Son 82 años de vida útil a las artes venezolanas y continúa trabajando.Es Román Chalbaud Quintero. |
Román
Chalbaud Quintero nació el 10 de octubre de 1931, Mérida, y antes de los
ocho años lo trajeron a Caracas. Su
aporte a la cultura venezolana es invalorable e histórico y está en más de un centenar de obras para el teatro,
el cine, la televisiòn y la literatura.No hay otro como él.
- No
todas las veces se cumplen 82 años. ¿Cómo los celebra?
-Trabajando. Actualmente estoy escribiendo la versión
teatral de La oveja negra y
terminando de corregir Los espíritus
animales, una nueva pieza de teatro que estoy por finalizar.
-¿Cuáles son sus balances
personal y su artístico?
-Yo nunca me monto en la balanza para ver cuánto peso.
Pero si me agrada ver cómo los demás lo hacen. Y los resultados son positivos.
Sin embargo, siempre tengo presente una famosa frase de Charles Chaplin: “Nunca
vivimos lo suficiente para dejar de ser unos aficionados”.
-¿Cuál considera es su
legado a las artes venezolanas al cabo de largos 60 años de vida artística?
-Que lo más importante es estudiar y trabajar, no importa
cuántos años tengas.
-¿De poder volver a
comenzar, si Dios le diese esa oportunidad, haría lo mismo que hasta ahora ha
hecho?
-No creo que Dios se atreva a darme esa oportunidad, pero
si lo hace creo que cometería los mismos aciertos y los mismos errores. Si no
yo no sería yo, sino sería otro.
-¿Tiene enemigos? ¿Los
perdona o qué les recomienda?
-No tengo enemigos, tengo gente que piensa diferente a
mí. Y eso hay que respetarlo. Mi hermana, Nancy, por ejemplo, era
socialcristiana y siempre nos quisimos y nos respetamos. Como debe ser. En caso
contrario estaríamos propiciando una guerra. Y la guerra es la muerte. Debemos
luchar juntos por la vida.
-¿Y a las nuevas
generaciones que les aconseja?
-Leer. La televisión, que no propicia la cultura, ha alejado
a la gente de los libros. Y ese es un daño que se está pagando muy caro.
-¿Cómo quedó definido el
cierre de la producción de La planta insolente?
-Ya tenemos editada hora y quince minutos de La planta insolente. Una primera
edición que, por supuesto, hay que revisar cuidadosamente y a la que faltan los
efectos digitales, que son muchos. Tenemos varias escenas por filmar y estamos
esperando que Roberto Moll, nuestro “Cipriano Castro”, tenga el peso y el
tamaño de la barba adecuados. Como todos saben, Roberto enfermó de
bronconeumonía y estuvo muy grave. Ya mejoró y hoy se encuentra muy bien de
salud. La postproducción de esta película es muy exigente. Considero que con
buena suerte podamos estrenar en mayo del 2014.
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