Ott y su familia en una población de México
Peludas
en el cielo, la más reciente obra de
Gustavo Ott (Caracas,1963) tendrá dos funciones de estreno en el histórico teatro
Baralt de Maracaibo, los días jueves
7 y viernes 8 de abril, a las 7.00 PM,
según la puesta en escena lograda por Carlos Arroyo y con las actuaciones de
Vanessa Vásquez, Luis Domingo González, Francis Rueda y Aura Rivas, dentro del último
dispositivo escenográfico que diseñara Rafael
Sequera.
En Caracas se exhibirá en los teatros Nacional, Municipal y Bolívar y el Celarg durante abril
y el venidero mayo, además de presentaciones en Festival de Teatro de
Caracas, que realizaría Fundarte durante el próximo junio.
Esta pieza, ganadora del Premio Apacuana de
Dramaturgia Nacional 2015, plasma el universo de cuatro venezolanos que se
encuentran en la población de Piacóa,
estado Delta Amacuro, pero que cuyos anhelos y carencias pueden extrapolarse a
cualquier realidad local o universal.
A Piacóa la acechan miles de mariposas
palometas peludas, las cuales son la calamidad, la oscuridad y la amenaza de múltiples
enfermedades de carácter eruptivo, por esta razón sus pobladores se preparan en
sus casas, ante esta plaga que oscurece el día y pase sin dejar mayores males.
Esta metáfora construida a partir de un fenómeno natural de la región, le sirve
a Gustavo Ott para hablarnos de lo que como sociedad nos caracteriza.
La casa de las Pachecos, es el epicentro de
esta saga. Allí nos encontramos con Yesenia -mujer de carácter recio, afectada
por un dolor en la pierna, producto de un accidente que le ocasionó, una
mariposa peluda - y su hija Mariana, quienes se ven obligadas a quedarse dentro
de la casa, porque las mariposas peludas están por llegar. Intemporalmente se
nos presentan el resto de los personajes: Luis Domingo González, director de cultura
de la Alcaldía, un doctor, además de director
de teatro, carpintero, astrólogo, entre otros muchos oficios; y Rita, maestra
graduada, doctora y de dudoso origen europeo.
La intempestiva noticia de que Rita puede haberse
ganado la lotería, desatará el conflicto de la obra, al generar la ambición y
proyectar los más íntimos sueños y caprichos de cada uno de los personajes, así
como su verdadero carácter. Una Rita, maestra graduada, inconforme con su realidad,
con un sentimiento de menosprecio, por su pueblo y gente, y un deseo fantasioso
de irse a otro lugar, a su Europa imaginada donde todo es perfecto y bello. Una
Mariana, que desea viajar a cualquier lugar del mundo, con la idea de conocer,
pero también de evadir. Yesenia, quien siente claramente que no puede alejarse
de sus paisajes, pero que se imagina con un yate, con piernas submarinas y
cosas que hablen en inglés. Y un Luis Domingo, atrapado en medio de estas tres
mujeres, que también se encuentra con su sueño de montar una transnacional de
poesía, traficarla, venderla e invadir el mundo con el sueño utópico de que la
poesía puede salvar al mundo.
“Con Peludas en el cielo entendemos
que la poesía es un espacio perdurable, que nos acompaña durante toda la vida.
¿por que no venderla? ¿Por que no exportarla? ¿Por que no traficarla? A eso se
reduce Piacóa, el mundo y nuestros sueños. Una “peluda” síntesis de cada uno de
nosotros”, indica su director Carlos Arroyo.
TALLER
CREATIVO
Gustavo Ott nos confesó, vía Internet, desde México, donde
anda con su familia, que “Peludas
en el cielo me tomó varios años. Estuve
en el Delta en el 2011 (precisamente con talleres organizados por la Compañía
Nacional de Teatro) y de allí viene el paisaje. Siempre la pensé como una
comedia de tesis, a la manera de Pony,
porque dentro del lenguaje, entre el humor y la situación cómica, está la idea
del continente recobrado pero sin garantías; una Latinoamérica como antídoto y
escudo, pero también como amenaza, desengaño y derrota. Peludas en el cielo funciona como monstruo y me gusta pensar que
esa bestia no está fuera de los personajes, sino en lo más íntimo de sus
deseos, como en 80 dientes, 4 metros y
200 kilos.”
Sobre sus nuevos textos, Ott revela que
acaba de terminar dos obras; Joder, que está en el Microteatro, y La
muerte de un don Nadie, una pieza que se me hizo dificilísima pero que
quiero mucho quizás porque es la primera vez que me pongo ahí, cerquita a un
personaje que creo que soy yo. Aquí te la mando, a ver si te entusiasmas a
leerla. Como es tan querida e íntima, tengo la sensación de que no le gustará a
nadie. Tengo otro proyecto que me tiene atado a la computadora que cuando
termine te la envío. Es una obra también difícil, ¿cuándo no?, pero está
saliendo. Siempre salen. No sé cómo”.
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