Algunos teatreros no pagan los
derechos de autor de las obras que escenifican. Llegan incluso a
eliminar el nombre del dramaturgo o cambiarlo,al tiempo que
reescriben o pervierten los textos originales. Pero tales maldades
tienen patas cortas y cuando los descubren se sienten y se comportan
como “putas ofendidas”. Ese es uno de los problemas del teatro
venezolano, especialmente del que se autodenomina “comercial”.
Pero hay excepciones y es el
caso del director y escritor César Sierra, quien estrena
durante este fin de semana su espectáculo musical, ¡Clap!,
donde utiliza apreciables “insumos foráneos”. Él aclara, para evitar
sospechas o acusaciones infundadas, que sí paga los derechos de
autor.
-Los
derechos de autor de ¡Clap!
se han manejado por las vías adecuadas y todo está en absoluto
orden, reitera
-¿Cómo es su espectáculo ¡Clap!
-¿Cómo es su espectáculo ¡Clap!
-Nuestro
¡Clap!
es un collage de varios musicales que tienen en común el hecho de
tratar la problemática juvenil. El público caraqueño amante del
teatro musical, podrá disfrutar las funciones de ¡Clap!
los
días 21, 22 y 23 de Septiembre en el Teatro de Chacao.
-Es
un espectáculo especialmente dirigido al público juvenil, compuesto
sobre una selección de temas de algunas de las obras más exitosas
del teatro musical. Canciones que tratan sobre las vivencias de la
adolescencia y la juventud, que hablan de la libertad, de la
rebeldía, de la amistad, del futuro, de los sueños, del primer amor
y hasta del descubrimiento del sexo.
-Es
el resultado del primer año del trabajo de formación de un grupo de
más de 45 jóvenes entre los 15 y los 30 años alumnos de la Escuela
de Teatro Musical de Magno Producciones. Tiene fragmentos y canciones
de musicales como: Rent
que
impactó al mundo en los 90 al versionar La
Boheme
al East Village de New York y cantar sobre temas como la
homosexualidad y el sida. Avenida
Q,
que parodia los programas infantiles educativos como "Plaza
Sésamo" para tratar temas como la inestabilidad laboral, la
falta de claridad de los jóvenes al iniciar su vida profesional y la
inestabilidad de las primeras relaciones sentimentales.
Hair,
que pinta la rebelión hippie de los sesenta, y canta a la vida, al
amor libre y al derecho a negarse a la guerra. Despertar
de primavera
, que habla del descubrimiento del sexo en el universo adolescente...
y muchos otros como Hairspray,
Fiebre
del sábado por la noche
y Footloose.
-En
cada uno de los segmentos hemos tratado de conservar la esencia del
montaje de cada uno de los espectáculos en lo actoral, lo estético
y lo coreográfico. Los 45 chicos cantan en vivo después de un arduo
trabajo de formación con profesionales de la talla de Armando
Lovera, Harold Vargas y Jorge Salazar.
-Las
canciones se van enlazando de manera ágil, en un original
espectáculo mezcla de teatro y concierto. Una revisión de los temas
que marcan la vida juvenil es el motivo de la primera parte. Las
escenas y canciones revisan conflictos como: el momento de la
graduación y las decisiones sobre el futuro: (“¿Qué voy a hacer
con mi licenciatura?”); la necesidad de enfrentarse a los problemas
trascendentales e incluso a la amenaza de la muerte (“Tiempos de
Amor”); el despertar de la sexualidad (“Tócame”); la rebeldía
frente a las normas impuestas (“Jodido Estás”); el primer amor y
la primera desilusión (“Sin Tu Amor”).
-En
la segunda parte los chicos del elenco hacen una revisión de la
manera en que los musicales han entendido a los “jóvenes” de
antes, con una muestra retrospectiva que comprende los ochenta, los
setenta , los sesenta y para cerrar el espectáculo con el tema que
da nombre al show y el cual refleja la urbanidad y la modernidad en su
composición destacando el valor de luchar y trabajar para vivir los
sueños: ¡Clap!.
-¡Clap!
es el inicio del camino profesional de estos jóvenes que están
enamorados del teatro musical y empeñados en formarse para
enfrentarlo con verdadero profesionalismo.
-¿Por
qué algunos teatreros no pagan los derechos de autor en Venezuela ?
-Pues
no lo sé... supongo que en cada caso habrá distintas razones,
tendrías que hacerle estas preguntas a quienes no lo hacen. Yo no me
incluyo en ese grupo. Un autor es un creador que vive de su trabajo y
merece cobrarlo adecuadamente. Aparte de director soy autor. Mi obra
La
lechuga
está en cartelera en España desde hace casi un año y a punto de
estrenarse en México y en ambos casos el tema de los derechos de
autor se ha tratado con absoluta claridad. No veo por qué en
Venezuela tendríamos que portarnos de otra manera con los autores
extranjeros... y obviamente, mucho menos con los autores nacionales.
En todo caso tenemos Sacven, una asociación que vela por nuestros
derechos y vigila que se cumplan las leyes y tratados de derecho
internacional.
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