A
Jesús de Nazaret, Simón Bolívar y Carlos
Marx les permiten visitar varios municipios venezolanos. ¿Cuáles serían las
reacciones de esas comunidades ante la presencia y los discursos del Hijo de
Dios, del Libertador o del coautor del Manifiesto Comunista?
Por
ahora, el único que vino es Carlos Marx y lo hizo, durante la noche del 19 de
enero de 2013, al auditorio “Freddy Reyna” de la Unefa de la Colonia Tovar, dentro
del XII Festival Internacional de Teatro
de esa singular población aragüeña, fina tarea culturizadora que lideriza el artista y promotor Amilcar Marcano con el apoyo de la comunidad.
Ahí,
encarnado por José León y bajo la dirección de Oscar Acosta, se presentó con el
unipersonal Marx en Caracas,
adaptación de Marx in Soho (1999),
respetuosa traducción de José Sastre (2002) sobre el original de Howard Zinn,
historiador y dramaturgo izquierdista (Nueva York, 1922-2010).
A partir de una situación imposible, cual es el
regreso de Marx (Tréveri, 1818-Londres, 1888), Zinn
cuestiona la presunta muerte del pensamiento marxista en
el campo teórico-práctico del neoliberalismo contemporáneo. Lo hace para subrayar que todo ese bagaje filosófico está
vivo y disponible ante una revolución futura.
Escribió,pues, una deliciosa y culta pieza de teatro
político, donde su Marx retorna a la Tierra y lo ubica en el Soho
de Nueva York; en la versión venezolana es un auditorio caraqueño y frente a unos
espectadores exclama: "¡Gracias a Dios, un auditorio! Me alegro de que hayáis
venido. No habéis hecho caso de esos idiotas que han dicho: ¡Marx está muerto!
Bueno, lo estoy... y no lo estoy". Su personaje se plasma como pocos lo conocieron, subrayando
los principales acontecimientos de su vida y de la saga de su época: su
matrimonio con Jenny, su exilio a Londres, la muerte de sus tres hijos y los
conflictos políticos de aquellos momentos: la lucha de los irlandeses contra
Inglaterra, las revoluciones europeas de 1848 y la Comuna de París; además de su estrecha amistad con el millonario Federico Engels y
sus polémicas con el anarquista ruso
Mijail Bakunin.
Zinn espera que los espectadores redescubran a
Marx, precisamente ahora que el neoliberalismo ha fracasado para proyectar y
consolidar una sociedad que le permita a la humanidad ser y vivir mejor, tener
una verdadera libertad y auténticas realizaciones individuales. Y al mismo
tiempo reivindica al humanismo marxista,
mal utilizado por algunos revolucionarios y cuestiona los desatinos cometidos
en su nombre.
El director Acosta versiona al original y logra
que el excelente actor León materialice a un combativo ideólogo, humano,
contradictorio, humorista, carente de dogmatismos e interesado, incluso, en
conocer al socialismo del siglo XXI, para la cual expropia un clavel rojo y se
la coloca en el ojal de su paltò.
Es acertado
que se muestre Marx en Caracas,
especialmente para que las nuevas generaciones ponderen a ese maravilloso judío
alemán que cambió la historia del pensamiento universal, entre otras cosas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario