sábado, enero 26, 2013

Puro amor en el teatro


La parca, por accidentes  o enfermedades, o la temible hampa, se ha encargado de acelerar algunos procesos de cambios que en otros países son más lentos y menos traumáticos. Recordamos esto porque el tan esperado relevo teatral ya comenzó. Nuevos actores, directores y dramaturgos se pelean los escasos escenarios caraqueños comerciales, desatando, como es lógico, angustias y alegrías por los que se marchan o se autojubilan y  ante los nuevos, los que llegan o empiezan a consolidar lo que han conquistado. En fin, a la noria de la vida, que es también la del progreso, no la detiene nadie y es precisamente el director Vladimir Vera (Caracas, 1978), quien ahora llama la atención porque es una máquina de buen trabajo artístico, como lo revela en este dialogo que aquí plasmamos :
-¿Qué hizo para estrenar dos piezas en la etapa inaugural de la temporada 2013?
-¡Ensayar muchísimo! La primera es Rock n' Roll: La revolución de terciopelo de Tom Stoppard, obra maravillosa que muestro con Teatro Forte, mi grupo, y el apoyo de la productora Gladys Seco, y la otra es Los taxistas también tienen su corazoncito de Néstor Caballero; texto hermoso que históricamente va desde el gobierno del general Isaías  Medina Angarita hasta la presidencia  de Rómulo Betancourt. Para este último proyecto tuve el placer de ser invitado por mi querida amiga Jorgita Rodríguez (con quien ya había trabajado en el unipersonal "La tía Chucha"), que nuevamente confió en mí para levantar este monólogo que será protagonizado por el primer actor Cayito Aponte.  
-¿Cómo distribuye tiempo, vida y sentimientos entre los elencos de esas obras cuya telón de fondo es la política, invento de los humanos para dominar y/o manipular a sus congéneres?
-Bueno, la organización es vital para la realización del trabajo teatral. Y en relación al tema político, creo que es necesario en determinados momentos recordar el pasado y ver hacia otras fronteras, porque el ayer y la experiencia de los otros se convierten en determinados momentos en cercanos espejos de nuestra realidad. Aparte, tener el apoyo de dos productoras de primera línea como Jorgita y Gladys hace que el trabajo sea más fácil de afrontar.
-¿Qué le dicen a los venezolanos esas piezas?
En relación a Los taxistas... a veces es interesante repasar capítulos de nuestra historia para entender nuestra realidad. Y Rock and roll… es un paseo delicioso por los años de rebeldía de Europa (desde el 1968 hasta la desintegración de la Unión Soviética), la cual   nos habla de la caída de las utopías y como la historia de Europa tiene fuertes puntos de conexión con la realidad nacional. Hay un punto de conexión en ambas obras que va más allá de lo político y es que el amor es lo que realmente nos mueve, nos hace libre, nos da la fuerza para vivir; y ese amor (infinito, puro, eterno) está moviendo constantemente a los protagonistas de ambas obras.
-¿Cómo ha sido la dirección actoral de cada una de las piezas?
Un placer. En Rock and roll… tengo un maravilloso elenco de 11 actores y tres músicos en vivo. Trabajo con artistas que respeto y con quienes ya he trabajado como Elvis Chaveinte, Jesús Sosa y Domingo Balducci; y con actores con los que siempre había querido trabajar como el primer actor Javier Vidal y la talentosa Nattalie Cortez. Por lo que a la hora de asumir la dirección siempre es muy fácil, ya que son comediantes que entienden claramente todas las dimensiones de sus personajes. 
-En el caso de Los taxistas... la dirección actoral ha sido un proceso de crecimiento, ya que trabajar con una persona tan generosa y  con una experiencia tan vasta como Cayito Aponte, es un aprendizaje de vida.
-¿Qué diferencia cada montaje?
-Los taxistas… es un monólogo muy intimista acerca de las pasiones de un taxista en la Caracas de antier. Un acercamiento teatral desde la nostalgia por esa ciudad que transitamos a diario y que ha tenido tanta historia y a veces tiende a ser desconocida para sus habitantes. Un drama con muchas pinceladas de humor. Rock n' Roll… es una obra de gran formato, con 11 actores en escena, un recorrido musical en vivo por las obras más importante del rock, proyecciones y un vestuario fastuoso creado por 20 jóvenes estudiantes de diseño de moda del Instituto de Diseño "Las Mercedes". Son 25 años en la vida de una familia influenciada por la política y el rock and roll.
-En ambas se retratan  los errores políticos del ayer  (en una la dictadura y en la otra la invasión soviética a Checoslovaquia); pero las puestas en escena son diametralmente opuestas.
-¿Cree qué el teatro sirve para algo en estos tiempos?
-El teatro habla. Y creo que en este momento es necesario hablar, gritar, generar posturas, crear debates, incomodar... Ese es nuestra tarea obligatoria como creadores 
-¿Con qué pieza participa en el Festival de Caracas, el evento de este 2013?
-Teatro Forte fue invitado con Goya de Rodrigo García. r 
Nostalgia
 Javier Vidal, Elvis Chaveinte, Nattalie Cortez, Jesús Sosa, Gladys Seco, Domingo Balducci, Jan Vidal, Fabiola Arace y María Fernanda Esparza dan vida a Rock n’ Roll: la revolución del terciopelo, pieza que habla de la peligrosidad de aferrarse a un mito o una ideología como única causa vital. Se presentará en la sala de teatro 1 de la Fundación Celarg, desde el 31 de enero. Cayito Aponte, con más de 50 años de carrera artística, estrena su primer monólogo teatral, Los taxistas también tienen su corazoncito. El encarna al chofer de plaza Rubén Sarmiento, quien cuenta su vida y su pasión por las películas. Es la Caracas del cine Rialto, de los acontecimientos políticos que cambiaron a la Venezuela de los 40, con el golpe de Estado a Isaías Medina Angarita y la posterior dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez. Se presentará a partir del 1º de febrero en la sala experimental del BOD-Corpbanca

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