lunes, diciembre 23, 2019

Duelo en el teatro venezolano

      
El colega periodista Hernán Colmenares había escrito recientemente una larga entrevista sobre Andrés Martinez y ahora nos ha dado este resumen que publicamos a continuación:
Andrés Martínez, “Maestro Honorario” por la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte); dramaturgo, docente, actor, director; a los dieciséis años, recién llegado de su Cabimas natal (1939); inició su carrera en el teatro, gracias a un aviso de prensa que invitaba a estudiar teatro con Juana Sujo en su escuela, ubicada para la época, en Sabana Grande.
A partir de ese momento, su destino quedaría indisolublemente unido a la actriz Juana Sujo, considerada pionera del teatro contemporáneo venezolano; Sujo, argentina de origen judío, se radicó en Venezuela en 1949, luego de participar en las películas La balandra Isabel llegó esta tarde y El demonio es un ángel.
Andresito, diminutivo que le quedó desde sus inicios en teatro, porque así le llamaban el dramaturgo y cineasta, Román Chalbaud; y la actriz Juana Sujo, sus mentores, junto a Horacio Peterson y Alberto de Paz y Mateos, de quienes adquirió una esmerada formación teatral.
Andrés Martínez, tiene en su haber el primer premio de dramaturgia por su esperpento La misa profana, que auspició la Dirección de Cultura del Estado Aragua. Así como la mención honorífica por El límite de la fuerza, que organizó la Asamblea Legislativa del Estado Carabobo.
En el III Festival de Teatro Venezolano, se estrenó su comedia dramática ¿Quién asume la responsabilidad? y en el VI Festival Nacional de Teatro se llevó a escena, otra de sus piezas, La misa profana, organizado por la Asociación Venezolana de Profesionales del Teatro (Aveprote).
Se desempeñó como Jefe de Información y de Prensa en el V Festival Internacional de Teatro; y del VI Festival Nacional de Teatro; además de Organizador del I y II Festival de Teatro Breve a nivel nacional que auspició la Dirección de Prevención del Delito, del Ministerio de Justicia.
Nos deja, como legado, numerosas obras escritas para el teatro, el cine, la televisión y la radio venezolana.
SUS INICIOS EN LA ESCENA
Andrés Martínez, siempre habló con orgullo y emoción, de sus inicios en las lides teatrales. En una oportunidad contó, que a los quince días de su comienzo como estudiante de Juana Sujo, se acercó Román Chalbaud, buscando actores de todos los niveles y extras para la obra Heredarás el viento, de entrada se llevó a un grupo de actores y luego regresó por más, “le dijo a Juana, refiriéndose a mí: ‘¿y ese muchacho que está allí?’, y ella respondió ‘¡no! Él apenas tiene 15 días aquí’. El hecho es que decidieron llevarme y después del estreno Román me dijo 'Andresito, apréndete el personaje del fotógrafo porque quien lo hace renunció', yo sin pensarlo dos veces le eché pichón, y así fue mi debut."
A partir de ese momento, comenzó a trabajar como asistente de Román Chalbaud.
En 1957, en el Teatro La Comedia, Chalbaud decidió montar la obra Réquiem para un eclipse, que había escrito para que Juana Sujo la interpretara.“Las funciones comenzaban a las nueve de la noche y yo llegaba a la una de la tarde; lo mío era pasión o ‘fiebre’, ese tiempo lo invertía en estudiar cada detalle, y eso sí, leer mucho, me forjé una disciplina rígida.”
EL DESCUBRIMIENTO DE HORACIO PETERSON
Andresito Martínez siempre se ufanó de haber sido descubierto como dramaturgo, por el maestro Horacio Peterson. Todo comenzó el día que decidió irse al Ateneo de Caracas a estudiar con Horacio Peterson, porque se trataba de conocer y aprender el Método Peterson, y, además, por sus referencias a la Escuela Latinoamericana de Teatro. Andresito consideraba que ya había aprendido suficiente con Juana Sujo, quien era todo un dechado de sabiduría; además para ese momento ya había trabajado, como asistente, de Alberto de Paz y Mateos en las obras La zapatera prodigiosa y Yerma.
“Una vez - relata Martínez- nos pidió que escribiéramos una historia en tres páginas; yo las entregué y todos recibieron sus notas menos yo. Eso me preocupó mucho. Preguntaba y nadie me decía nada, y de tanto insistir, Horacio se me enfrentó y me dijo: ‘yo no te puedo calificar esto porque en tres páginas dices demasiado; llévatelo y reorganiza las ideas, tienes demasiado allí’. Eso hice y de tres salté a 57 páginas, se lo entregué nuevamente y pasó lo mismo, no recibía mi nota, y yo con la ansiedad de saber cuál era el criterio, hasta que por fin me dijo ‘ya toda la directiva leyó el libreto y queremos que nos autorices para que el Ateneo de Caracas sea representado en el III Festival de Teatro Venezolano con tu obra ¿Quién asume la responsabilidad? Eso para mí fue una emoción muy grande, toda la espera valió la pena al final.”
LA ESCUELA JUANA SUJO: SU BALUARTE
Juana Sujo fundó los Estudios de Arte Dramático con la colaboración de los Estudios Bolívar Films, que en 1950, se convirtió en Escuela Nacional de Arte Escénico, contando con el apoyo oficial del Ministerio de Educación y de la entonces Gobernación del Distrito Federal.
Con la muerte de Juana Sujo en el año de 1961, el comité directivo decidió que el periodista y escritor, Pedro Berroeta asumiera las riendas de la institución; quien renunció motivado por los problemas económicos de la Escuela. Dadas estas razones, Porfirio Rodríguez, secretario y persona de confianza de Juana Sujo, quedó al frente de la Escuela, oportunidad que le permitió crear un reglamento de funcionamiento interno para la comunidad estudiantil. En 1983, a la muerte de Porfirio Rodríguez, Andrés Martínez, asumió las riendas de la institución. Martínez, en 1985, elaboró el Pensum de Estudios de la Juana Sujo. ¡Descansa en Paz, querido maestro!

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