El más hilarante espectáculo de travestismo teatral procedente del Zulia se podrá ver próximamente en Caracas. Se trata de Señoras de Maracaibo, el cual retrata el ir y venir de la memoria y escritura de cinco actores que encarnan a las mujeres que trajinan desde sus experiencias convirtiéndolas en damas para sus anécdotas y en cuentos para seguir asombrando a su audiencia, insistimos por ahora, de esa cálida región venezolana.
Es, pues, un montaje donde Ricardo Lugo, Henry Semprún, Carlos Guevara, José Bermúdez y José Molero reviven los recuerdos de sus mujeres para reinterpretarlas en la escena. Ellas son: Dalia, Guillermina, Marucha, La China y la “Muda” Mística, quienes ríen y lloran en sus monólogos las respectivas referencias de sus Maracaibos.
El director Richard Oliveros, líder de la agrupación zuliana Fundrama, productora del espectáculo Señoras de Maracaibo, el cual contabiliza no menos de 50 mil espectadores en tres años largos de temporada, explica como nació ese trabajo artístico, y además revela cuales fueron sus inicios y el desarrollo de sus estéticas.
-¿Cómo nace Señoras de Maracaibo?
-Señoras de Maracaibo fue estrenada el 17 de abril del 2008 en los espacios del Teatro Baralt. Fundrama quiso hacerle así un homenaje a dos importantes actores zulianos: Homero Montes y Fernando Perdomo, porque ellos, trabajaron con la herramienta del travestismo en el teatro para caracterizar personajes tipo para nuestra ciudad. Es así cuando surgen los personajes Marita Carrasquero (Fernando Perdomo) y Fredefinda viuda de Bracho (Homero Montes) quienes pasearon sus performances durante las décadas de los 60, 70 y 80.
- ¿Cuál considera son las razones por las cuales ese espectáculo ha tenido 49 representaciones y además reventando las salas?
-En Maracaibo, hasta ahora, no ha existido una propuesta que haya llenado todas las salas en todas sus presentaciones y mucho menos si estas se presentan cobrando entrada. Creo, que estas mujeres teatrales son el ancla para las miles de analogías que han hecho los espectadores con sus familiares, vecinas y amigas. El reconocimiento de estas mujeres es la intención de esta propuesta. El travestismo no es la excusa, es la ciudad. Estamos inmersos dentro de una invisibilidad de cuentos. Los relatos son fundamentales cuando queremos hablar de nosotros. Éstos, fortalecen la reconstrucción de símbolos, son tejidos para dar cuerpo a nuestras formas culturales. Lo más importantes es el apropiarse de nuestras propias creaciones y eso es Señoras de Maracaibo.
-¿Qué los llevó a realizar la segunda parte, con el velorio de Eudomario?
-Señoras de Maracaibo son relatos contados por intermedio de monólogos, donde cada una de las cinco mujeres refleja el corpo-discurso de lo local en sus intervenciones. Ellas no tienen relación alguna, solo a través de la referencia de una con la otra a través de la palabra. Una gran parte del público expresó la necesidad de verlas juntas. Las redes sociales fueron fuentes determinantes para que se tejiera su reencuentro, es cuando surge un velorio como excusa para que ellas dialogaran. Hicimos lo que nuestro público quería: Señoras de Maracaibo en el velorio de Eudomario, el cual transcurre en una casa maracucha durante el velatorio del esposo de una de las señoras.
- ¿Qué pasará ahora?
-Llegaremos a nuestra función número 50 de Señoras de Maracaibo y habremos contabilizado una asistencia de alrededor de 50 mil espectadores. Y esperamos exhibir nuestra tercera representación de Señoras de Maracaibo en el velorio de Eudomario. Nos gustaría pasearnos por las distintas salas del país con estas dos muestras teatrales de nuestra ciudad. Solo falta establecer vínculos para ello.
50 experiencias
Richard Oliveros (41 años), director de Fundrama y autor del texto de Señoras de Maracaibo en el velorio de Eudomario, cuenta que se inició en el teatro gracias al tremendo estimulo de un amigo de estudios de pre-grado en la Universidad del Zulia (LUZ).”En el año 1989 ingreso, como oyente, en la Escuela de Teatro Inés Laredo. Ahí tuve como profesores a importantes creadores, entre ellos, Sol Sosa, Hildebrando Rossi y Clemente Izaguirre. Ese mismo año fui invitado por la agrupación Teatro Abierto, ya desaparecida, para estrenar La Franchota, dirigida por el artista plástico Javier Rondón, y una propuesta de teatro para niños, Cosas de pájaros del dramaturgo y actor Víctor Rodríguez. De ahí, por ser estudiante de LUZ, surge la cuarta etapa del Teatro Universitario de LUZ (Teluz) en donde estuve 17 años en plena formación, alternándolo con mis estudios de Administración. Recibí importantes talleres de los maestros Juan Carlos de Petre, Juan Carlos Moyano, Nicanor Cifuentes Gómez, Elaine Centeno, Víctor Carreño y Romer Urdaneta, entre otros. La oportunidad de anclarme en el Teluz me permitió asumir procesos creativos desde el discurso poético local. La mayoría de las obras montadas por esta agrupación estuvieron amarradas desde la técnica de la versión. En su mayoría las piezas montadas sufrían un giro a la mirada del color local maracaibero, zuliano. Durante el año 1994 se crean los Talleres Permanente de Conocimiento y creatividad del Teluz. El objetivo del mismo era intercambiar experiencias investigativas a través de avances entre los mismos integrantes de la agrupación. En mi caso, decidí, hacer una investigación documental bibliográfica sobre los orígenes de la danza; tuve la oportunidad de mostrar mi experiencia de investigación escénicamente y descubro que tengo gracia para la dirección. Mi primera experiencia de dirección fue ahí mismo, en el Teluz, en el 1995 con la pieza Perpetum, la cual se tejió en los talleres de formación a cargo de Henry Semprún. Con el tiempo he dirigido 50 experiencias escénicas, entre puestas en escena, lecturas dramatizadas y performances. Actualmente coordino el núcleo de expresión escénica de la Universidad Bolivariana de Venezuela, en sus ejes Mérida, Trujillo y Zulia; y soy director general de la Fundación para el Desarrollo de la Dramaturgia Regional-Centro de Formación y Producción Literaria (Fundrama).
-¿Cuándo comenzó a trabajar en su propia estética?
-Gracias a la formación en el Teluz vi la remarcada importancia de establecer procesos de comunicación teatral en donde las trilogías investigación/fuente/texto y actor/actriz-espectador, lograran la mayor vinculación posible. El plantear el teatro desde la complejidad que se merece, lo establezco como fundamento para arrojar propuestas escénicas en donde la inclusión del espectador esté estrechamente ligada con las formas socio-culturales establecidas desde el proceso de construcción de los sentidos que se tejen desde el cotidiano. Creo, en la responsabilidad pedagógica que tiene el teatro y sobre todo su capacidad de crítica y reflexión que pudieran surgir, si solo sí, se establecen en sus estructuras, recursos discursivos de un teatro al que yo denomino, necesario.
-Quisiera, hacer referencia a las palabras del maestro Augusto Boal “En el principio el teatro era un canto ditirambo: el pueblo libre, cantando al aire libre. El carnaval. La fiesta. Después, las clases dominantes se apropiaron del teatro y construyeron mundos divisorios. Primero, dividieron al pueblo, separando actores de espectadores: gente que hace y gente que observa. ¡Se terminó la fiesta! Segundo, entre los actores, se separó los protagonistas de las masas: comenzó el adoctrinamiento coercitivo”.
Es, pues, un montaje donde Ricardo Lugo, Henry Semprún, Carlos Guevara, José Bermúdez y José Molero reviven los recuerdos de sus mujeres para reinterpretarlas en la escena. Ellas son: Dalia, Guillermina, Marucha, La China y la “Muda” Mística, quienes ríen y lloran en sus monólogos las respectivas referencias de sus Maracaibos.
El director Richard Oliveros, líder de la agrupación zuliana Fundrama, productora del espectáculo Señoras de Maracaibo, el cual contabiliza no menos de 50 mil espectadores en tres años largos de temporada, explica como nació ese trabajo artístico, y además revela cuales fueron sus inicios y el desarrollo de sus estéticas.
-¿Cómo nace Señoras de Maracaibo?
-Señoras de Maracaibo fue estrenada el 17 de abril del 2008 en los espacios del Teatro Baralt. Fundrama quiso hacerle así un homenaje a dos importantes actores zulianos: Homero Montes y Fernando Perdomo, porque ellos, trabajaron con la herramienta del travestismo en el teatro para caracterizar personajes tipo para nuestra ciudad. Es así cuando surgen los personajes Marita Carrasquero (Fernando Perdomo) y Fredefinda viuda de Bracho (Homero Montes) quienes pasearon sus performances durante las décadas de los 60, 70 y 80.
- ¿Cuál considera son las razones por las cuales ese espectáculo ha tenido 49 representaciones y además reventando las salas?
-En Maracaibo, hasta ahora, no ha existido una propuesta que haya llenado todas las salas en todas sus presentaciones y mucho menos si estas se presentan cobrando entrada. Creo, que estas mujeres teatrales son el ancla para las miles de analogías que han hecho los espectadores con sus familiares, vecinas y amigas. El reconocimiento de estas mujeres es la intención de esta propuesta. El travestismo no es la excusa, es la ciudad. Estamos inmersos dentro de una invisibilidad de cuentos. Los relatos son fundamentales cuando queremos hablar de nosotros. Éstos, fortalecen la reconstrucción de símbolos, son tejidos para dar cuerpo a nuestras formas culturales. Lo más importantes es el apropiarse de nuestras propias creaciones y eso es Señoras de Maracaibo.
-¿Qué los llevó a realizar la segunda parte, con el velorio de Eudomario?
-Señoras de Maracaibo son relatos contados por intermedio de monólogos, donde cada una de las cinco mujeres refleja el corpo-discurso de lo local en sus intervenciones. Ellas no tienen relación alguna, solo a través de la referencia de una con la otra a través de la palabra. Una gran parte del público expresó la necesidad de verlas juntas. Las redes sociales fueron fuentes determinantes para que se tejiera su reencuentro, es cuando surge un velorio como excusa para que ellas dialogaran. Hicimos lo que nuestro público quería: Señoras de Maracaibo en el velorio de Eudomario, el cual transcurre en una casa maracucha durante el velatorio del esposo de una de las señoras.
- ¿Qué pasará ahora?
-Llegaremos a nuestra función número 50 de Señoras de Maracaibo y habremos contabilizado una asistencia de alrededor de 50 mil espectadores. Y esperamos exhibir nuestra tercera representación de Señoras de Maracaibo en el velorio de Eudomario. Nos gustaría pasearnos por las distintas salas del país con estas dos muestras teatrales de nuestra ciudad. Solo falta establecer vínculos para ello.
50 experiencias
Richard Oliveros (41 años), director de Fundrama y autor del texto de Señoras de Maracaibo en el velorio de Eudomario, cuenta que se inició en el teatro gracias al tremendo estimulo de un amigo de estudios de pre-grado en la Universidad del Zulia (LUZ).”En el año 1989 ingreso, como oyente, en la Escuela de Teatro Inés Laredo. Ahí tuve como profesores a importantes creadores, entre ellos, Sol Sosa, Hildebrando Rossi y Clemente Izaguirre. Ese mismo año fui invitado por la agrupación Teatro Abierto, ya desaparecida, para estrenar La Franchota, dirigida por el artista plástico Javier Rondón, y una propuesta de teatro para niños, Cosas de pájaros del dramaturgo y actor Víctor Rodríguez. De ahí, por ser estudiante de LUZ, surge la cuarta etapa del Teatro Universitario de LUZ (Teluz) en donde estuve 17 años en plena formación, alternándolo con mis estudios de Administración. Recibí importantes talleres de los maestros Juan Carlos de Petre, Juan Carlos Moyano, Nicanor Cifuentes Gómez, Elaine Centeno, Víctor Carreño y Romer Urdaneta, entre otros. La oportunidad de anclarme en el Teluz me permitió asumir procesos creativos desde el discurso poético local. La mayoría de las obras montadas por esta agrupación estuvieron amarradas desde la técnica de la versión. En su mayoría las piezas montadas sufrían un giro a la mirada del color local maracaibero, zuliano. Durante el año 1994 se crean los Talleres Permanente de Conocimiento y creatividad del Teluz. El objetivo del mismo era intercambiar experiencias investigativas a través de avances entre los mismos integrantes de la agrupación. En mi caso, decidí, hacer una investigación documental bibliográfica sobre los orígenes de la danza; tuve la oportunidad de mostrar mi experiencia de investigación escénicamente y descubro que tengo gracia para la dirección. Mi primera experiencia de dirección fue ahí mismo, en el Teluz, en el 1995 con la pieza Perpetum, la cual se tejió en los talleres de formación a cargo de Henry Semprún. Con el tiempo he dirigido 50 experiencias escénicas, entre puestas en escena, lecturas dramatizadas y performances. Actualmente coordino el núcleo de expresión escénica de la Universidad Bolivariana de Venezuela, en sus ejes Mérida, Trujillo y Zulia; y soy director general de la Fundación para el Desarrollo de la Dramaturgia Regional-Centro de Formación y Producción Literaria (Fundrama).
-¿Cuándo comenzó a trabajar en su propia estética?
-Gracias a la formación en el Teluz vi la remarcada importancia de establecer procesos de comunicación teatral en donde las trilogías investigación/fuente/texto y actor/actriz-espectador, lograran la mayor vinculación posible. El plantear el teatro desde la complejidad que se merece, lo establezco como fundamento para arrojar propuestas escénicas en donde la inclusión del espectador esté estrechamente ligada con las formas socio-culturales establecidas desde el proceso de construcción de los sentidos que se tejen desde el cotidiano. Creo, en la responsabilidad pedagógica que tiene el teatro y sobre todo su capacidad de crítica y reflexión que pudieran surgir, si solo sí, se establecen en sus estructuras, recursos discursivos de un teatro al que yo denomino, necesario.
-Quisiera, hacer referencia a las palabras del maestro Augusto Boal “En el principio el teatro era un canto ditirambo: el pueblo libre, cantando al aire libre. El carnaval. La fiesta. Después, las clases dominantes se apropiaron del teatro y construyeron mundos divisorios. Primero, dividieron al pueblo, separando actores de espectadores: gente que hace y gente que observa. ¡Se terminó la fiesta! Segundo, entre los actores, se separó los protagonistas de las masas: comenzó el adoctrinamiento coercitivo”.
-Refiero la cita de Augusto como clave para entender un teatro que permita procesos creadores en donde todos podemos estar retratados, de alguna u otra manera. Prefiero, la investigación de nuestras formas identitarias en donde el arduo proceso investigativo, permita establecer desde sus distintas fuentes hasta llegar a la exposición, un tejido horizontal. No todos los seres tienen la intención de estrecharse con el teatro íntimamente, pero sí, se establecen vínculos importantes, cuando esos seres aportan desde su saber su conocimiento, todos tenemos algo que aportarle al discurso teatral, porque son precisamente esos seres, las fuentes de inspiración que tiene todo dramaturgo para su escritura… ¿Si no de qué se escribiría, de quien se escribiría?
Pretendo, con la construcción de la primera sala de teatro, erigida desde el poder popular, pasar de ese teatro alternativo a un teatro comunitario, en donde nuestros cuentos, referencias y crónicas se digan desde sus protagonistas, o por lo menos vincularlos más con la Sala Comunal para el teatro “Luis Romero”, en el sector Valle Frío de la parroquia Santa Lucia del municipio Maracaibo. Es así, como prefiero la construcción de nuestros propios textos discursivos teatrales, que salir corriendo a una librería a ver que se monta.
Pretendo, con la construcción de la primera sala de teatro, erigida desde el poder popular, pasar de ese teatro alternativo a un teatro comunitario, en donde nuestros cuentos, referencias y crónicas se digan desde sus protagonistas, o por lo menos vincularlos más con la Sala Comunal para el teatro “Luis Romero”, en el sector Valle Frío de la parroquia Santa Lucia del municipio Maracaibo. Es así, como prefiero la construcción de nuestros propios textos discursivos teatrales, que salir corriendo a una librería a ver que se monta.
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