El terceto de amantes traicioneros en Caracas |
Ninguna traición es
placentera porque anuncia como la deslealtad rompió la amistad o el amor. Todo termina y es posible
que no haya explicación o
reconciliación alguna. Solo queda la amargura de no continuar ante el peso de
los convencionalismos sociales, los valores morales, siempre de raíz religiosa,
y por ese dorado quintal de egoísmo que exige la amistad o el amor.
Pero aquella Traición
ha sido la excepción, pues, después de haberla sufrido durante un accidentando
estreno (20 de septiembre), la hemos rescatado el 1 de diciembre y todo cambió,
incluso nosotros. A ese espectáculo teatral lo sentimos correr como agua entre
los dedos y fue grato el accionar de los actores, aunque se nota que faltaron
las manos creativas de un director para ayudar a la veracidad y la atmósfera de
algunas escenas o, quizás, la culpa la tuvo el
mismo autor, porque a diferencia de Shakespeare no lavó el deshonor con
sangre, como ocurre en Hamlet, sino con mucho vino italiano.
Nos referimos a Traición,
el británico melodrama de Harold Pinter que hace temporada en el teatro
Trasnocho, gracias a la producción general del actor Christian McGaffney
(felicitaciones por tan oportuno debut), al
meritorio terceto compuesto por Antonio
Delli, Alexander Solórzano y Pakriti Maduro, bajo la dirección del mexicano Iván Olivares.
Esta Traición,
inglesa por los cuatro costados, es la saga de Jerry (Alexander), el mejor amigo de Robert
(Antonio), el marido de su amante clandestina. Durante siete años los
encuentros entre los enamorados se disfrutan sin conocimiento de sus cónyuges,
pero en determinado momento la adúltera Emma (Pakriti) confiesa la relación
clandestina a su marido, quien mantiene silencio y prosigue la relación con su
amigo como si nada hubiera pasado, pero cuando finalmente el matrimonio se
rompe y los ex amantes se encuentran, ella confiesa que durante cuatro años su esposo
estuvo al tanto de todo.
Traición
como artificio teatral es el recuento de como Jerry y Emma comenzaron todo y
como, siempre en el ayer, en ese pasado que se desgaja cual una cebolla, se
amaron por encima de los convencionalismos, fabricaron su nidito de amor…hasta
que se rompió todo y solo quedan recuerdos.
Esta
forma tan teatral para contar la saga de un trío, donde el engañado acepta sus
cuernos quien sabe porque, genera
interrogantes sobre el verdadero perfil psicológico de Robert, pero cualquier cosa
que inventemos no aporta nada al espectáculo, el cual en la segunda función que presenciamos fluyó
fácilmente, sin tropiezos y sin esa horrenda escenografía, que ya fue eliminada,
y se
hizo el espectáculo con solo una
cámara negra y la utilería básica para
ese viaje al pretérito de una pareja que logró el amor a pesar de traicionar a
sus parejas y palpar como mancillan una amistad, donde además había relaciones
profesionales y comerciales de por medio.
No
es fácil de tragarse la anécdota pero el autor, Premio Nobel de Literatura de
2005, vivió algo similar y la escribió sin miedo, tratando de resaltar como es el amor y todo lo
que exige cuando aparece.
Broadway en millones
El estreno oficial de Traición en el Ethel Barrymore Theatre
de Broadway, Nueva York, estaba previsto para el 27 de octubre y ya había
batido un récord en taquilla: más de un millón de dólares en su primera
semana, como reseña el diario El País,
de Madrid.
Esta nueva producción protagonizada por
la atractiva y hollywoodiense pareja de Daniel Craig, (el último James Bond) y Rachel Weisz (ganadora de un Oscar por su
interpretación en El Jardinero Fiel) hizo historia y no ha
defraudado las expectativas, al menos económicas.
El montaje, dirigido por Mike Nichols
podría recaudar hasta 12 millones–algo insólito para una obra que no es un
musical– y de momento ya ha desbancado la caja que hizo durante su preestreno
el año pasado la obra Muerte de un viajante, dirigida
por el mismo Nichols y protagonizada por Philip Seymour Hoffman.
Los actores, pareja en la vida real,
han querido dejar al margen su propia historia durante las escasas entrevistas
que han concedido, pero sin duda verles juntos por primera vez en un escenario
interpretando a un matrimonio que debe hacer frente a una infidelidad ha
encendido la curiosidad de muchos espectadores, algunos de los cuales han
llegado a pagar 423 dólares por su entrada, –aunque el precio medio es de 149
dólares. El teatro tiene más de 1000 localidades y han colgado el cartel de no hay billetes. Solo
estará 14 semanas en cartel, hasta el 24 de enero, y no habrá posibilidad de
alargarlo puesto que Craig arrancará justo después el rodaje de la próxima
película de Bond.
Pinter escribió esta obra en 1978 y
planteó una estructura cronológica inversa, un flashbacks en escena, para
narrar con nervio contenido la traición de Emma a su esposo, Robert, con su
mejor amigo, Jerry –papel que en esta nueva producción interpreta Rafe Spall–.
El drama estaba inspirado en su affaire con Joan Bakewell entre 1962 y 1969,
cuando aún estaba casado con Vivian Merchant. Al escribirlo aún seguía en este
matrimonio, aunque mantenía una relación con Lady Antonia Fraser con quien
acabaría casándose en 1980. La acogida crítica tras su estreno en Londres no
fue muy buena, pero la obra ha sido puesta en escena posteriormente con
relativa frecuencia, incluso por otra pareja de actores en la vida real (Daniel
Messey y Penélope Wilton).
Hoy está considerada como una de las
mejores piezas de este dramaturgo, que debutó en 1957 con El
Cuarto, puntualiza la publicación española, gracias a su corresponsal
en Nueva York.
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