A sus 42 años de vida, el actor y director de teatro, además de libretista para televisión, Basilio Álvarez ya tiene una sólida reputación como creador de espectáculos para públicos infantiles y juveniles, además de incursionar en montajes para adultos, tal como lo demuestra con Sueño de una noche de verano de William Shakespeare y La conquista del Polor Sur de Manfred Karge, respectivamente. Ambos hacen temporada en el Teatro Trasnocho Cultural.
Revela que monta teatro para todos los públicos porque lleva décadas haciéndolo con su grupo Skena, ya que se trata de un proyecto eminentemente educativo, “donde la obra elegida irá en función de los jóvenes que decidieron estar en el taller y no al revés. Eso comenzó a revelarme que muchas veces un muchacho con menos talentos visibles podía convertirse en actor y miembro fundamental del grupo, y un joven espectador en una persona especial y diferente al común. Hago teatro para niños y para jóvenes porque quiero que tengan una alternativa para sus edades, una experiencia artística que les toque la vida, un chance para sentirse poderosamente creativos. Una vez un joven salió de un espectáculo, y me dijo: ‘Soy ingeniero y cuando veo estos trabajos teatrales siento que tengo que llegar a mi oficina y ser mejor, exigirme hacer las cosas bien’. Al oír esto, además de llenarme de alegría, me di cuenta de la responsabilidad que tenía y la asumí con los jóvenes, no sólo en el teatro. En todo”.
EL DESTINO LO TOCÓ
Admite que sus “maestros” al principio fueron los montajes de los grupos Actoral 80, Rajatabla, Theja, T.E.T y Altosf. ”Y uno iba experimentando con lo que sentía y lo que veía. Hasta que llegó un momento en que me sentí corto con lo que inventaba y necesité formarte.Y una vez que me gradúe de Físico Matemático en la Escuela de Educación de la UCAB, comencé a estudiar con Levy Rossell, Enrique Porte, José Simón Escalona y Juan Carlos Gené”. Pero Basilio cayó en “las fauces inconmensurables del teatro” el 13 de octubre de 1979 cuando buscando encontrarse con una muchacha, que le gustaba y de la que estaba enamorado, se atrevió a ir a una reunión de teatro estudiantil porque pensaba que ella acudiría, aunque a él nunca le había llamado la atención el teatro. Ese día, la chica no fue, pero se fundó Skena y la experiencia que vivió con esa reunión y unos primeros ejercicios actorales lo atraparon hasta el día de hoy.
Con Skena, Basilio pretende ofrecer un espacio donde los jóvenes puedan expresarse, conmoverse, sensibilizarse, crear.”Mi labor se reduce a veces a generar las condiciones para que ellos puedan inventar, soñar, desarrollarse más como personas sensibles, con personalidad, con una visión propia de la vida, del arte, del país. Y luego, cada quien continúa su camino, unos como público, otros como actores, otros como artistas creadores. Pero todos como personas con una mística, sensibilidad y preocupación por su entorno, su comunidad y su país”.
ELENCOS Y OBRAS
En las funciones de Skena hay un elenco estable de 30 actores aproximadamente, y ahora desarrolla tres talleres juveniles, cada uno con un promedio de 35 jóvenes, y además otro conformado por los padres de los muchachos inscritos. “Cuando elegimos la obra esta va en función de sus integrantes, de lo que quieren hacer, de lo que quieren decir y además por su puesto de dar vida a una idea que al público también lo sensibilice y lo toque. Desde hace años, nuestros talleres comenzaron a llenarse de jóvenes que no sólo tenían habilidades para actuar si no también para dibujar, para componer, interpretar musicalmente, etcétera. Así que desde hace unos diez años, todos los montajes no sólo profesionales si no también de talleres tienen música en vivo. Apartando esto, que fue como nació esa característica del grupo, creo que la música de una u otra forma está íntimamente ligada al hecho teatral. Un actor cuando interpreta, lleva una música por dentro. Un montaje de un director aunque no tenga canciones, lleva música interna en su desarrollo”.
Su clave para montar las piezas del Skena es divertirse al máximo cada día de trabajo. “Aunque la pieza sea un drama o tenga un contenido fuerte que no necesariamente es una comedia, la pauta siempre es divertirse todo lo que se pueda. El arte en sí mismo para mí tiene esa pauta. Ya la vida en si misma es bastante defraudante en muchos aspectos como para seguir metiendo el dedo en la llaga. Y si metemos el dedo en la llaga pues que sea bien apartados de la realidad pero conectados con ella y para eso, en muchos casos, tenemos que reírnos de la verdad para poder comprenderla en profundidad”.Y sobre el público. sin el cual no habría teatro posible, Basilio Álvarez informa: “La audiencia está respondiendo al teatro, está asistiendo Y no sólo para divertirse si no también para pensar, reunirse y compartir ideas, para identificarse no sólo como personas si no también como seres humanos universales. El teatro salva, digo yo”.
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