El monólogo, la forma más antigua de las milenarias expresiones teatrales, también atrapó a la célebre cantante popular Mirla Castellanos y es por eso que desde la segunda semana del próximo septiembre ella estará en la escena del Teatrex con su unipersonal ¿Primerísima…yo? , escrito y dirigido por Aníbal Grunn.
Ella, que sí es toda una dama, tanto en público como en privado, aceptó este “interrogatorio” para hacer conocer mayores detalles de su evento teatral.
-¿Primera vez que sube a un escenario para actuar o componer un personaje aunque sea usted misma?
-Es un reto que tenía pensado hace mucho tiempo. Quería hacer un monólogo donde pudiera contar distintas etapas de mi vida y tener la oportunidad de agradecer a tantas personas que me ayudaron a lo largo de mi carrera como cantante. Así me entrevisté con algunos amigos que me contactaron con Aníbal Grunn y luego de darle muchas vueltas al proyecto, logramos hacer que viera la luz y se transformara en realidad este sueño que se llama ¿Primerísima…yo?
-¿Por qué nunca antes lo hizo?
-Siempre tenía dudas, como cierto temor a cómo lo recibiría el público. Un público que estaba acostumbrado a oírme cantar. Esta vez me tendría que escuchar contando mi vida, no sabía si eso podía ser interesante. Yo quería que fuera divertido, simpático. Era todo un desafío, un reto. Me di cuenta que también dependía de quien lo escribiera y lo dirigiera. El proceso de ensayos me ayudó a sentirme más segura y confiada. Creo que ha llegado el momento para hacerlo.
-¿Tiene mucho respeto al trabajo actoral?
-Siempre he respetado muchísimo a mis compañeros actrices y actores del teatro y la televisión. Es una profesión muy difícil y muy sacrificada. Ahora, después de haberme puesto en sus zapatos, los admiro y respeto mucho más. Admiro esa capacidad para desdoblarse en otros personajes y poder memorizar todos esos textos. Eso no es nada fácil. Exige disciplina, trabajo y mucha pasión.
-¿Pidió instrucciones para su desenvolvimiento como actriz en su espectáculo?
-Cada vez que monto un espectáculo, sobre todo conciertos y shows que es lo que yo he hecho hasta ahora, me dejo guiar por los directores, los coreógrafos y los productores, ya que ellos son los que están de afuera, del otro lado del escenario, y pueden ver con mayor objetividad todo. En este caso, mucho más. Si bien en todos estos años de profesión siempre he observado y aprendido muchos de mis compañeros, también es cierto que soy muy respetuosa de los directores. Desde Renny aprendí que uno debe saber escuchar a los demás. Claro que no me ha sido difícil moverme en el escenario, pero todo ese trabajo de pausas, transiciones, cambios de personajes, etcétera, Aníbal con mucha paciencia y respeto me ha guiado hasta encontrarlo. Sobre todo los finales para poder llegar certeramente al público.
-¿Se siente actriz o es una cantante que actúa?
-Para ser una buena cantante, es necesario actuar cada canción. Esa una actuación de unos tres o cuatro minutos. En este caso “la canción”, o sea mi monólogo, dura un poco más y no tiene música. Creo que soy una cantante que tiene que actuar muy bien cada vez.
-¿Qué sentimiento muy intimo le ha llevado a contarle su vida al autor Aníbal Grunn para que brotara ese guión?
-A medida que la iba contando mi vida, Aníbal Grunn se iba emocionando. Creo que eso me fue dando mayor seguridad. Yo le conté mi vida, mi intimidad sin prejuicios. Todo lo que me llevó a ser artista. Él lo captó maravillosamente bien. Ese sentimiento es el que le queda al público, como si quisieran oír más.
-¿Satisfecha con el texto que le ha entregado Aníbal?
-Si. Se lo he contado todo, o casi todo. Me encanta lo que ha escrito, supo captar exactamente lo que yo quería decir. No me ha resultado difícil aprenderlo, claro, es mi vida, escrita por un dramaturgo, con la objetividad del escritor, quien además, me ha enseñado cómo decirlo, donde están los matices, donde las transiciones, las pausas, las miradas. Y además me permite que yo agregue cosas de mi propia salsa.
-¿Cómo la ha dirigido Aníbal Grunn?
-Maravillosamente. Me ha tenido mucha paciencia y mucho respeto. Y lo sigue teniendo. A veces yo le sugiero cosas y él me indica dónde y cómo debo decirlo. Otras veces me sugiere que eso no es bueno o yo misma digo que eso no me gustaría decirlo así, sino de otra forma y él me escucha, me interpreta y me ayuda a cambiarlo. Yo no soy dócil, pero me dejo guiar, porque sé a dónde quiero llegar.
-¿Qué se siente al actuar o al encarnar a Mirla Castellanos desde un escenario?
-Siento que yo soy yo. Es un desafío, un reto. Al principio me intimidaba hacerlo, ya no. Al contrario, me siento orgullosa de poder contar mi vida, de compartir tantas cosas divertidas, nostálgicas y graciosas.
-¿Qué no quiso mostrar en la escena con ¿Primerísima… yo?
-Bueno, es exactamente como la primera vez que hice un desnudo. Claro que en ese momento yo era muy pequeñita y no pude opinar. Me tomaron la foto y ya. Esta vez fue igual. Me desnudé frente a Aníbal, es decir desnudé mi intimidad. Él mismo fue proponiendo qué decir y que no. Ahora soy adulta y me cubro algunas partes.
-¿Dispuesta a seguir en la escena cómo actriz y cómo cantante?
-Sí, definitivamente sí. Pisar un escenario como cantante es el mayor placer que se puede sentir, pero ahora que lo hago como actriz, el placer se multiplica. Me ha picado el gusanito y no lo voy a dejar escapar. Ahora quiero actuar, crear un personaje, hacer teatro.
-¿Satisfecha con ¿Primerísima… yo?
-Mucho. Hay un guión muy bien escrito. Con mucho humor y mucha nostalgia también. Es como un gran paseo por mi vida, mi historia y a su vez por la historia de la televisión de Venezuela. Hay un pequeño homenaje a muchos de los grandes que hicieron grande la televisión de Venezuela. Es un texto lleno de sorpresas. Un espectáculo producido maravillosamente por José Jiménez y Vladimir Salazar. Con la musicalización de Isaías Urbina. El respaldo de Luis Capecci, mi manager. Y mucha gente que ha permitido el nivel de excelencia que tiene este monólogo.
-¿Su familia y sus amigos qué le han dicho sobre su aventura teatral?
-Hubo todo tipo de comentarios, los que tenían miedo al riesgo y los que me apoyaban incondicionalmente. En todos los casos, siempre creo que lo hacían pensando en mi beneficio. Yo escuchaba todo. Para mi las palabras de mis amigos y de mi familia son muy importantes. Pero quería correr el riesgo, quería asumir este reto y luchar para no defraudar al público. Porque así ha sido siempre mi vida, un continuo desafío a mi misma. Quiero aprovechar esta entrevista para darles las gracias a todos. Y también a ti Edgard por esta entrevista y desearte mucho éxito en todo lo que hagas y en ese nuevo libro Teatro 2009. Me siento honrada de estar en él.
Ella, que sí es toda una dama, tanto en público como en privado, aceptó este “interrogatorio” para hacer conocer mayores detalles de su evento teatral.
-¿Primera vez que sube a un escenario para actuar o componer un personaje aunque sea usted misma?
-Es un reto que tenía pensado hace mucho tiempo. Quería hacer un monólogo donde pudiera contar distintas etapas de mi vida y tener la oportunidad de agradecer a tantas personas que me ayudaron a lo largo de mi carrera como cantante. Así me entrevisté con algunos amigos que me contactaron con Aníbal Grunn y luego de darle muchas vueltas al proyecto, logramos hacer que viera la luz y se transformara en realidad este sueño que se llama ¿Primerísima…yo?
-¿Por qué nunca antes lo hizo?
-Siempre tenía dudas, como cierto temor a cómo lo recibiría el público. Un público que estaba acostumbrado a oírme cantar. Esta vez me tendría que escuchar contando mi vida, no sabía si eso podía ser interesante. Yo quería que fuera divertido, simpático. Era todo un desafío, un reto. Me di cuenta que también dependía de quien lo escribiera y lo dirigiera. El proceso de ensayos me ayudó a sentirme más segura y confiada. Creo que ha llegado el momento para hacerlo.
-¿Tiene mucho respeto al trabajo actoral?
-Siempre he respetado muchísimo a mis compañeros actrices y actores del teatro y la televisión. Es una profesión muy difícil y muy sacrificada. Ahora, después de haberme puesto en sus zapatos, los admiro y respeto mucho más. Admiro esa capacidad para desdoblarse en otros personajes y poder memorizar todos esos textos. Eso no es nada fácil. Exige disciplina, trabajo y mucha pasión.
-¿Pidió instrucciones para su desenvolvimiento como actriz en su espectáculo?
-Cada vez que monto un espectáculo, sobre todo conciertos y shows que es lo que yo he hecho hasta ahora, me dejo guiar por los directores, los coreógrafos y los productores, ya que ellos son los que están de afuera, del otro lado del escenario, y pueden ver con mayor objetividad todo. En este caso, mucho más. Si bien en todos estos años de profesión siempre he observado y aprendido muchos de mis compañeros, también es cierto que soy muy respetuosa de los directores. Desde Renny aprendí que uno debe saber escuchar a los demás. Claro que no me ha sido difícil moverme en el escenario, pero todo ese trabajo de pausas, transiciones, cambios de personajes, etcétera, Aníbal con mucha paciencia y respeto me ha guiado hasta encontrarlo. Sobre todo los finales para poder llegar certeramente al público.
-¿Se siente actriz o es una cantante que actúa?
-Para ser una buena cantante, es necesario actuar cada canción. Esa una actuación de unos tres o cuatro minutos. En este caso “la canción”, o sea mi monólogo, dura un poco más y no tiene música. Creo que soy una cantante que tiene que actuar muy bien cada vez.
-¿Qué sentimiento muy intimo le ha llevado a contarle su vida al autor Aníbal Grunn para que brotara ese guión?
-A medida que la iba contando mi vida, Aníbal Grunn se iba emocionando. Creo que eso me fue dando mayor seguridad. Yo le conté mi vida, mi intimidad sin prejuicios. Todo lo que me llevó a ser artista. Él lo captó maravillosamente bien. Ese sentimiento es el que le queda al público, como si quisieran oír más.
-¿Satisfecha con el texto que le ha entregado Aníbal?
-Si. Se lo he contado todo, o casi todo. Me encanta lo que ha escrito, supo captar exactamente lo que yo quería decir. No me ha resultado difícil aprenderlo, claro, es mi vida, escrita por un dramaturgo, con la objetividad del escritor, quien además, me ha enseñado cómo decirlo, donde están los matices, donde las transiciones, las pausas, las miradas. Y además me permite que yo agregue cosas de mi propia salsa.
-¿Cómo la ha dirigido Aníbal Grunn?
-Maravillosamente. Me ha tenido mucha paciencia y mucho respeto. Y lo sigue teniendo. A veces yo le sugiero cosas y él me indica dónde y cómo debo decirlo. Otras veces me sugiere que eso no es bueno o yo misma digo que eso no me gustaría decirlo así, sino de otra forma y él me escucha, me interpreta y me ayuda a cambiarlo. Yo no soy dócil, pero me dejo guiar, porque sé a dónde quiero llegar.
-¿Qué se siente al actuar o al encarnar a Mirla Castellanos desde un escenario?
-Siento que yo soy yo. Es un desafío, un reto. Al principio me intimidaba hacerlo, ya no. Al contrario, me siento orgullosa de poder contar mi vida, de compartir tantas cosas divertidas, nostálgicas y graciosas.
-¿Qué no quiso mostrar en la escena con ¿Primerísima… yo?
-Bueno, es exactamente como la primera vez que hice un desnudo. Claro que en ese momento yo era muy pequeñita y no pude opinar. Me tomaron la foto y ya. Esta vez fue igual. Me desnudé frente a Aníbal, es decir desnudé mi intimidad. Él mismo fue proponiendo qué decir y que no. Ahora soy adulta y me cubro algunas partes.
-¿Dispuesta a seguir en la escena cómo actriz y cómo cantante?
-Sí, definitivamente sí. Pisar un escenario como cantante es el mayor placer que se puede sentir, pero ahora que lo hago como actriz, el placer se multiplica. Me ha picado el gusanito y no lo voy a dejar escapar. Ahora quiero actuar, crear un personaje, hacer teatro.
-¿Satisfecha con ¿Primerísima… yo?
-Mucho. Hay un guión muy bien escrito. Con mucho humor y mucha nostalgia también. Es como un gran paseo por mi vida, mi historia y a su vez por la historia de la televisión de Venezuela. Hay un pequeño homenaje a muchos de los grandes que hicieron grande la televisión de Venezuela. Es un texto lleno de sorpresas. Un espectáculo producido maravillosamente por José Jiménez y Vladimir Salazar. Con la musicalización de Isaías Urbina. El respaldo de Luis Capecci, mi manager. Y mucha gente que ha permitido el nivel de excelencia que tiene este monólogo.
-¿Su familia y sus amigos qué le han dicho sobre su aventura teatral?
-Hubo todo tipo de comentarios, los que tenían miedo al riesgo y los que me apoyaban incondicionalmente. En todos los casos, siempre creo que lo hacían pensando en mi beneficio. Yo escuchaba todo. Para mi las palabras de mis amigos y de mi familia son muy importantes. Pero quería correr el riesgo, quería asumir este reto y luchar para no defraudar al público. Porque así ha sido siempre mi vida, un continuo desafío a mi misma. Quiero aprovechar esta entrevista para darles las gracias a todos. Y también a ti Edgard por esta entrevista y desearte mucho éxito en todo lo que hagas y en ese nuevo libro Teatro 2009. Me siento honrada de estar en él.
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