Tras 30 semanas de preproducción y de rodaje, donde participaron no menos de 80 artistas, técnicos y profesionales, Des-autorizados, la tercera película de la venezolana Elia Schneider, comienza sus etapas de edición y de postproducción que culminarán con el estreno en noviembre de 2007, después que la productora Joelfilms haya invertido no menos de 800 mil dólares.
Pero hay que recordar que como el cine es muy importante para el desarrollo cultural de un país, éste debe estar en las manos de sus artistas y no bajo el control de las transnacionales ni acosado por la descarada explotación de algunos empresarios, tal como sucede en el caso venezolano, por lo que el Presidente de la República o las autoridades del sector deben participar más ejecutivamente e impedir así los abusos que aún se cometen, según lo dice esta cineasta de 50 años,
-¿Como le “vende” Des-autorizados a los venezolanos?
-Creo que el público venezolano, como cualquier otro en el mundo, tiene sus preferencias que en este caso han estado influenciadas por el gran bombardeo de promoción que ha hecho Hollywood durante años. Es muy difícil para un venezolano competir con toda esta maquinaria, sin embargo, y atravesando todos los obstáculos, lo hemos hecho con todas nuestras películas anteriores y hemos quedado siempre en los primeros lugares de taquilla. Debo aclarar que esta taquilla se reparte de forma muy desigual para los productores venezolanos. En el caso de Punto y raya que facturó 900 millones de bolívares, 575 millones fueron a manos de los exhibidores y distribuidores, y 90 millones fueron para el impuesto de Fomprocine. Nosotros como productores terminamos endeudados y sin poder hacer un nuevo proyecto por casi cuatro años. Creo que si hay algo importante que debe hacer el presidente Hugo Chávez, con relación al cine, es cambiar la proporción de estos porcentajes y que esas taquillas que hacen las películas venezolanas se convierta en los fondos para hacer nuevas producciones. No entiendo porque a estas alturas eso no ha sido cambiado en la Ley del Cine todavía.
-¿Que diferencias hay entre Des-autorizados y sus anteriores films?
-El guión de Des-autorizados, escrito por Fernando Butazzoni y Rosa Clemente, a partir de una historia mía, aborda un tema que se acerca más a mi realidad e intenta plantear un dilema que nunca he podido solucionar y que tiene que ver con las relaciones autor y personaje, personaje y actor, actor y director, director y productor, fantasía y realidad, arte y comercio, etcétera. Básicamente estamos frente a varios para qué, los cuales necesariamente no tienen solución en la película sino mas bien la formulación de una serie de preguntas sin respuestas.
Explica que en el caso de Huelepega y Punto y Raya, sus largometrajes, los personajes se movían en medio de contextos muy definidos y la resolución de sus historias quedaban respondidas cuando la historia terminaba. “El trabajo técnico y de campo en Des-autorizados fue exigente y de una gran precisión. Si algo fallaba toda la cadena se resentía. El criterio de selección de las locaciones fue diferente, ya que en este caso la historia sucedía en la imaginación de la escritora (Elia) que vive en Caracas. Así que esta urbe y sus locaciones se prestan para contar sus ideas, por eso se verá que ninguna locación tiene un carácter realista y que Elías (el escritor que Elia creó, encarnado por Eric Wildpret) vive en un castillo retirado en una montaña y Raquel, la novia de Elías, que es muy estilizada y fría vive en un espacio gigante como el Hotel Humboldt. Esto le da a mi película un carácter muy especial ya que las locaciones son el contexto de cada personaje y se convierten en una parte de su característica. Como la película trata sobre una historia que yo invento , muchos de los personajes de las obras que monte anteriormente deambulan por las escenas silenciosamente , como presencias indolentes y son como testigos sin voz ni voto, están ahí vigilantes de lo que sucede”.
En el caso de Des-autorizados, revela Elia que “es una película que combina varios géneros como la comedia, el drama, el surrealismo, lo fantástico, lo artístico, etcétera. Creo que es muy diferente y hay que promocionarla de esa manera. Un buen comienzo seria entrar en los festivales internacionales y luego presentarla en Venezuela. Creo que la película no sólo se dirige a una elite”.
-¿Seguirá insistiendo en hacer cine aquí en Venezuela o saltará la talanquera o hará el crossover al mercado gringo?
-Seguiré insistiendo en hacer cine donde sea, porque el cine tiene carácter universal y trata sobre la esencia del espíritu humano y eso es valido en cualquier lugar del mundo. Si me dejan seguir haciendo cine en Venezuela lo haré y si no saltará las cien mil talanqueras en los cien mil países para poder seguir haciendo películas. Para mi el cine es la vida.
-¿Vale la pena tanto sacrificio o es hora de dedicarse a cosas mas comerciales?
-Cuando se cree en algo vale la pena todo y yo creo en el cine que hago y en el que quiero seguir haciendo .Lo comercial es algo trivial. Ya quedó demostrado que en este país los cineastas no ganamos dinero con las películas que realizamos. El cine es una forma de comunicarte con el público, de expresar lo que sientes sobre la vida, es una forma de cambiar y hacer que la gente cambie.
- ¿Que viene ahora?
- La edición y postproducción de Des-autorizados. Esperamos tenerla lista para noviembre 2007. Por otro lado, José Ramón Novoa, el productor general, inicia la pre-producción de Un lugar lejano, donde seré directora de castina y productora y cuyo rodaje esta previsto para julio del 2007 en Venezuela, Argentina y España. Por otro lado ya tengo la primera versión del guión de The Unfit, mi próximo proyecto cinematográfico, un drama social sobre la campana de esterilizaciones que se hizo en varios lugares de Estados Unidos para obtener una "raza nueva" y cuyos planteamientos sirvieron más adelante para iniciar lo que después se conoció como El Holocausto..
Pero hay que recordar que como el cine es muy importante para el desarrollo cultural de un país, éste debe estar en las manos de sus artistas y no bajo el control de las transnacionales ni acosado por la descarada explotación de algunos empresarios, tal como sucede en el caso venezolano, por lo que el Presidente de la República o las autoridades del sector deben participar más ejecutivamente e impedir así los abusos que aún se cometen, según lo dice esta cineasta de 50 años,
-¿Como le “vende” Des-autorizados a los venezolanos?
-Creo que el público venezolano, como cualquier otro en el mundo, tiene sus preferencias que en este caso han estado influenciadas por el gran bombardeo de promoción que ha hecho Hollywood durante años. Es muy difícil para un venezolano competir con toda esta maquinaria, sin embargo, y atravesando todos los obstáculos, lo hemos hecho con todas nuestras películas anteriores y hemos quedado siempre en los primeros lugares de taquilla. Debo aclarar que esta taquilla se reparte de forma muy desigual para los productores venezolanos. En el caso de Punto y raya que facturó 900 millones de bolívares, 575 millones fueron a manos de los exhibidores y distribuidores, y 90 millones fueron para el impuesto de Fomprocine. Nosotros como productores terminamos endeudados y sin poder hacer un nuevo proyecto por casi cuatro años. Creo que si hay algo importante que debe hacer el presidente Hugo Chávez, con relación al cine, es cambiar la proporción de estos porcentajes y que esas taquillas que hacen las películas venezolanas se convierta en los fondos para hacer nuevas producciones. No entiendo porque a estas alturas eso no ha sido cambiado en la Ley del Cine todavía.
-¿Que diferencias hay entre Des-autorizados y sus anteriores films?
-El guión de Des-autorizados, escrito por Fernando Butazzoni y Rosa Clemente, a partir de una historia mía, aborda un tema que se acerca más a mi realidad e intenta plantear un dilema que nunca he podido solucionar y que tiene que ver con las relaciones autor y personaje, personaje y actor, actor y director, director y productor, fantasía y realidad, arte y comercio, etcétera. Básicamente estamos frente a varios para qué, los cuales necesariamente no tienen solución en la película sino mas bien la formulación de una serie de preguntas sin respuestas.
Explica que en el caso de Huelepega y Punto y Raya, sus largometrajes, los personajes se movían en medio de contextos muy definidos y la resolución de sus historias quedaban respondidas cuando la historia terminaba. “El trabajo técnico y de campo en Des-autorizados fue exigente y de una gran precisión. Si algo fallaba toda la cadena se resentía. El criterio de selección de las locaciones fue diferente, ya que en este caso la historia sucedía en la imaginación de la escritora (Elia) que vive en Caracas. Así que esta urbe y sus locaciones se prestan para contar sus ideas, por eso se verá que ninguna locación tiene un carácter realista y que Elías (el escritor que Elia creó, encarnado por Eric Wildpret) vive en un castillo retirado en una montaña y Raquel, la novia de Elías, que es muy estilizada y fría vive en un espacio gigante como el Hotel Humboldt. Esto le da a mi película un carácter muy especial ya que las locaciones son el contexto de cada personaje y se convierten en una parte de su característica. Como la película trata sobre una historia que yo invento , muchos de los personajes de las obras que monte anteriormente deambulan por las escenas silenciosamente , como presencias indolentes y son como testigos sin voz ni voto, están ahí vigilantes de lo que sucede”.
En el caso de Des-autorizados, revela Elia que “es una película que combina varios géneros como la comedia, el drama, el surrealismo, lo fantástico, lo artístico, etcétera. Creo que es muy diferente y hay que promocionarla de esa manera. Un buen comienzo seria entrar en los festivales internacionales y luego presentarla en Venezuela. Creo que la película no sólo se dirige a una elite”.
-¿Seguirá insistiendo en hacer cine aquí en Venezuela o saltará la talanquera o hará el crossover al mercado gringo?
-Seguiré insistiendo en hacer cine donde sea, porque el cine tiene carácter universal y trata sobre la esencia del espíritu humano y eso es valido en cualquier lugar del mundo. Si me dejan seguir haciendo cine en Venezuela lo haré y si no saltará las cien mil talanqueras en los cien mil países para poder seguir haciendo películas. Para mi el cine es la vida.
-¿Vale la pena tanto sacrificio o es hora de dedicarse a cosas mas comerciales?
-Cuando se cree en algo vale la pena todo y yo creo en el cine que hago y en el que quiero seguir haciendo .Lo comercial es algo trivial. Ya quedó demostrado que en este país los cineastas no ganamos dinero con las películas que realizamos. El cine es una forma de comunicarte con el público, de expresar lo que sientes sobre la vida, es una forma de cambiar y hacer que la gente cambie.
- ¿Que viene ahora?
- La edición y postproducción de Des-autorizados. Esperamos tenerla lista para noviembre 2007. Por otro lado, José Ramón Novoa, el productor general, inicia la pre-producción de Un lugar lejano, donde seré directora de castina y productora y cuyo rodaje esta previsto para julio del 2007 en Venezuela, Argentina y España. Por otro lado ya tengo la primera versión del guión de The Unfit, mi próximo proyecto cinematográfico, un drama social sobre la campana de esterilizaciones que se hizo en varios lugares de Estados Unidos para obtener una "raza nueva" y cuyos planteamientos sirvieron más adelante para iniciar lo que después se conoció como El Holocausto..
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