Atanasio Alegre con uno de sus últimos libros.
Atanasio Alegre se ha marchado. Hacia
el año 2008 lo entrevistamos y nos confesó que era ya un filósofo de 28 años
cuando llegó a Caracas en 1958. Vino de León, España, y egresó de la Universidad
Católica Andrés Bello hacia 1963, Summa Cum laude como psicólogo social. Con su
única esposa procrearon tres hembras y un varón. Ingresó a la docencia en la
UCV y en 1991 lo jubilan, pero en 1994 lo llaman para ocupar la dirección de
Cultura, donde permaneció hasta finales de 1996.
Nos reconoció que la vida como profesor si se
quiere estar al día es enriquecedora y estimulante, sobre todo si se desarrolla
una labor como conferenciante, asistente a congresos como ponente y además se
entrega a la publicación dentro del campo de su especialidad. Esa fue su
experiencia. Creía que sus cuatro libros de ensayos lo llevaron primero a la
novela: El mercado de los gansos, sobre la vida de Telemann en
Hamburgo, y luego a la trilogía sobre el acontecer venezolano. Alguien dijo que
sus narraciones participaban de ambos géneros: eran novelas ensayísticas. Pero
tanto el ensayo, como la novela requieren de investigación y de metodología,
para lo que sirvió su pasantía por Alemania.
Creía que “a estas alturas y vecinos como
están mis días finales, yo también podría suscribir aquellas palabras que
Lutero escribió a su amigo Spalatino: Tu sabes que si los bienes del hombre en
el mundo deberían ser destruidos, son los que pertenecen a los príncipes. Ser
príncipe y ser ladrón es lo mismo y el príncipe es mayor ladrón, en la medida
que es un gran príncipe”
.Nos dijo que Johannes Reuchlin, el
maestro de hebreo de Martín Lutero, el gran revolucionario del Renacimiento,
tal como lo plasmó en su novela histórica El crepúsculo del hebraísta,
literatura que va más allá de una saga de ficción donde la fe, la corrupción,
la intolerancia y la ambigüedad del ser humano se disputan el reino de la
tierra.
“Se trata de un culto y severo
discurso crítico del autor que recrea vidas que él no ha podido vivir. Es
espejo para el camino o peculiar metáfora para los entendidos. Y en estos
tiempos y en esta sociedad y en este aquí y ahora, eso es muy necesario, porque
eso ocurría y se decía hace casi 500 años y ahora se puede escribir lo mismo
porque tal sociedad aún existe y tiene diferentes ropajes, reitera el escritor,
quien con esas 304 páginas, publicadas por Alfa Ediciones, completó su primera
docena de libros, los cuales van desde ensayos hasta cuentos, pasando por
narraciones largas. ¡Intelectual a tiempo completo!
Escribió sobre Reuchlin porque con su novela histórica plantea una reflexión
sobre lo que hubiera podido suceder si este no aparece. “Novelizar a este
personaje es aludir al descubrimiento de la imprenta, porque sin ella no se
hubiese dado la Reforma Protestante, ya que le permitió a Lutero, el mismo que
predicaba que había que divinizar al hombre y humanizar a Dios, publicar 600
mil copias de sus escritos y escindir para siempre a la Iglesia Católica
Romana. Y para eso aprendió el hebreo, lo cual permitió leer los manuscritos
antiguos y así la Biblia fue mejor comprendida y popularizada gracias al gran
invento de Gutenberg, que aparece hacia 1450”.
Con su novela da una visión sobre el poder y la corrupción, algo que está muy
de moda en estos tiempos, pero no es una pieza biográfica. Pululan las
intrigas, las persecuciones de la Inquisición y otros crímenes. Es uno de los
incubadores del Renacimiento, etapa del pensamiento europeo que desemboca en la
Ilustración y está en las revoluciones que terminan por cambiar el mundo. Pero
ahora se va hacia otro Renacimiento y de ahí el valor metafórico de este texto.
-¿Cómo es ese Renacimiento?
-No soy profeta. Solamente recuerdo que H.G. Wells habla de “the shape of
things to come”, es decir, de la singularidad de las cosas por venir. Lo que
terminó con la Edad Media fue la irrupción de la cultura oriental que trajeron
a Occidente quienes huían de Bizancio en manos de los turcos. Fue la cultura
pitagórica y el interés por los idiomas antiguos, sobre todo el griego y el
dominio del latín. Sobre lo que influye esa nueva cultura, ese Renacimiento, es
sobre el concepto de autoridad. La autoridad no viene de Dios, sino del hombre
mismo. Y de aquí van a nacer los movimientos revolucionarios. Hoy la influencia
viene del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) y de Asia en general. Esta
influencia significa una nueva gestión del mundo a través de la globalización.
Entonces la pregunta sería: ¿la comunidad atlántica y los países
industrializados tienen la fuerza económica, laboral y cultural para hace
frente a esta nueva irrupción? Occidente pierde influencia, sus sistemas de
valores y la axiología están cambiando y van a tener que adaptarse. No se trata
de un choque de civilizaciones, sino más bien de un choque dentro de las
civilizaciones. Y estos son ingredientes para un nuevo Renacimiento, si se
quiere mirar al futuro o la singularidad de lo porvenir de que habla Wells. Y
este ya comenzó.
Era un intelectual de obra propia y a quien su familia debe preservar y difundir su obra.
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