domingo, septiembre 02, 2007

Sancho denuncia las mafias politicas venezolanas

Sancho, el más veterano de los caricaturistas venezolanos, ha editado su libro La patota política o las mafias de la IV República, donde, como él mismo lo afirma, compiló una síntesis, muy esmerada, de todas las caricaturas o muñecos que publicó sin descanso para los lectores de los diarios Últimas Noticias, Crítica (de Maracaibo) y posteriormente 2001,durante los años 60 y 70.
No hay que olvidar que durante 2005 publicó De Pérez Jiménez a Hugo Chávez/50 años en caricaturas. Y confía, dentro de algunos años, reunir en otro volumen las caricaturas publicadas sobre el primero y segundo gobiernos de Chávez.”Porque ahora es que tengo ganas de seguir trabajando. Estoy concentrado en un nuevo estilo y además tengo un nuevo personaje, Sócrates, que me sirve para comentar la política nacional a mi manera y desde mi propia óptica”, comenta.
Sancho - nació en Barcelona hace 79 años- debe su seudónimo al mismo Andrés Eloy Blanco, quien lo bautizó así porque cuando tenia unos 15 o 16 años ya había empezado a trabajar en El Morrocoy Azul, y fue ahí presentado ante el gran poeta como un Quijote de la caricatura. ”Me quedé frío ante tal personaje; pero él me vio, observó mis trabajos y recuerdo que comentó que yo, que hasta ese entonces era simplemente Carlos Galindo, sería tal vez un Sancho, porque Sancho es el verdadero personaje en El Quijote de Cervantes; porque Sancho era un hombre práctico que seguía al Quijote porque quería una gobernación; Sancho era menos idealista, un verdadero trabajador. Todo eso me gustó y así nació mi seudónimo y desde entonces me ha acompañado. A él debo, pues, mi marca de fábrica. Y esa es mi historia, que no me canso de repetir”.
RAZONES DE PESO
Con respecto a su nueva publicación de 188 paginas, las cuales a su vez reúnen no menos de 600 tiras con las comiquitas que seleccionó entre las miles que realizó en ese lapso, Sancho comenta que la hizo por sendas razones fundamentales. La primera, satisfacer sus juveniles ansias creativas y la segunda, estimular a sus colegas caricaturistas a seguir sus pasos para demostrarles con hechos a los editores de los periódicos nacionales que los dibujantes venezolanos “que sí estábamos en capacidad de dibujar tiras cómicas e historietas, iguales o superiores, a las que ellos compraban ‘enlatadas’ de Estados Unidos y Argentina”.
Comenta Sancho –se ha casado dos veces, procreado cinco hijos y tiene una nieta, Lucía, que ya sueña lo que hará con los pocos bienes de su abuelo- que los periódicos venezolanos exhibían vergonzosamente todos los días una triste realidad que molestaba mucho a los lectores habituales de los diarios, pero que, al parecer, era inadvertida o ignorada por los editores de los mismos: la ausencia de tiras cómicas, caricaturas e ilustraciones de autores criollos.
”Los editores y sus directores lacayos nos sentían el menor rubor de presentarse tan disminuidos ante sus colegas hemisféricos, y ante su propio pueblo, mostrando una inferioridad ficticia que solamente existía en sus menguadas inteligencias. Mientras los lectores de la prensa diaria venezolana, por supuesto, se hacían la pregunta: ¿por qué será que todas las historietas y las comiquitas son extranjeras y no se publica ninguna criolla? Y se conformaban con una respuesta falsa que ellos mismos se daban: debe ser que los dibujantes venezolanos son muy malos y no saben hacerlas; por supuesto que los ilustradores y caricaturistas vernáculos rumiamos nuestra injusta frustración”.
DOS ETAPAS
Reconoce que ha vivido no sólo de las caricaturas sino de otras 20 profesiones aprendidas en la universidad de la vida, entre ellas la docencia, ya que tiene su Estudio Sancho, donde ha contabilizado no menos de 20 mil alumnos y gracias a la Internet tiene otros miles de discípulos, porque los instruye a distancia.”Esos chicos y chicas están desde el Japón hasta la Argentina. En toda esas tierra he dejado mi modesta semilla.
Explica que La patota política o las mafias de la IV República tiene dos partes: una, cuya tónica de las tiras cómicas era inocua, aunque algunos les molestaba mucho su representación; su acción transcurre principalmente en una bodega llamada “La casota”, en alusión a La Casona, en ella están desde Leoni hasta Borregales, pasando por Jovito, Domingo Alberto, Paz Galárraga y Ramos Jiménez entre otros. Y la segunda, cuyos personajes cambiaron su aspecto anterior y cambiaron de vestimenta, esta situada en la época de las precandidaturas presidenciales de Copei y Acción Democrática y luego en las campañas electorales de la primera presidencia de Caldera.
CENSURA A LA VISTA
Sancho, dueño de una memoria envidiable, apunta que su debut en la prensa caraqueña fue precisamente el 19 de abril de 1951 en Últimas Noticias, en los tiempos de MAC, como firmaba Miguel Ángel Capriles sus escritos. Recuerda que nunca los censuraron pero cuando había algo que era muy fuerte, el dibujo susodicho se perdía en los talleres, ante lo cual entendía el mensaje y hacia otro para que se perdiese. Cuando trabajó en El Nacional si lo censuraron en repetidas ocasiones y el censor fue nada menos que Arturo Uslar Pietri.

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