¿Por qué se escenifica más la dramaturgia venezolana en los escenarios extranjeros que en los teatros criollos? Hay muchas respuestas, pero lo único cierto es que detrás de cada uno de esos montajes allende las fronteras, está la mano o la presencia del autor de la pieza, bien sea directamente o gracias a un amigo, o a la fantástica Internet.
Esa es una pregunta que durante las últimas décadas hemos planteado a centenares de productores, directores, autores, actores y, por supuesto, espectadores. Las replicas han sido satisfactorias y hasta ilustrativas, pero con eso no se hace nada, salvo que la comunidad se organice y proponga ante la Asamblea Nacional un proyecto de ley para el estimulo de las artes escénicas –como existe en otros países, tal es el caso de Argentina- donde una de sus cláusulas condicione el uso y disfrute de los fondos y los espacios escénicos públicos solamente para aquellas agrupaciones que se dediquen a la representación de autores venezolanos, de diversas épocas y tendencias. Así, muchos teatreros compatriotas o asimilados se darán cuenta de los auténticos valores del terruño y además tendrán un mínimo de respecto hacia las audiencias que quieran ver personajes venezolanos en escena, al mismo tiempo que se estimulan a las nuevas generaciones de escritores.
Pero, mientras eso se cocina y se pone en marcha ese proyecto de ley para reivindicar al teatro venezolano como tal, ya que la libertad de creación se ha transformado en un libertinaje para el negocio supuestamente cultural, hay que informar, con mucha satisfacción, que la versión inglesa de la obra La última sesión del dramaturgo venezolano Johnny Gavlovski se estrenó el domingo 16 de agosto en la sala Camden People Theatre en Londres, como parte del Festival de Teatro Camden Fringe.
La última sesión, exhibida en la capital del Reino Unidos bajo el titulo The Final Session, resultó ganadora en septiembre del 2008 del Concurso de Dramaturgia Obras de Teatro del Mundo, dedicado en su primera edición a Venezuela y auspiciado por la compañía de teatro Actors of the World.
The Final Session es dirigida por el artista norteamericano Lance Lattig y cuenta con las actuaciones del actor venezolano Marco Aponte y los interpretes británicos Jumaan Short y Matthew Jure. La música del espectáculo está a cargo del compositor venezolano Humbero Olivieri. La obra, inspirada en hechos reales, se desarrolla luego de los deslaves que ocurrieron en el estado Vargas de Venezuela en 1999.
Gavlovski se inspiró en vivencias personales durante la tragedia así como en testimonios de sobrevivientes, para confrontar al público con situaciones límites de honda reflexión ética.
Así como sucedió aquí en Caracas, en su pasado estreno en junio de este año, donde alcanzó un impactante respaldo de la audiencia, el cual se reflejo en los copiosos ingresos por taquilla, en Londres la reacción del público ante la obra ha sido inmediata. Los espectadores británicos coinciden en que la obra posee gran intensidad.
Esa es una pregunta que durante las últimas décadas hemos planteado a centenares de productores, directores, autores, actores y, por supuesto, espectadores. Las replicas han sido satisfactorias y hasta ilustrativas, pero con eso no se hace nada, salvo que la comunidad se organice y proponga ante la Asamblea Nacional un proyecto de ley para el estimulo de las artes escénicas –como existe en otros países, tal es el caso de Argentina- donde una de sus cláusulas condicione el uso y disfrute de los fondos y los espacios escénicos públicos solamente para aquellas agrupaciones que se dediquen a la representación de autores venezolanos, de diversas épocas y tendencias. Así, muchos teatreros compatriotas o asimilados se darán cuenta de los auténticos valores del terruño y además tendrán un mínimo de respecto hacia las audiencias que quieran ver personajes venezolanos en escena, al mismo tiempo que se estimulan a las nuevas generaciones de escritores.
Pero, mientras eso se cocina y se pone en marcha ese proyecto de ley para reivindicar al teatro venezolano como tal, ya que la libertad de creación se ha transformado en un libertinaje para el negocio supuestamente cultural, hay que informar, con mucha satisfacción, que la versión inglesa de la obra La última sesión del dramaturgo venezolano Johnny Gavlovski se estrenó el domingo 16 de agosto en la sala Camden People Theatre en Londres, como parte del Festival de Teatro Camden Fringe.
La última sesión, exhibida en la capital del Reino Unidos bajo el titulo The Final Session, resultó ganadora en septiembre del 2008 del Concurso de Dramaturgia Obras de Teatro del Mundo, dedicado en su primera edición a Venezuela y auspiciado por la compañía de teatro Actors of the World.
The Final Session es dirigida por el artista norteamericano Lance Lattig y cuenta con las actuaciones del actor venezolano Marco Aponte y los interpretes británicos Jumaan Short y Matthew Jure. La música del espectáculo está a cargo del compositor venezolano Humbero Olivieri. La obra, inspirada en hechos reales, se desarrolla luego de los deslaves que ocurrieron en el estado Vargas de Venezuela en 1999.
Gavlovski se inspiró en vivencias personales durante la tragedia así como en testimonios de sobrevivientes, para confrontar al público con situaciones límites de honda reflexión ética.
Así como sucedió aquí en Caracas, en su pasado estreno en junio de este año, donde alcanzó un impactante respaldo de la audiencia, el cual se reflejo en los copiosos ingresos por taquilla, en Londres la reacción del público ante la obra ha sido inmediata. Los espectadores británicos coinciden en que la obra posee gran intensidad.
La puesta en escena de Lance Lattig destaca la forma cruda de confrontar al público con lo ominoso de la naturaleza humana. Los trabajos de Aponte, Short y Jure, complementan la visión de Lattig logrando trasmitir toda la angustia de sus personajes. Conocedores británicos de teatro contemporáneo han comparado la obra de Gavlovski con el trabajo del dramaturgo Ariel Dorfman conocido por su obra La muerte y la doncella.
Marco Aponte, ante la reacción de público, manifestó estar impactado al ver cómo el público londinense “salía del teatro como 'golpeado' por la violencia de la obra; en fin, ha sido toda una experiencia. Nuestro trabajo ha sido fiel a las exigencias de interpretación del teatro psicológico. Tuvimos que prepararnos mucho para evitar que los conflictos de la obra se filtraran en nuestras vidas. De hecho, dos semanas antes del estreno perdimos a uno de los actores que desafortunadamente no logró adaptarse a las exigencias de la obra. Hubo que hacer un casting de urgencia y afortunadamente conseguimos a Matthew Jure, uno de los mejores actores británicos de su generación”.
Un detalle curioso es que algunos espectadores de la presentación venezolana en el Camden Fringe esperaban que The Final Session, por ser una obra latinoamericana, mostrara elementos “autóctonos”. Se sorprendieron mucho al constatar la universalidad del conflicto humano presente en la obra, más allá de las fronteras y el folklore. Las entradas para el resto de la semana están agotadas.
Con más de 20 obras en su haber, Gavlovski es considerado uno de los escritores venezolanos de teatro más prolíficos de su generación. Además de dramaturgo, Gavlovski es psicoanalista y psicólogo clínico. Ha recibido varios premios y reconocimientos en diversos países por su labor en ambas profesiones. Tanto su dramaturgia como su trabajo en el mundo PSI se caracterizan por combinar el psicoanálisis con el arte.
Actors of the World, fundada en el año 2001, se dedica a la promoción de obras de teatro que reflejan las diversas realidades del mundo actual vistas por autores de distintos horizontes. La compañía presentará The Final Session en el Festival Camden Fringe hasta finales del mes de agosto y en noviembre tendrá su temporada especial.
Lo ocurrido con este autor venezolano, como también se ha dado con Gustavo Ott o con Ibrahim Guerra, en otras ocasiones, es una prueba de que sí hay talento en esta Tierra de Gracia, pero ¿cuántas obras de los nacionales hay en la cartelera caraqueña en estos momentos?, o ¿será cierto aquello de que en la patria de Bolívar solo se montan textos de autores consagrados en el exterior, como lo han perifoneado por ahí? ¿ Quien quiere producir ahora alguno de los textos de Gavlovski? Se escuchan ofertas.
Marco Aponte, ante la reacción de público, manifestó estar impactado al ver cómo el público londinense “salía del teatro como 'golpeado' por la violencia de la obra; en fin, ha sido toda una experiencia. Nuestro trabajo ha sido fiel a las exigencias de interpretación del teatro psicológico. Tuvimos que prepararnos mucho para evitar que los conflictos de la obra se filtraran en nuestras vidas. De hecho, dos semanas antes del estreno perdimos a uno de los actores que desafortunadamente no logró adaptarse a las exigencias de la obra. Hubo que hacer un casting de urgencia y afortunadamente conseguimos a Matthew Jure, uno de los mejores actores británicos de su generación”.
Un detalle curioso es que algunos espectadores de la presentación venezolana en el Camden Fringe esperaban que The Final Session, por ser una obra latinoamericana, mostrara elementos “autóctonos”. Se sorprendieron mucho al constatar la universalidad del conflicto humano presente en la obra, más allá de las fronteras y el folklore. Las entradas para el resto de la semana están agotadas.
Con más de 20 obras en su haber, Gavlovski es considerado uno de los escritores venezolanos de teatro más prolíficos de su generación. Además de dramaturgo, Gavlovski es psicoanalista y psicólogo clínico. Ha recibido varios premios y reconocimientos en diversos países por su labor en ambas profesiones. Tanto su dramaturgia como su trabajo en el mundo PSI se caracterizan por combinar el psicoanálisis con el arte.
Actors of the World, fundada en el año 2001, se dedica a la promoción de obras de teatro que reflejan las diversas realidades del mundo actual vistas por autores de distintos horizontes. La compañía presentará The Final Session en el Festival Camden Fringe hasta finales del mes de agosto y en noviembre tendrá su temporada especial.
Lo ocurrido con este autor venezolano, como también se ha dado con Gustavo Ott o con Ibrahim Guerra, en otras ocasiones, es una prueba de que sí hay talento en esta Tierra de Gracia, pero ¿cuántas obras de los nacionales hay en la cartelera caraqueña en estos momentos?, o ¿será cierto aquello de que en la patria de Bolívar solo se montan textos de autores consagrados en el exterior, como lo han perifoneado por ahí? ¿ Quien quiere producir ahora alguno de los textos de Gavlovski? Se escuchan ofertas.
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