domingo, noviembre 12, 2017

Para no olvidar a Lorca

Actores de  relevo para no muera el teatro criollo.
Hizo una breve temporada en el Teatro Alberto de Paz y Mateos el espectáculo Federico y Dióscoro, dirigido por Maigualida  Gamero, el cual regresará a los escenarios durante año próximo,como no los dijo esta aguerrida teatrera.
Este Federico y Dióscoro, del autor español Rubén Burén (Madrid, 1974) es un texto, de estructura   nada convencional, donde se combinan la narrativa novelesca y la técnica teatral, lo cual impacta porque obliga a reflexionar sobre los últimos días del escritor Federico García Lorca quien es encarcelado, presuntamente, por su condición sexual, y recrea  lo que pudo ser aquel desasosiego carcelario. Es pues, una dura crítica a un sistema que corroe que anula al ser humano. Sin embargo entre ensoñaciones y poesía se van develando secretos y podemos ponderar la condición excluyente de ciertas sociedades.
No hay nada nuevo bajo el sol, como enseña el rey Salomón en esta pieza, todo es conocido gracias a otros autores que han pretendido recrear las horas finales del autor de La casa de Bernarda Alba. Eso no es malo ni bueno, simplemente no es novedoso, pero se acepta por todo el trabajo ahí presente. Creemos que el autor hispano venezolano José Antonio Rial es quien mejor plasma esas horas finales en su texto La muerte de García Lorca, gran espectáculo de Rajatabla cuando vivía Carlos Gimenez.
FRATRICIDIO ESPAÑOL
Ahí, en un acto, no superior a los 75 minutos de representación, se muestra a Federico vinculado a Dióscoro en una celda de condenados a muerte, un maestro transgresor; de igual manera nos presenta a Luis Rosales, un gran amigo del escritor, el único contacto con el exterior. Rubén Burén logra crear un texto que se construye fragmentariamente como una película, una especie del discurso cinematográfico que nos lleva a una propuesta estética y escénica multimedia que se conjuga desde la puesta en escena con videos y microfónicas, como advierte la directora Maigualida Gamero.
Hay que recordar que hace 81 años España se desangraba en fratricida contienda. Una guerra civil por injustificables motivos escindía la historia de una nación que había imperado en Europa y América, pero que por la intolerancia de los bandos enfrentados se convirtió en cadalso de caínes y abeles. Las consecuencias todavía atormentan y desvelan a descendientes de víctimas y vencedores. Nadie quiere otra brecha igual.
En la larga lista de ese millón de muertos que dejó como saldo, hay un nombre en especial que evocamos, porque, precisamente, el 18 de agosto de 1936 fue fusilado el poeta y dramaturgo Federico García Lorca, a los 38 años. Todo un artista de sólidos principios y no un soldado o un guerrillero de pacotilla, a quien los fascistas eliminaron, creyendo que así lo borrarían de la historia. ¡Jamás! 
García Lorca es uno de esos artistas de quien casi todo el mundo ha oído hablar pero al que, lamentablemente, muy pocas personas han leído a fondo. Su personalidad extravagante, además de la forma tan trágica como murió, desgraciadamente ha opacado sus verdaderos logros y su importancia como escritor de vanguardia. Algunos recuerdan más su sórdido final y no lo otro, lo que rompe el silencio de los tiempos, su obra.
Federico, por muchas declaraciones escandalosas que había hecho para defender al socialismo de la república española, y por haberse convertido en una ‘loca pública’, había despertado el odio de conservadores y reaccionarios españoles. Estaba marcado y que sus enemigos querían deshacerse de él, a cualquier precio. Y así lo hicieron, pero su obra ha derrotado al tiempo, una victoria por encima de la muerte.
El documental Lorca. El mar deja de moverse, de Emilio R. Barrachina, desvela que la muerte del célebre escritor “nació en el seno familiar”. Ahí se afirma que Juan Luis Trescastros Medina, casado con una prima lejana del padre del poeta y dramaturgo de Fuentevaqueros, sería el autor material de su muerte, “Fue quien, después del asesinato, fue contando por ahí que le había metido dos balas en el culo por maricón”, dijo el hispanista Ian Gibson, uno de los historiadores que más profundamente investigo este episodio. En ese documental están las palabras de 25 personas y las de Rafael Amargo, quien declara que a Lorca lo mataron sus primos. “El run, run popular de que los familiares eran los instigadores, ahora se confirma”, dice.
El documental acredita que la homofobia “como componente político” es también “una de las causas de la muerte del poeta. Siempre se ha tratado de tapar su homosexualidad, incluso por parte de la izquierda, porque un mártir de izquierda no podía ser homosexual”, dice Barrachina.
ESPECTACULO 2017
Federico y Dióscoro es un juego de la mente hecho teatro, donde Isaac De Lima encarna al poeta, Carlos del Castillo es Dióscoro y Ademir Alfonzo es Luis. David Blanco es el responsable de la iluminación, mientras que el diseño de la escenografía es de Armando Zullo. Y la creadora de todo eso ritual es Maigualida Gamero, como una directora general de una densa ceremonia con ritmos de lectura dramatizada y de teatro de acción que se alternan. Toda una producción bien lograda y digna de aplauso, además de oportuna para los tiempos que se viven en la patria de El Libertador.


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