Las crisis del cine venezolano no son problemas de ahora. Siempre han ocurrido, especialmente en lo creativo, pero sus artistas se sobrepusieron y avanzaron. Y ahí están sus historias y sus premios nacionales e internacionales. No nos podemos quejar. El cine es cultura y además una importante herramienta para el conocimiento.
Las crisis de ahora son con sus respectivos financiamientos para la producción, ya el Estado no puede cubrir las demandas que esta disciplinas exige y el publico o la audiencia de consumidores tampoco. ¿Que hacer? Hay propuestas y se pueden lanzar otras, pero antes hay que aclarar algunos aspectos del problema, especialmente el consumo del cine en la sociedad venezolana, el cual es muy costoso, teniendo en cuenta sus ingresos.
DIVERSION CARA
Según una ponderada crónica publicada en el portal de la web A todo momento, la familia venezolana cada vez se ve más afectada por la crisis económica y política nacional. Una inflación que promete estar a más del 600% al cierre del año cada vez reduce la posibilidad de entretenerse de manera amena; ver una película y disfrutar de una caja gigante de cotufas y chocolates.
Los paseos familiares cada vez se ven más reducidos. Ya no es tan común para el grupo familiar promedio salir los viernes o el fin de semana al cine. Los precios cada vez suben más y las prioridades en la mayoría de los hogares están centrados en otras necesidades.
Pero sepa usted: debe preparar su bolsillo o revisar las tarjetas de crédito o de debito al momento de ir a ver un film de vaqueros, comedia o animado, sea venezolanas o foráneas. El equipo de A Todo Momento le dice: ¿Cuánto cuesta un paseo familiar al cine?
En todos los casos varían los precios e las entradas; según el lugar, la calidad o el tipo de película. Las salas de cine en Venezuela ofrecen diversos servicios: Películas digitales; en tercera dimensión (3D), con efectos reales en salas llamadas “4D” y salas VIP; con servicios de restaurant y bebidas.
En primer lugar, si la película es 2D la entrada general oscila entre Bs .800, 5.500 y 9.000; según la locación. Pero si es 3D (en cines con categoría “Premium”) la entrada varía entre Bs 6.400 y 10.000. Las personas adulto mayores y niños en casi todos los casos tienen un descuento del 50%; esto le ayudará a gastar menos. Finalmente una familia de 2 adultos y 2 niños puede gastar sólo en entradas entre Bs 16.500 y 28.000.
La comida o las chucherías también varía en costos. Normalmente las famosas cotufas y el refresco se venden en combos que hoy en día tienen precios que llegan a la estratósfera. El combo casi siempre contiene una caja grande de cotufas y un par de refrescos grandes. El costo oscila entre Bs 23.000 a 32.500 según el lugar. Y si quiere adquirirlo con tequeños tendría un costo de Bs 32.000 a 45.000.En cotufas y refrescos para 4 personas se podrían gastar más o menos entre Bs 65.000 y 90.000, según las preferencias.
Con todos estos costos a cubrir, el publico va con menos frecuencia o no va, porque primero esta el estomago y despues la diversión.
BAJA LA AUDIENCIA
La asistencia a las películas nacionales de enero a agosto ha disminuido 17,5%, en comparación con el mismo período del año pasado, mientras que los estrenos han bajado de 9 a 6. Prosigue así la tendencia que marcó la caída de 60% en la venta de entradas para filmes nacionales en 2016 con respecto a 2015. Fue 25 puntos porcentuales mayor que la baja que tuvo en general el cine en el país.
Pero no solo son afectadas las películas nacionales, también las extranjeras
Si el CNAC podía hacer aportes de 600 mil dólares a las películas venezolanas, la cifra actual es calculada en 12 mil dólares por Carlos Malavé, presidente de la Cámara Venezolana de Productores de Largometrajes (Caveprol).
El negocio de la publicidad ha estado afectado también por la crisis y por la Ley de Precios Justos, lo que progresivamente reduce la disponibilidad de equipos que también se utilizan para hacer películas. Los está desactualizando, además.
Por estas y otras razones, volvió a reunirse en Caracas , el pasado martes 19 de septiembre, el Foro del Cine Venezolano, en un evento de carácter informativo sobre la situación actual. Es un espacio de encuentro que reúne a 11 organizaciones y que fue creado en 2014, como lo apunta periodista Pablo Gamba, en excelente crónica publicada en el El Universal, del 20 de septiembre, la cual hemos utilizado
El cine nacional llegó a su segunda cifra anual más alta de estrenos en la historia con los 31 de 2015. La de 2016 fue la tercera: 26. Pero para este año estaba previsto el rodaje de cinco películas con participación del CNAC, de las que se ha filmado una y hay otra en preproducción. Lo dijo José Ernesto Martínez, presidente de la Asociación Venezolana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales.
DATOS CLAVES
También fueron presentadas otras cifras que pueden ayudar a entender la situación, apunta el periodista Gamba.
El costo de una película en América Latina es de entre 300.000 y 480 mil dólares, según Malavé. En Venezuela es de 600 millones de bolívares, dijo la productora Claudia Lepage. Eso equivale a 170 mil dólares, a la última tasa del Dicom, y el aporte del CNAC no da para cubrir ni la décima parte de eso. En Perú, en cambio, el Estado da 175 mil dólares y 230 mil dólares en Chile, aseguró el presidente de Caveprol.
Por eso Malavé considera que en este momento es tan difícil hacer una película en el país con fondos del CNAC como hacerla de manera independiente. En consecuencia, se decanta por lo segundo: filmes que cuesten 20 mil dólares y que cuenten principalmente con las ventas internacionales. Estas pueden llegar a ser de 30 mil dólares, según sus cálculos.
En cuanto a que empresas y organismos de otros países entren como socios coproductores, también hay problemas. Uno es la deuda que el CNAC tiene con el Programa Ibermedia, que es de 600 mil dólares, a los que se añade una cifra similar con Doctv, según Martínez. El plazo para cancelar está por terminar y en dos semanas se decidirá si Venezuela sigue participando o no en Ibermedia. La salida podría cerrar el acceso a recursos para diversas actividades relacionadas con los proyectos, en las que es posible obtener dinero de otros fondos, explicó Lepage.
Dados los bajos montos de los aportes de los venezolanos, los que en teoría deben entrar a los proyectos en calidad de coproductores minoritarios extranjeros terminan financiando más y aspirando a la mayor parte de los beneficios. Lepage propone, como alternativa, adoptar un sistema de puntos, para ponderar de otra manera las diversas contribuciones.
En cuanto a la posibilidad de que el sector privado se convierta en financista habitual del cine, Venezuela no ha desarrollado los beneficios fiscales que en otros países permiten descontar de los impuestos las inversiones que se hacen en películas. Eso podría incluirse en el Reglamento de la Ley de Cine, pero “tiene tres, cuatro, cinco años engavetado en la Procuraduría”, dijo Lepage.
Podría pedirse a la Asamblea Nacional Constituyente una revisión urgente de la ley de marras y cambiar lo que sea necesario para lograr los financiamientos, consideramos nosotros.
Luego de lo informado en el Foro del Cine Venezolano, deben formarse mesas de trabajo para formular otra serie de propuestas. El CNAC, a su vez, trabaja en la elaboración de un Plan de Cinematografía.
¿Qué pasará? Las soluciones son urgentes y por ahora deben reunirse los artistas con las autoridades culturales y politicas, porque la diversión del cine ira menguando poco a poco, no solo de películas criollas, sino del mundo.
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