El teatro venezolano se representa poco en esta nación que avanza hacia el festejo de sus 200 años como país independiente y con una cultura propia. Eso lo hemos detectado y evaluado desde hace varias décadas, pero no ha sido posible que la producción de espectáculos criollos supere en cantidad y en calidad a la que se hacecon piezas foráneas. Siempre los teatreros tienen las excusas más tontas para no escenificar a los autores nacionales y lo único que les queda a los numerosos artistas excluidos es que, por mediación divina o de la Internet, los representen allende las fronteras. Tal es el caso de Víctor Vegas (Barquisimeto, 1967), cuya texto Pieza para dos actores fue estrenada e hizo temporada en la sala Agadu de Montevideo, donde se presentó desde el 18 de abril y a lo largo de dos meses, gracias a los interpretes Luciana Acuña y Javier Barboza, dirigidos por Antonio Baldemir.
Pieza para dos actores, según explica Vegas, quien voló de Madrid a la capital uruguaya para ver el espectáculo, no es más que una metáfora del sin sentido de nuestra vida contemporánea, en la que los adelantos tecnológicos que han sido creados para comunicarnos, a veces acaban teniendo el efecto contrario, dejándonos la sensación de estar recluidos en un baúl o un ataúd.
Ahora Vegas, no exento de satisfacción, nos envía tres reseñas criticas uruguayas que publicaron Ana Laura Barrios (Diálogos creativos), en Vayven (suplemento cultural del diario El Observador), el sábado 30 de mayo de 2009; Leonardo Flamia (La costumbre embrutece) en Guía del Ocio (suplemento del diario Últimas Noticias), el día viernes 19 de junio de 2009, y Álvaro Loureiro en el semanario Brecha, el 19 de junio de 2009.
Según la comunicadora Barrios, la puesta de Pieza para dos actores es original y “privilegia un juego escénico donde todo puede ser posible. Los personajes se desdoblan en el límite entre lo real y lo ficticio. Pueden contar la historia de dos mellizos y su tensión amor odio, o la de dos actores que compiten para poner todas sus energías al servicio del espectador. En este juego, la imaginación sostiene sus vidas y la fantasía es el motor de narraciones que transitan sutilmente entre la tragedia y la comedia. Destaca el trabajo interpretativo de la dupla Acuña-Barboza, que prioriza la gestualidad y, aunque hablen, las posibilidades expresivas de la pantomima".
Flamia apunta que el dramaturgo usa la mecánica de los personajes de una obra de teatro que se repite constantemente para aludir a la rutinaria y mecánica vida cotidiana de los seres de carne y hueso.”Estamos ante un juego entre la ficción y la realidad mediante el que el autor logra decir lo que quizá no puede decir con esta eficacia de otra manera”.Puntualiza que uno de los momentos mas directos” de la obra llega cuando los muchachos deciden hacer “lo que el resto de la gente hace, decir mentiras”. Y se sucede la lista: "Soy feliz. A partir de ahora seré un hombre distinto. Nunca he sido ni seré esclava del tiempo. Siempre he dicho la verdad. Todos somos iguales”.Pero, insiste el critico, “con te amare eternamente”, parece llegar la mentira mas fuerte encontrada por el autor, que de alguna forma habla de lo que sucedía cuando escribió esta obra en 1989”.
Comenta Flamia que no hay mayores referencias en el texto a la forma de montar la obra, “por lo que asumimos que la estética circense, la impostura de clowns de los actores, unido a los tonos pastel gastados que disimulan la pieza como algo mas pueril, son decisiones del director”.
Y para el especialista de Brecha, Pieza para dos actores apuesta al intercambio de pensamientos que llevan a cabo dos hermanos una de esas noches en las que el suelo no acuden de acuerdo a las coordenadas de rutina.”Una serie de elementos oníricos, sin embargo, se refleja en la atmosfera de una puesta nada naturalista que recurre a los juegos de la imaginación de Lucía y Antonio, los únicos personajes, echan a andar al tiempo que discuten o establecen una especie de alianza para enfrentar la existencia. El aire de irrealidad que se pone de manifiesto en una noche muy especial abre caminos para que la platea perciba que los jóvenes que propone Vegas pueden representar las dos caras de una misma persona en la cual se entrelazan distintas maneras de sentir e interpretar los que los rodea”.
Pieza para dos actores, según explica Vegas, quien voló de Madrid a la capital uruguaya para ver el espectáculo, no es más que una metáfora del sin sentido de nuestra vida contemporánea, en la que los adelantos tecnológicos que han sido creados para comunicarnos, a veces acaban teniendo el efecto contrario, dejándonos la sensación de estar recluidos en un baúl o un ataúd.
Ahora Vegas, no exento de satisfacción, nos envía tres reseñas criticas uruguayas que publicaron Ana Laura Barrios (Diálogos creativos), en Vayven (suplemento cultural del diario El Observador), el sábado 30 de mayo de 2009; Leonardo Flamia (La costumbre embrutece) en Guía del Ocio (suplemento del diario Últimas Noticias), el día viernes 19 de junio de 2009, y Álvaro Loureiro en el semanario Brecha, el 19 de junio de 2009.
Según la comunicadora Barrios, la puesta de Pieza para dos actores es original y “privilegia un juego escénico donde todo puede ser posible. Los personajes se desdoblan en el límite entre lo real y lo ficticio. Pueden contar la historia de dos mellizos y su tensión amor odio, o la de dos actores que compiten para poner todas sus energías al servicio del espectador. En este juego, la imaginación sostiene sus vidas y la fantasía es el motor de narraciones que transitan sutilmente entre la tragedia y la comedia. Destaca el trabajo interpretativo de la dupla Acuña-Barboza, que prioriza la gestualidad y, aunque hablen, las posibilidades expresivas de la pantomima".
Flamia apunta que el dramaturgo usa la mecánica de los personajes de una obra de teatro que se repite constantemente para aludir a la rutinaria y mecánica vida cotidiana de los seres de carne y hueso.”Estamos ante un juego entre la ficción y la realidad mediante el que el autor logra decir lo que quizá no puede decir con esta eficacia de otra manera”.Puntualiza que uno de los momentos mas directos” de la obra llega cuando los muchachos deciden hacer “lo que el resto de la gente hace, decir mentiras”. Y se sucede la lista: "Soy feliz. A partir de ahora seré un hombre distinto. Nunca he sido ni seré esclava del tiempo. Siempre he dicho la verdad. Todos somos iguales”.Pero, insiste el critico, “con te amare eternamente”, parece llegar la mentira mas fuerte encontrada por el autor, que de alguna forma habla de lo que sucedía cuando escribió esta obra en 1989”.
Comenta Flamia que no hay mayores referencias en el texto a la forma de montar la obra, “por lo que asumimos que la estética circense, la impostura de clowns de los actores, unido a los tonos pastel gastados que disimulan la pieza como algo mas pueril, son decisiones del director”.
Y para el especialista de Brecha, Pieza para dos actores apuesta al intercambio de pensamientos que llevan a cabo dos hermanos una de esas noches en las que el suelo no acuden de acuerdo a las coordenadas de rutina.”Una serie de elementos oníricos, sin embargo, se refleja en la atmosfera de una puesta nada naturalista que recurre a los juegos de la imaginación de Lucía y Antonio, los únicos personajes, echan a andar al tiempo que discuten o establecen una especie de alianza para enfrentar la existencia. El aire de irrealidad que se pone de manifiesto en una noche muy especial abre caminos para que la platea perciba que los jóvenes que propone Vegas pueden representar las dos caras de una misma persona en la cual se entrelazan distintas maneras de sentir e interpretar los que los rodea”.
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