Los balances de los festivales de teatro son tareas
incomodas. Nunca un artículo crítico reúne todo lo que se vio en la escena
y tampoco lo que se quedó en la
trastienda de los montajes. Y lo que se hace son comentarios posteriores donde
se intenta remendar el capote, como diría mi tatarabuela, o dejar apuntes
volanderos. Decimos esto porque la caraqueña Primera Muestra de 24
Coproducciones del Centro Nacional de Teatro, realizada exitosamente del 10 al 25 de
noviembre, permitió volver a ponderar otra vez las excelencias de la
dramaturgia de César Rengifo por intermedio de los trabajos de los artistas de
los estados Falcón y Nueva Esparta, quienes vinieron con los espectáculos logrados
a partir de Lo que dejó la tempestad y
La esquina del miedo, respectivamente
Del falconiano montaje Lo que dejó la tempestad podemos reseñar el avanzado trabajo de
investigación y la laboriosa puesta en escena, pero todo eso estaba “crudo” y
merece que adelanten una aguda depuración, como se los dijimos personalmente, aunque
resaltamos la performance de la actriz que encarnó a “Brusca”.
Con respecto a La esquina del miedo, texto que no conocíamos, su montaje permitió
reencontrarnos con uno de los más capaces artistas venezolanos, el escenógrafo
y director José Salas Verde, con 50 años en las lides teatrales, quien realizó
con su agrupación El Pequeño Teatro de Los Robles un memorable montaje por la
síntesis escénica lograda y las precisas caracterizaciones de un elenco joven, que
integraron Alberto Millán, Claret Mendoza, Tomás Moya, Héctor Marín, Nathalie
Salazar, Marena Acosta, Luis Acosta (el más destacado con su labor
protagónica), Mailko Prieto y Virginia Márquez, apuntalados con los técnicos Ángel
Muñoz y Gregorif Marín.
Salas Verde (conocido como
Salitas) durante las dos últimas décadas ha producido montajes, capacitando
comediantes y educando espectadores, en la comunidad de Los Robles, del
municipio Manuel Plácido Maneiro de Nueva Esparta. Con algunos ex integrantes
del Núcleo del TNJ logró crear la Sociedad Civil Pequeño Teatro de los Robles
para fortalecer al arte regional y desarrollar un trabajo integral de
perfeccionamiento y profesionalización de las nuevas generaciones. ¡Hace
patria!
Con La
esquina del miedo, Salitas retoma
conceptos escenográficos básicos y crea un modulo central al cual los cómicos transforman o les
permite crear la esquina trágica, la farmacia, la iglesia, el burdel y
la cárcel, espacios que los personajes utilizan para revelar lo que ocurre en una comunidad cuando se comporta
indiferente ante las denuncias de un crimen cometido en una calle de su pueblo.
El espectáculo es un
alucinante desfile de imágenes sobre un hecho criminal que es visto por un
muchacho y lo que pasa cuando la justicia no colabora, ni tampoco juzga a los
culpables sino al inocente que denuncia lo ocurrido. Lo lúdico del burdel se
combina con la cómica conducta del juez y debe generar la natural catarsis
entre la audiencia.
Salitas, prosigue haciendo buen
teatro para las comunidades margariteñas, venciendo las vicisitudes y las
naturales rémoras de hacer arte alejado de la capital política del país.
2 comentarios:
Qué orgullo me da leer esta reseña Charlie!!!! Sigue así mi compañero predilecto de escenario!!!!! 100% proud of you!!!! <3
Sarah.
Qué orgullo me da leer esta reseña, Charlie!!!! Sigue así mi compañero predilecto de escenario!!
Felicidades al Grupo del Pequeño Teatro de Los Robles!!
100% proud of you my wicked spider!!!!
Sarah.
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