adaptación y puesta en escena de José Domínguez B. basado en la novela de
Miguel Otero Silva, producción de William López para el grupo Rajatabla.
Sobre
los montajes de los textos cabrujianos hay que subrayar como se conserva la versión
escénica que hizo Gene de El día…
para la temporada 2005, la cual incluso tiene mayor intensidad gracias a la
madurez del elenco presente. Y hay destacar que un elenco de jóvenes
comediantes asumió a fondo las caracterizaciones que exige Acto…, demostrando que pueden ser verdaderos profesionales de las
tablas. ¡Son el futuro del GA80!
Rajatabla
insiste con montajes espectaculares y en esta ocasión le funcionó la maquinaria
actoral integrada mayoritariamente por gente joven y apasionada. Esta
agrupación se juega ahora su permanencia en la escena con nueva generación de
comediantes.
De
los espectáculos foráneos admitimos nuestra sorpresa ante los montajes provenientes
de Chile, Ecuador, México y España. Lo que trajo Argentina merece comentario
aparte, porque nos resultó el espectáculo perfecto.
Diciembre, escrita
y dirigida por Guillermo Calderón, muestra al Chile del año 2014 y en guerra
contra un vecino. Una vitriólica descarga contra la manipulación histórica de
las naciones por parte de sus clases dirigentes y se asume como un texto que además
busca el amor y la paz entre todos los seres
humanos. El protagonista es un soldado que se niega a desertar porque está
enamorado de sus compañeros y nos los quiere dejar solos, es un militar gay y más
nada.
No
sabemos si en Ecuador saben de la grandeza del grupo Malayerba, creado en 1988
por el argentino Arístides Vargas, artista que no cesa de sorprender al continente
americano con su ingeniosa creatividad. Lo demuestra con La razón blindada, metáfora sobre El Quijote de La Mancha
ambientada en sórdida cárcel para políticos argentinos, donde dos hombres -Gersón
Rojas y Arístides- se cuentan y recuentan las aventuras de Sancho Panza y aquel caballero que embestía a
los molinos de viento porque creía que eran peligrosos gigantes. En este montaje,
la teatralidad del espectáculo supera la metáfora escénica, pues los comediantes
sentados en sillas con rodachines agarran a tres mesas, también con rodachines
y manteles, y las hacen girar para intentar superar la reclusión y salir hacia
la libertad. ¡Y todos los que ahí estábamos lo deseamos y sufrimos también!
La
kafkiana frontera de México con Estados Unidos de América estuvo presente el
17FITC gracias al espectáculo pieza Amarillo
de Jorge A. Vargas, alucinante performance con apoyos de videoarte y mucha
danza.
Calisto, el
más pérfido de los galanes del teatro en lengua hispana, según La Celestina de Fernando de Rojas, vino
para contar sus amores y desamores y
hasta ufanarse de ser el bisabuelo de Romeo el amante de la mítica Julieta, los
amantes nacidos de William Shakespeare. Durante una memorable larga hora vimos
al primerísimo actor Álvaro Lavin dar gran clase de interpretación, gracias al
autor Julio Salvatierra y el director
Miguel Seabra.
Tercer cuerpo
El bonaerense Claudio Tolcachir (37 años)
ha sido descubierto y aplaudido por intermedio de su fogoso espectáculo Tercer cuerpo que exhibió su grupo Timbre Cuatro. Una pieza
con encubierta o disfrazada proclama a favor de los homosexuales
enclosetados, esos que en Argentina, donde ya hay matrimonios, o en
cualquier lugar del planeta son chuleados porque no pueden o no se atreven a
salir de closet ante el pánico del anatema social o la indolencia de la
justicia que nos los protege porque son parte de una aparato
antihomofóbico que mata o arruina las almas de los que se niegan a morir antes
de tiempo. Exhibe magistral dirección de actores para impedir que la
violencia pueda llevarlo todo al caos, pero en especial con los
personajes femeninos que impiden las agresiones y bajan la tensión y todo
tiende a normalizarse, o a dejar que transcurran los conflictos de los otros
seres: una mujer que quiere ser madre pero no tiene novio ni marido, otra que
no tiene hogar donde vivir y una tercera que no está definida. En síntesis, son
seres que nadan contra corriente y tratan de salvarse en medio de un trabajo
que ya abusa de ellos y los tiene como en un pudridero mientras los jubilan o
les llega la muerte.
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