Gustavo Michelena asumió la presidencia de la Fundación Cinemateca Nacional (FCN) porque está plenamente convencido de que “hay que profundizar lo que ya se ha adelantado y además hay que proseguir llevando el mejor cine al pueblo venezolano, por intermedio de su numerosa red de salas comunitarias y regionales, para hacer de este instrumento comunicacional una autentica vanguardia cultural que sirva para el avance hacia el socialismo del siglo XXI que adelanta la Revolución Bolivariana”.
Él sabe, desde hace mucho tiempo, “lo que debe ser la Cinemateca Nacional, sé como ha ido evolucionando desde que se le fundó, el 4 de mayo de 1966, como una institución inspirada en la necesidad de difundir toda su pluralidad y diversidad del cine universal y el criollo. Y tengo, por supuesto, mis ideas sobre como hay que reforzar todo lo logrado, ideas que no están aisladas del resto de las otras actividades que adelanta el Ministerio del Poder Popular para la Cultura”.
Nuevo cine
Puntualiza que ya hay un cine nacido, creado o hecho por las comunidades, el cual está alejado del vedetismo de “alfombra roja hollywoodense” y que ahora transita por “la alfombra roja, rojita de la Revolución Bolivariana”.
Advirtió que la creada y establecida red de salas comunitarias y regionales debe ser el núcleo del nuevo cine venezolano, el cual ha sido construido con el valioso aporte de nuestros cineastas, sumados a la creación colectiva de las comunidades. “Todo eso contribuirá a la formación y desarrollo de la conciencia crítica en el seno del pueblo, dándole sentido a lo que acertadamente el ministro Soto llama ‘subir un peldaño en la conciencia del pueblo’, o sea, el tránsito de la conciencia ingenua a la conciencia crítica”.
Niño precoz
El nuevo presidente de la FCN tiene una larga y exitosa trayectoria como guionista de cine y escritor de telenovelas. Hijo de Gustavo y Olga García de Michelena (Caracas, 18 de diciembre de 1944), criado felizmente por su segundo padre Juan Urrecho Domenech, artesano y tallista cubano, llegado al país hace más de 70 años y quien despierta en él el gusto por la madera trabajada y la admiración por la organización de los artesanos obreros en talleres pequeños. Crecido en el ambiente de una carpintería desvía su inclinación de convertirse en tallista, influenciado por su padre Juan, hacia el dibujo y la pintura, habilidades heredadas de los Michelena. Reconoce que desde niño ingresó a la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas “porque en mi familia me notaron y estimularon las condiciones que tenía para el dibujo y la pintura. Cuando ya era adulto traté de ingresar a la famosa Academia Julian, de París, pero no me aceptaron porque había superado el límite de edad, que era 27 años. Yo, que me he graduado como sociólogo en la UCV, hacia 1973, regresé a Caracas para dedicarme definitivamente a la que sería mi profesión en los medios audiovisuales”.
“A mi regreso de Europa, mi amigo, el cineasta Alfredo Anzola me pide que le escriba el guión de la que sería su exitosa y premiada película Se solicita muchacha de buena presencia y motorizado con moto propia. Ese primer guión, a partir de una idea de Anzola, lo escribí a mano, con un bolígrafo kilométrico. Lo hice así, porque cuando intenté hacerlo en una máquina de escribir no se me venían las imágenes y para el cine hay que escribir con imágenes. No podía imaginar desde una máquina. Eso cambió con el tiempo y ahora no puedo escribir sin computadora, pero tengo, por ahí, una de esas viejas máquinas de escribir. Pero mi relación con el cine comenzó mucho antes, en la UCV, precisamente con Anzola, y después participé en unos programas de difusión audiovisual en la Instituto Agrario Nacional, durante el primer gobierno del presidente Rafael Caldera. Pero antes, cuando aún estaba en las aulas universitarias, me vi. en la disyuntiva de irme a la guerrilla o no, y al final decidí no irme al monte, porque acostumbrado a los lápices y a los pinceles y no a las armas, y confieso que todavía no se disparar, hubiese muerto seguramente, pues no habría podido resistir la tentación de ponerme a dibujar pajaritos en vez de enfrentar a los enemigos”.
Guionista
Su primer guión fue Se solicita muchacha de buena presencia y motorizado con moto propia, dirigido por Alfredo Anzola. Después entregó: Carmen la que contaba 16 años, Operación chocolate, Domingo de resurrección, Manuel, 1880: el extraordinario viaje de la Santa Isabel, Agua que no has de beber, Bambi C4, De cómo Anita Camacho quiso levantarse a Marino Méndez y su más reciente trabajo es con Zamora,la nueva pelicula de Román Chalbaud.
Él sabe, desde hace mucho tiempo, “lo que debe ser la Cinemateca Nacional, sé como ha ido evolucionando desde que se le fundó, el 4 de mayo de 1966, como una institución inspirada en la necesidad de difundir toda su pluralidad y diversidad del cine universal y el criollo. Y tengo, por supuesto, mis ideas sobre como hay que reforzar todo lo logrado, ideas que no están aisladas del resto de las otras actividades que adelanta el Ministerio del Poder Popular para la Cultura”.
Nuevo cine
Puntualiza que ya hay un cine nacido, creado o hecho por las comunidades, el cual está alejado del vedetismo de “alfombra roja hollywoodense” y que ahora transita por “la alfombra roja, rojita de la Revolución Bolivariana”.
Advirtió que la creada y establecida red de salas comunitarias y regionales debe ser el núcleo del nuevo cine venezolano, el cual ha sido construido con el valioso aporte de nuestros cineastas, sumados a la creación colectiva de las comunidades. “Todo eso contribuirá a la formación y desarrollo de la conciencia crítica en el seno del pueblo, dándole sentido a lo que acertadamente el ministro Soto llama ‘subir un peldaño en la conciencia del pueblo’, o sea, el tránsito de la conciencia ingenua a la conciencia crítica”.
Niño precoz
El nuevo presidente de la FCN tiene una larga y exitosa trayectoria como guionista de cine y escritor de telenovelas. Hijo de Gustavo y Olga García de Michelena (Caracas, 18 de diciembre de 1944), criado felizmente por su segundo padre Juan Urrecho Domenech, artesano y tallista cubano, llegado al país hace más de 70 años y quien despierta en él el gusto por la madera trabajada y la admiración por la organización de los artesanos obreros en talleres pequeños. Crecido en el ambiente de una carpintería desvía su inclinación de convertirse en tallista, influenciado por su padre Juan, hacia el dibujo y la pintura, habilidades heredadas de los Michelena. Reconoce que desde niño ingresó a la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas “porque en mi familia me notaron y estimularon las condiciones que tenía para el dibujo y la pintura. Cuando ya era adulto traté de ingresar a la famosa Academia Julian, de París, pero no me aceptaron porque había superado el límite de edad, que era 27 años. Yo, que me he graduado como sociólogo en la UCV, hacia 1973, regresé a Caracas para dedicarme definitivamente a la que sería mi profesión en los medios audiovisuales”.
“A mi regreso de Europa, mi amigo, el cineasta Alfredo Anzola me pide que le escriba el guión de la que sería su exitosa y premiada película Se solicita muchacha de buena presencia y motorizado con moto propia. Ese primer guión, a partir de una idea de Anzola, lo escribí a mano, con un bolígrafo kilométrico. Lo hice así, porque cuando intenté hacerlo en una máquina de escribir no se me venían las imágenes y para el cine hay que escribir con imágenes. No podía imaginar desde una máquina. Eso cambió con el tiempo y ahora no puedo escribir sin computadora, pero tengo, por ahí, una de esas viejas máquinas de escribir. Pero mi relación con el cine comenzó mucho antes, en la UCV, precisamente con Anzola, y después participé en unos programas de difusión audiovisual en la Instituto Agrario Nacional, durante el primer gobierno del presidente Rafael Caldera. Pero antes, cuando aún estaba en las aulas universitarias, me vi. en la disyuntiva de irme a la guerrilla o no, y al final decidí no irme al monte, porque acostumbrado a los lápices y a los pinceles y no a las armas, y confieso que todavía no se disparar, hubiese muerto seguramente, pues no habría podido resistir la tentación de ponerme a dibujar pajaritos en vez de enfrentar a los enemigos”.
Guionista
Su primer guión fue Se solicita muchacha de buena presencia y motorizado con moto propia, dirigido por Alfredo Anzola. Después entregó: Carmen la que contaba 16 años, Operación chocolate, Domingo de resurrección, Manuel, 1880: el extraordinario viaje de la Santa Isabel, Agua que no has de beber, Bambi C4, De cómo Anita Camacho quiso levantarse a Marino Méndez y su más reciente trabajo es con Zamora,la nueva pelicula de Román Chalbaud.
Ha dedicado, además, muchos años a la escritura para la televisión en Venezuela y México, en telenovelas, series y unitarios. Ha impartido cursos y asesorías en escritura de guiones, además de realizar una maestría en análisis de guiones. Y ha sido colaborador permanente de la Villa del Cine. ¡Ahora debe hacer su propio guión para la histórica Cinemateca Nacional!
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