Dos damas y siete caballeros llegaron a Venezuela entre 1945 y 1976 para apuntalar el desarrollo de su teatro. Nadie puede negar que las artes escénicas tienen una gran deuda con esos nueve pioneros que dieron valiosos aportes para su desarrollo en décadas difíciles por la carencia de mayores estímulos y porque el país aún no había despertado.
La activa presencia desde mediados de la década de los cuarenta del siglo pasado de los directores y maestros Alberto de Paz y Mateos, Lily Álvarez Sierra, Jesús Gómez Obregón, Juana Sujo, Horacio Peterson y Romeo Costea, y otros tres que recalaron aquí en los sesenta y setenta, determinó, la orientación general del teatro a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y parte de lo que lleva recorrido este siglo XXI.
Su influencia fue decisiva “en casi todas las áreas del quehacer teatral, siendo particularmente productiva en lo referente a la formación para el arte dramático, por cuanto como directores modelaron estilos de puesta en escena más problematizados estéticamente y de mejor acabado formal, introdujeron en el ambiente a numerosos autores extranjeros relevantes de la época y a su vez promovieron nuevos dramaturgos nacionales, al tiempo que formaron actores y actrices, sin quienes no se habría desarrollado nada sobre los diversos escenarios del país”. Así piensa el psicólogo social y crítico de teatro Rubén Monasterios.
Esos nueve pioneros, de quienes sólo sobreviven tres, son:
Alberto de Paz y Mateos (Ponferrada, España, 1915/Caracas, 1967). Aventado por la Guerra Civil Española llega en 1945 y funda el Teatro Experimental en el liceo Fermín Toro, donde tuvo como alumnos a Román Chalbaud y Nicolás Curiel, entre otros. Entre 1950 y 1957, se desempeña como director artístico de la Televisora Nacional. En 1959, durante la celebración del I Festival de Teatro de Caracas, compitieron sendas agrupaciones preparadas por él: el Teatro Los Caobos mostró Chúo Gil de Arturo Uslar Pietri y la Federación Venezolana de Teatro presentó Abigail de Andrés Eloy Blanco. Todos sus montajes introdujeron conceptos nuevos con respecto a la escenografia, la iluminación y otros detalles plásticos.
Lily Álvarez Sierra (Chile, 1917/Caracas, 2000). Llega con su esposo Gabriel Martínez en 1948 y se queda además con su compañía para exhibir espectáculos infantiles, especialmente su Alicia en el país de las maravillas, en el Teatro Nacional. Se desplaza a Maracaibo y al Caribe, pero vuelve en 1952 para inaugurar la Televisora Nacional con un teleteatro infantil diario, de lunes a viernes, hasta 1956. En 1958 funda su escuela y de ahí surge la Compañía Juvenil Venezolana, activa y dirigida ahora por sus nietos César Sierra, Natalia y Gabriela Martínez. Decía que el teatro se enseñaba en la escena y por eso sus clases pasaban fácilmente de la teoría a la práctica, aunque predicaba que el teatro infantil no era adecuado para formar actores, ya que hacer buen teatro exigía tener una buena capacitación, pero si era muy adecuado para enseñar al público. Formó a comediantes como Ibrahim Guerra y Carlos Omobono, entre otros.
Jesús Gómez Obregón (México, 1920/1991).Este alumno del mítico maestro Seki Sano es invitado por el Ministerio de Educación para dictar un curso de Capacitación Teatral. Las inscripciones se abrieron el 30 de junio de 1947 y el 15 de julio inició actividades en el Liceo Andrés Bello. El curso se transformó en una escuela estable y productiva, ya que sus alumnos pasaron a ser inductores o auténticos fundadores de movimientos teatrales en diferentes regiones del país, como Eduardo Moreno en Valencia, Carlos Denis en Barquisimeto, Ildemaro Mujica en Mérida, Clemente Izaguirre en Maracaibo. Aquí en Caracas se formaron: Humberto Orsini, Gilberto Pinto, Alfonso López, José Torres, Alejandro Tovar, Daniel Izquierdo, Carmen Palma, María García, Luisa Motta, Fernando Villa, Pedro Marthan, Román Chalbaud, Luis Márquez Páez, Belén Díaz, Marcos Reyes Andrade y Bertha Moncayo. La dictadura perezjimenista lo obligó a marcharse en el año 1952.
Juana Sujo (Buenos Aires, 1918/Caracas, 1961). Desembarca en 1949 para intervenir en el proyecto cinematográfico de Bolívar Films, especialmente en el largometraje La balandra Isabel llega esta tarde, basado en el relato homónimo de Guillermo Meneses. Y se queda para inaugurar al año siguiente su Primer Curso de Arte Dramático en las instalaciones del Museo de Bellas Artes, lo cual origina una institución estable denominada Estudio Dramático, hacia 1952; bajo su tutela se forman figuras protagónicas del acontecer teatral de los años siguientes como Esteban Herrera, Margot Antillano, Maritza Caballero, América Alonso, Manola Garcia Maldonado, José Antonio Gutiérrez, Guillermo Montiel y Doris Wells entre muchos otros, como es el peculiar caso de su pupilo Porfirio Rodríguez que a la muerte de Juana siguió con su Escuela de Arte Dramático, rebautizada en su honor y aun funciona y gradúa comediantes, gracias a la conducción de Andrés Martínez.
Horacio Peterson (Coquimbo, Chile, 22 de abril de 1922/Caracas, 25 de noviembre de 2002). Llegó procedente de Buenos Aires, junto a la actriz Juana Sujo y el director Carlos Hugo Christensen, en abril de 1949, para impulsar el proyecto de Bolívar Films. Intentó proseguir su éxodo, pero había conocido al comediante Esteban Herrera y este, para retenerlo, lo puso en contacto con Anna Julia Rojas, presidenta del Ateneo de Caracas, quien le pidió que creara una escuela para actores. Aceptó el difícil encargo y comenzó a trabajar desde marzo de 1951 hasta mediados de 1971, cuando se mudó de la casona ateneísta, que funcionaba en la entrada al Parque Los Caobos, y creó el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, instalado en un pequeño edificio de la avenida México, en la acera norte del Hotel Hilton, dirigido ahora por Carmen “La Negra” Jiménez. Durante su larga pasantía por el Ateneo y después en su Laboratorio, formó a miles de actores y montó no menos de 179 obras teatrales.
Romeo Costea (Braila, Rumania, 14 de enero de 1922). Es el último pionero o maestro europeo que se instaló en Caracas, precisamente el 24 de diciembre de 1953. Vino desde París y se quedó para fundar el grupo Compás, al amparo de la Alianza Francesa. Es el gran introductor de los clásicos y contemporáneos galos, así como del teatro de Eugene Ionesco y Samuel Beckett. Tuteló decenas de actores, entre los cuales destaca Omar Gonzalo. Lanzó a Isaac Chocrón con su ópera prima Mónica y el florentino, en 1958.
Ugo Ulive (Montevideo,1933). Lo trajo, en 1967, la buena gente de El Nuevo Grupo para que dirigiera sus espectáculos. Lo hizo tan bien que era el único rival del maestro Carlos Giménez en lo que a puestas en escena se refiere. Escribió su primera pieza, Prueba de fuego, centrada en el drama de la pacificación de la guerrilla.
Carlos Giménez (Rosario, Argentina, 13 de abril de 1946/Caracas, 28 de marzo de 1993). Su accionar como maestro, director y gerente cambió los derroteros del teatro venezolano. Desde 1969 hasta 1993 fue el gran motor de una actividad artística única que colocó al país en el mapa teatral del mundo, especialmente por sus festivales que le enseñaron a los criollos lo mejor de la escena internacional. Tras su muerte nadie lo ha podido igualar ni copiar, aunque quedan videos de sus montajes, irrepetibles para estos tiempos. Fue un huracán y por eso mismo inolvidable para quienes lo conocimos. Ahora todos aseguran que fueron sus alumnos y lo citan con pasión, pero él las pasó difíciles hasta que se impuso. De su emporio no queda nada.
Juan Carlos Gené (Buenos Aires, 6 de noviembre de 1928). Es el gran maestro del teatro argentino y uno de los más importantes del mundo. Aquí estuvo entre 1975 y 1993 para fundar el Grupo Actoral 80 y apuntalar el desarrollo del Celcit, además de enseñarle el abcé teatral a Mimí Lazo, Héctor Rodríguez, Iván Tamayo y Carlos Cruz, entre otros de sus numerosos alumnos.Su más reciente visita fue para escenificar, con su mejor estilo, El dìa que me quieras, de José Ignacio Cabrujas, y reiterar así que es la pieza de un siglo y recordar, una vez más, que es "una espada de Damocles" para los falsos revolucionarios y los que los sigan.Fue una producción de Héctor Manrique para festejar los primeros 20 años del GA-80.
La activa presencia desde mediados de la década de los cuarenta del siglo pasado de los directores y maestros Alberto de Paz y Mateos, Lily Álvarez Sierra, Jesús Gómez Obregón, Juana Sujo, Horacio Peterson y Romeo Costea, y otros tres que recalaron aquí en los sesenta y setenta, determinó, la orientación general del teatro a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y parte de lo que lleva recorrido este siglo XXI.
Su influencia fue decisiva “en casi todas las áreas del quehacer teatral, siendo particularmente productiva en lo referente a la formación para el arte dramático, por cuanto como directores modelaron estilos de puesta en escena más problematizados estéticamente y de mejor acabado formal, introdujeron en el ambiente a numerosos autores extranjeros relevantes de la época y a su vez promovieron nuevos dramaturgos nacionales, al tiempo que formaron actores y actrices, sin quienes no se habría desarrollado nada sobre los diversos escenarios del país”. Así piensa el psicólogo social y crítico de teatro Rubén Monasterios.
Esos nueve pioneros, de quienes sólo sobreviven tres, son:
Alberto de Paz y Mateos (Ponferrada, España, 1915/Caracas, 1967). Aventado por la Guerra Civil Española llega en 1945 y funda el Teatro Experimental en el liceo Fermín Toro, donde tuvo como alumnos a Román Chalbaud y Nicolás Curiel, entre otros. Entre 1950 y 1957, se desempeña como director artístico de la Televisora Nacional. En 1959, durante la celebración del I Festival de Teatro de Caracas, compitieron sendas agrupaciones preparadas por él: el Teatro Los Caobos mostró Chúo Gil de Arturo Uslar Pietri y la Federación Venezolana de Teatro presentó Abigail de Andrés Eloy Blanco. Todos sus montajes introdujeron conceptos nuevos con respecto a la escenografia, la iluminación y otros detalles plásticos.
Lily Álvarez Sierra (Chile, 1917/Caracas, 2000). Llega con su esposo Gabriel Martínez en 1948 y se queda además con su compañía para exhibir espectáculos infantiles, especialmente su Alicia en el país de las maravillas, en el Teatro Nacional. Se desplaza a Maracaibo y al Caribe, pero vuelve en 1952 para inaugurar la Televisora Nacional con un teleteatro infantil diario, de lunes a viernes, hasta 1956. En 1958 funda su escuela y de ahí surge la Compañía Juvenil Venezolana, activa y dirigida ahora por sus nietos César Sierra, Natalia y Gabriela Martínez. Decía que el teatro se enseñaba en la escena y por eso sus clases pasaban fácilmente de la teoría a la práctica, aunque predicaba que el teatro infantil no era adecuado para formar actores, ya que hacer buen teatro exigía tener una buena capacitación, pero si era muy adecuado para enseñar al público. Formó a comediantes como Ibrahim Guerra y Carlos Omobono, entre otros.
Jesús Gómez Obregón (México, 1920/1991).Este alumno del mítico maestro Seki Sano es invitado por el Ministerio de Educación para dictar un curso de Capacitación Teatral. Las inscripciones se abrieron el 30 de junio de 1947 y el 15 de julio inició actividades en el Liceo Andrés Bello. El curso se transformó en una escuela estable y productiva, ya que sus alumnos pasaron a ser inductores o auténticos fundadores de movimientos teatrales en diferentes regiones del país, como Eduardo Moreno en Valencia, Carlos Denis en Barquisimeto, Ildemaro Mujica en Mérida, Clemente Izaguirre en Maracaibo. Aquí en Caracas se formaron: Humberto Orsini, Gilberto Pinto, Alfonso López, José Torres, Alejandro Tovar, Daniel Izquierdo, Carmen Palma, María García, Luisa Motta, Fernando Villa, Pedro Marthan, Román Chalbaud, Luis Márquez Páez, Belén Díaz, Marcos Reyes Andrade y Bertha Moncayo. La dictadura perezjimenista lo obligó a marcharse en el año 1952.
Juana Sujo (Buenos Aires, 1918/Caracas, 1961). Desembarca en 1949 para intervenir en el proyecto cinematográfico de Bolívar Films, especialmente en el largometraje La balandra Isabel llega esta tarde, basado en el relato homónimo de Guillermo Meneses. Y se queda para inaugurar al año siguiente su Primer Curso de Arte Dramático en las instalaciones del Museo de Bellas Artes, lo cual origina una institución estable denominada Estudio Dramático, hacia 1952; bajo su tutela se forman figuras protagónicas del acontecer teatral de los años siguientes como Esteban Herrera, Margot Antillano, Maritza Caballero, América Alonso, Manola Garcia Maldonado, José Antonio Gutiérrez, Guillermo Montiel y Doris Wells entre muchos otros, como es el peculiar caso de su pupilo Porfirio Rodríguez que a la muerte de Juana siguió con su Escuela de Arte Dramático, rebautizada en su honor y aun funciona y gradúa comediantes, gracias a la conducción de Andrés Martínez.
Horacio Peterson (Coquimbo, Chile, 22 de abril de 1922/Caracas, 25 de noviembre de 2002). Llegó procedente de Buenos Aires, junto a la actriz Juana Sujo y el director Carlos Hugo Christensen, en abril de 1949, para impulsar el proyecto de Bolívar Films. Intentó proseguir su éxodo, pero había conocido al comediante Esteban Herrera y este, para retenerlo, lo puso en contacto con Anna Julia Rojas, presidenta del Ateneo de Caracas, quien le pidió que creara una escuela para actores. Aceptó el difícil encargo y comenzó a trabajar desde marzo de 1951 hasta mediados de 1971, cuando se mudó de la casona ateneísta, que funcionaba en la entrada al Parque Los Caobos, y creó el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, instalado en un pequeño edificio de la avenida México, en la acera norte del Hotel Hilton, dirigido ahora por Carmen “La Negra” Jiménez. Durante su larga pasantía por el Ateneo y después en su Laboratorio, formó a miles de actores y montó no menos de 179 obras teatrales.
Romeo Costea (Braila, Rumania, 14 de enero de 1922). Es el último pionero o maestro europeo que se instaló en Caracas, precisamente el 24 de diciembre de 1953. Vino desde París y se quedó para fundar el grupo Compás, al amparo de la Alianza Francesa. Es el gran introductor de los clásicos y contemporáneos galos, así como del teatro de Eugene Ionesco y Samuel Beckett. Tuteló decenas de actores, entre los cuales destaca Omar Gonzalo. Lanzó a Isaac Chocrón con su ópera prima Mónica y el florentino, en 1958.
Ugo Ulive (Montevideo,1933). Lo trajo, en 1967, la buena gente de El Nuevo Grupo para que dirigiera sus espectáculos. Lo hizo tan bien que era el único rival del maestro Carlos Giménez en lo que a puestas en escena se refiere. Escribió su primera pieza, Prueba de fuego, centrada en el drama de la pacificación de la guerrilla.
Carlos Giménez (Rosario, Argentina, 13 de abril de 1946/Caracas, 28 de marzo de 1993). Su accionar como maestro, director y gerente cambió los derroteros del teatro venezolano. Desde 1969 hasta 1993 fue el gran motor de una actividad artística única que colocó al país en el mapa teatral del mundo, especialmente por sus festivales que le enseñaron a los criollos lo mejor de la escena internacional. Tras su muerte nadie lo ha podido igualar ni copiar, aunque quedan videos de sus montajes, irrepetibles para estos tiempos. Fue un huracán y por eso mismo inolvidable para quienes lo conocimos. Ahora todos aseguran que fueron sus alumnos y lo citan con pasión, pero él las pasó difíciles hasta que se impuso. De su emporio no queda nada.
Juan Carlos Gené (Buenos Aires, 6 de noviembre de 1928). Es el gran maestro del teatro argentino y uno de los más importantes del mundo. Aquí estuvo entre 1975 y 1993 para fundar el Grupo Actoral 80 y apuntalar el desarrollo del Celcit, además de enseñarle el abcé teatral a Mimí Lazo, Héctor Rodríguez, Iván Tamayo y Carlos Cruz, entre otros de sus numerosos alumnos.Su más reciente visita fue para escenificar, con su mejor estilo, El dìa que me quieras, de José Ignacio Cabrujas, y reiterar así que es la pieza de un siglo y recordar, una vez más, que es "una espada de Damocles" para los falsos revolucionarios y los que los sigan.Fue una producción de Héctor Manrique para festejar los primeros 20 años del GA-80.
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