¿Emigran más hombres que mujeres? Sí, porque la sociedad es más
liberal y exigente con ellos, pero
cuando son las féminas las que se van
cunde la preocupación y la paz familiar se altera y todo pende de una carta o
un email o una llamada telefónica a cualquier hora. Pero cuando a ellas les va
bien, y eso para las hembras tiene significados absolutos o casi mágicos, la
alegría regresa y todos, sin excepción,
se felicitan. “”Nuestra muchacha picó adelante”.
Eso ocurrió cuando la
escritora Indira Páez Delgado (Puerto Cabello, 19 de febrero de 1968) agarró
sus maletas y se instaló en Miami, Florida, en enero de 2008, con muchos
sueños, ensueños y un montón de planes como solo las mujeres pueden orquestar. Ahora
cuando inicia el que será su quinto año, ella acepta hablar un tanto de sus
cosas.
-¿Cual es su balance profesional de este 2012?
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-Este ha sido un año maravilloso y bendito, de gran crecimiento
personal y profesional. Estoy feliz, agradecida con Papa Dios a más no poder.
Creo que, después de muchos tumbos, naufragios, tormentas y remolinos, este año
llegué a puerto... ¡Al menos por ahora!, lo digo así, porque en esta vida, todo
es movedizo o inestable.
-¿Cuantas obras de teatro llevadas a la escena?
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-La lista ya es larga pero tengo un total de ocho remontajes, en
distintas partes: Caracas, Miami, Nueva York, Sevilla, México, Panamá... Y un
estreno (mi primero en cinco años) aquí en Miami: Hombres de bar en bar ¡Sabroso! No me puedo quejar.
¿Qué pasó con Hombres de bar en bar o Machos de bar en bar
como lo retitulamos desde esta envidiosa Caracas?
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-Esa pieza es un divertimento, la conoces porque la has leído. Es
totalmente autobiográfica y en la cual desnudo mis experiencias después del
divorcio, y me enfrento al hecho de ser soltera después de los cuarenta y pico
y con dos muchachos a cuestas... o sea, soltera "en combo". En Miami
ha sido un gran éxito, gracias a Dios. En la primera temporada fueron 14
semanas en cartelera con la sala llena y una crítica excelente. El elenco era
privilegiado: Laura Termini (Venezuela), Juan David Ferrer (Cuba), Gabriel
Porras (México), Karlos Anzalotta (Puerto Rico), Mauricio Rentería (Cuba) y Ariel
Texidó (Cuba). La dirección fue brillante, a cargo de un maestro maravilloso
que conocí aquí en Miami y a quien no pienso soltar, todo un colombiano que
maneja muy bien el tempo de la comedia: Leandro Fernández. Su esposa, Ángela
María Osorio, la produjo. Ellos son los líderes de “Teatro para todos”, una
agrupación que ha despertado el interés de mucha gente hacia el teatro en esta
ciudad multicultural, su sede está en Coral Way y su página web, para todos los
interesados, es http://www.TeatroParaTodos.net
-¿Cómo estuvo esa taquilla y dónde seguirán mostrándolo?
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-A Dios gracias le ha ido bien, es una comedia ligera, en la que
por primera vez me meto en los zapatos de los hombres y escribo especialmente
pensando en ellos, y (digo yo) como ellos. Volverá a Miami el año próximo, y a Manhattan
si Dios quiere para el Festival de Venezolanos en Nueva York, dirigida por
Alfonso Reyes (Premio ACE).
¿Hay posibilidades en Venezuela?
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-Claro que si, por supuesto, en Venezuela la dirigirá mi gran amor
teatral, Dairo Piñeres, si Dios quiere. Amén y Amén. El Dairo está siempre ocupado,
pero espero que haga un hueco en su agenda para montar este juguete teatral.
¿Qué otros textos tiene en camino?
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-Estoy trabajando en una comedia, la cual espero que dirija otro de mis amores
teatrales, Roberto Stopello, y en otra pieza "portátil" para EL BAR.
Dos proyectos por ahora.
¿Y con la televisión que pasó?
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-Este año tuve la dicha de dialogar dos telenovelas para
Telemundo: Relaciones Peligrosas, de
la mano de Roberto Stopello, y Rosa
Diamante, escrita por Sandra Velasco... un año ocupadíto, pues.
-¿Y en su vida personal como están las noticias, después de
dos hijos y sendos divorcios?
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-Excelente, a Dios gracias. Estoy enamorada, otra vez, porque yo
insisto. Mi hija mayor, Oriana Zerillo Páez-Delgado, se graduó de bachiller y
se fue a estudiar a una excelente universidad en la capital del estado. Y mi
piojo Nicolás Quintero Paz-Delgado, que ya está en primer grado, es la energía
que me hace despertarme cada mañana contenta, aunque haya dormido sólo cuatro
horas. Así que, en definitiva, ¡gracias papito Dios por este 2012!
Cinco hombres y una mujer
Una
mujer en sus treinta. Cinco hombres. Un sólo objetivo: conseguir el amor.
Sencillo, pero complicado. Este es el tema de la nueva obra de la dramaturga
venezolana Indira Páez Delgado, la comedia Hombres
de bar en bar, la cual plasma el recorrido de una mujer recién divorciada
que decide salir nuevamente al ruedo e ir en la búsqueda de su “príncipe azul”,
besando uno que otro sapo en el camino. Esta
mujer descubre a cinco hombres
diferentes, cada uno con sus defectos y virtudes. En este recorrido, ella
deberá aprender, que antes de amar a otro, es fundamental amarse a sí misma.
“Hombres de bar en bar” es un juguete teatral en un sólo acto, escrita para una
actriz y cinco actores. Es la primera comedia de Páez Delgado en la que la
autora, conocida por sus textos feministas, decide abordar el universo
masculino y ponerse en los zapatos de los hombres. Con toques autobiográficos y
tono de humor, describe a través de diferentes cuadros y monólogos, la
complejidad de volver a la soltería después de un divorcio. No faltan las
canciones de amor, dolor y despecho. Una mezcla teatral de amor, humor… y mucha testosterona.
Escrito y estrenado
Indira Páez Delgado está
escribiendo y contabilizando sus textos teatrales, algunos coescritos con
amigos, muy vinculados con las vicisitudes existenciales de las hembras, desde
1996. Ahora en Miami saca sus cuentas: La princesa triste (1996),
Había una vez un teatro (1997), Primero
muerta que bañada en sangre (1998), Esperanza
Inútil (1998), Fabricantes de sueños
(1999), Oriana en la luna (2001). Crónicas desquiciadas (2002), Amanecí como con ganas de morirme
(2003), Locas, trasnochadas y
melancólicas (2003), De velo y
corona (2007), Angustias de la
mediana edad (2007), Mujeres de par
en par (Miami, 2009), Sonrisa
Vertical (Miami, 2010) y Hombres de
bar en bar (2012).
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