HERMAN LEJTER |
La última vez fue hace cuatro meses.
Era la tarde de un día cualquiera en la estación “Los dos caminos” mientras él
esperaba el Metro que lo llevaría a Petare. Hablamos poco y caímos en el recuerdo
conjunto del Gran Ausente, el argentino aquel que le cambió el camino y la ruta
a muchos de nuestros artistas.
Hoy sabemos que tenía planes para un gran
montaje, pero ya no se podrá porque Herman Lejter, una de las principales
figuras de la dirección, producción y docencia teatral en Venezuela, así como célebre
organizador y promotor de eventos ligados al histrionismo, ingresó a la
historia de las artes venezolanas por la puerta grande de los
que cumplieron su misión.
Nació
en Santa Teresa del Tuy el 26 de julio de 1935, debiendo residenciarse en Caracas,
para estudiar Sociología y Antropología en la Universidad Central de Venezuela.
Comenzó su actividad teatral con quienes luego conformarían la generación más
importante de dramaturgos, actores y directores teatrales de la historia
venezolana: la “Santísima Trinidad”: Isaac Chocrón, Román Chalbaud y José
Ignacio Cabrujas, en los años sesenta. Irá también a la Universidad de la
Sorbona en Francia a aprobar un doctorado, trabajando también en teatro, cine y
televisión, cuenta amenamente Isaac
Morales Fernández.
Perteneció luego a la junta directiva del
Teatro Profesional de Venezuela. Más tarde, en 1978, en compañía de Rubén
Monasterios, recopila diferentes materiales de trabajo e informes de grupos
teatrales y, con criterio reflexivo, publica el libro Formación para un teatro del tercer
mundo, auspiciado por el CONAC. En 1983 dirige Souflé
para dos voces de Salvador Garmendia e Ídolos
encontrados de Carlos Fraga. En 1984 dirige Whisky
& cocaína de Thaís Erminy. Dirige telenovelas en VTV y
RCTV, y filma para VTV El día que se acabó el petróleo,
escrita por Cabrujas e Íbsen Martínez, con la que gana el Premio Iberoamericano
de Televisión. Se encarga de la dirección general y luego de la dirección
sectorial de teatro del CONAC, entre 1985 y 1996.
Fue director de cultura de la UCV y
dirigió el Teatro Universitario de allí y el de Maracay. En 1993, la edición
especial de la paradigmática obra teatral Triángulo de Chalbaud,
Cabrujas y Chocrón, fue dedicada a él como Maestro del teatro venezolano. Ese
mismo año trabaja en la fundación de la Compañía Regional de Teatro de Miranda,
centralizada en Santa Teresa del Tuy, y que lamentablemente desapareció a los
pocos años. En 1995 organiza con gran éxito el 1er Festival Municipal de
Compañías Regionales de Teatro en su pueblo natal Santa Teresa del Tuy, con
grupos de toda Venezuela, en donde no hubo sala que no se llenara, evento que
marcó un hito en la historia cultural de nuestro pueblo. Esta actividad fue
parte de su gestión como funcionario del CONAC, cargo que aprovechó para intentar
desarrollar el teatro en las provincias y pueblos venezolanos y, por supuesto,
empezando por su terruño. También a su gestión se debió la fundación del
Instituto Universitario de Teatro (IUDET).
En 1996, sale del CONAC. En 1999
trabajó en la oficina de Planificación, Desarrollo y Presupuesto del sector
Cultura. Hoy, desde 2006, trabajaba en la oficina de Asuntos Culturales de la
Cancillería General de la República Bolivariana de Venezuela, y siempre, desde
su cercana lejanía, mantiene comunicación y relación (y preocupación) con el
lamentablemente cada vez más decaído ámbito teatral en el Municipio
Independencia.
Cabe destacar que en Guanare, capital
del estado Portuguesa, el Centro Teatral de Occidente lleva el epónimo de “Herman
Lejter”, donde este año se realizara otra edición de su Festival Internacional,
a mediados el venidero noviembre.
La semilla sembrada por Herman ha dado
y seguirá dando sus frutos. Hay gente que sigue sus huellas.
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