Cómo y cuando llegas al teatro? , preguntamos al actor Jeízer Ruíz.
Desde que estaba
en preescolar participaba de todos los actos que tuviesen relación con lo
artístico. Posteriormente mi madre me dijo, luego de ver una obra, que si
quería hacer un taller de teatro, le dije que sí, cuando empecé,
supe que estaba en el lugar donde permanecería por el resto de mis días y así
se lo expresé a mis padres, fue mágico. Formalmente realicé un primer taller
montaje con la Compañía Teatral Zurko’s en febrero del 2005, un año más tarde
entré al reducido grupo de niños que conformaban el alumnado de la escuela de
quien sería mi maestro guía en esto del teatro, Levy Rossell. Aún su escuela
era Arte de Venezuela, de donde salieron grandes figuras de las tablas y la
televisión venezolana. Decidí seguir mis estudios con él durante los siguientes
años. Hubo una transición de Arte de Venezuela , a la Cátedra Venezolana
de la Escena , que fue un programa, creado por Levy para la
profesionalización teatral, donde podíamos al inscribirnos, pasearnos por
muchísimos tópicos relacionados a las artes. Tengo la dicha de ser uno de los
pocos jóvenes de mi generación, formados bajo una vieja escuela y agradezco
mucho ese hecho, tomando en cuenta que años más tardes el estado de la
formación en nuestro país caería en un hueco del que ojalá podamos salir...
Además de Levy tuve el honor de conocer y formarme con grandes maestros,
figuras nacionales e internacionales con las que me nutrí y a quienes les debo
el aporte a mi formación. Agradezco el hecho de que pude absorber y vivir en
esa estela de los 2000, cuando nuestro arte aún no tenía tantas carencias, no
solo en la formación sino en la calidad de espectáculos icónicos que
afortunadamente pude disfrutar y que no solo fueron referencia del teatro en
Venezuela, sino del aprendizaje que de solo verlos me quedó.
Recuerdo que pude siendo un niño colearme en espectáculos que no podía ver por
mi edad, pero que menos mal los vi. Viví y conocí grandes personalidades y
acontecimientos que hoy (y menos mal) me han podido permitir tener un criterio
de la hechura del teatro en nuestros días.
¿Donde y cuando vienes el mundo?
Nací aquí en Caracas el 1 de febrero de 1997.
¿Malos ratos vividos?
Una de
las cosas que hacen mágico a nuestro arte (creo) es ese impulso que nos lleva a
sobrellevar las adversidades, quienes hacemos teatro somos unos resistentes por
oficio, siempre ha sido así. Es un trabajo heroico llevar a escena una obra y
más cuando no se cuenta con apoyos sólidos para la realización. Pero tengo la
convicción que hay miles de virtudes y satisfacciones al hacer lo nuestro, que
esos malos momentos se pierden en medio de la titánica tarea de poder estrenar
un montaje. Malos momentos siempre existirán, siempre. Incluso revivir
experiencias anteriores y compararlas con el presente, te llevan (o por lo
menos me ha pasado) a que te confrontes con la decadencia que hemos vivido
y vivimos en las artes (ya eso hace al momento, amargo) pienso que somos como
un grupito marginado del país, pero uno de los más importantes sin duda para el
desarrollo del mismo. Lo importante siempre, siempre, es ponerse el vestuario
de batallador incansable, armarse de valor y luchar, entregar el alma en la
creación, porque tenemos la responsabilidad de mantener vivo un arte
capaz de confrontar, crear, educar, un arte que hace país...
¿Satisfecho de lo alcanzado?
Sí, considero que
hago lo que amo y cuando es así, siempre hay un grado de satisfacción con uno
mismo de poder llevar a cabo algún proyecto. Llevar una obra a escena ya es un
logro, una meta alcanzada y cuando lo hacemos sin pretensión sino por la
profunda convicción de que estás haciendo lo que decidiste hacer y con ello
aportas a tu arte, a tu país, entonces la satisfacción llega. Hay quienes hacen
comunión entre la satisfacción y el conformarse, dos ópticas distintas pero que
pululan en nuestras aceras teatrales...Entonces sí, satisfecho de lo alcanzado,
de lo experimentado durante estos años creciendo en este desequilibrado pero
resistente gremio. Satisfecho siempre, conforme muy poco. Mi estado permanente
es el de la búsqueda por un crecimiento sin ínfulas de ese reconocimiento que
nos ha alejado un poco de la esencia de lo que es hacer teatro sin la premisa
de encontrar una “fama”, que seguramente llega pero que de tanto empeñarse en
eso, nacen frustraciones y pare usted de contar, cada quien hace esto por
necesidades distintas… hablando con compañeros de mi generación veo sí, con
preocupación una búsqueda por estar, estar, estar, pero sin un objetivo claro
de lo que se está haciendo, son muchas factores, entre otros, lo que expreso
del estar satisfecho y el conformarse, sin contar el tema del declive
académico, veo como muchas personas, jóvenes y no. Se han puesto techos,
conformándose de lo que saben y muchos sin profundización en la formación, se
creen dispuestos a tomar a ligera dar clases por ejemplo, entonces hay
profesores de “actuación, voz, dicción, dramaturgia, dirección” todo como
exprés, como de un día para otro, pero eso ya es otro tema. Lo comento porque
sí siento que hay un desvío entre estar satisfecho y conformarse con lo que se
sabe, hace y piensa…
¿Planes para el 2020?
Soy un
obsesionado por la formación, mantengo que en ella está la clave para seguir
creciendo con solidez. Tengo en proyecto poder explorar en algunos talleres
fuera de nuestra tierra. Pero por ahora, estoy concretado en dos montajes que
tienen mi completa atención en cuanto a lo actoral: Escindida
de Elio Palencia y Passport
de Gustavo Ott, ambas se estrenan en
febrero en el Festival de Jóvenes Directores del Trasnocho Cultural. Además
esperando la segunda temporada de Rondó Adafina,una pieza de Edwin Erminy que se piensa
reestrenar luego del primer trimestre de año en el BOD, más una gira fuera de
Venezuela que está por concretarse. También viene la reposición de Como miran las estrellas en la Caja de Fósforos. Y otros planes
que sé que irán surgiendo. Tengo muchos, esperemos pueda llevarlos a cabo,
atento siempre a la dedicación honesta, cuidando no caer en hacer, hacer, hacer
descuidando la calidad de lo que se realiza. Planes siempre tengo, veamos que
depara el año entrante.
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