martes, octubre 16, 2007

Los amores perdidos siempre cobran

Faltan cinco minutos para que se clausure la noche del Día de la Raza o de La Resistencia Indígena y en el escenario, casi a media luz, el ciego toma suavemente las manos de la mujer y dice para resumir su angustiosa espera de 30 años y abrir así otro capitulo de sus vidas: "Los amores ignorados siempre vuelven a pedirnos cuentas”. Cierra y abre el telón en medio de la lluvia de aplausos del público en el caraqueño Teatro Trasnocho durante la primera función de Cita a ciegas, melodramática y filosófica historia de amor con obstáculos. El autor Mario Diament se para del patio de butacas y sube con contenida emoción al proscenio para recibir junto a los actores ese reconocimiento del “crítico de las mil cabezas”, cuya opinión será vital para la temporada.
TEATRO Y PERIODISMO
Diament, 36 horas antes y saliendo del normal jet lang, dice que Cita a ciegas, estrenada en inglés y en Miami hacia el 2004, es su pieza más premiada. Vino a Caracas porque “conocí esta urbe años atrás, ya que me invitó mi amigo Carlos Giménez para sus fantásticos festivales internacionales de teatro”. Quería ver la versión escénica de su pieza, otra plausible producción de Eduardo Fermín y el Centro de Directores para el Nuevo Teatro, institución que su compatriota creó en las postrimerías de su rocambolesca vida, hace 14 años. Noveno montaje que le hacen en el mundo, ahora en manos de Daniel Uribe y con el elenco integrado por Alejo Felipe, Gioia Lombardini, Gonzalo Velutini, Flor Elena González y Abril Schreiber.
Comenta que su pasantía por el teatro arrancó en 1971 con Crónica de un secuestro y al año siguiente como profesional se introdujo al fascinante túnel del periodismo por la puerta que le abrió el diario La Opinión, de Jacobo Timerman. Antes hizo estudios regulares de filosofía y letras como primer bagaje para la larga marcha que iba a emprender.
A más de 30 años de ese doble debut, Diament (Buenos Aires, 17 de abril de 1942) tiene ocho piezas teatrales y se gana la vida como docente en la Universidad Internacional de Florida, desde hace más de una década. No quiere morirse en Miami, “no es un lindo lugar” para hacer mutis, pero sí puede elegir sería en su ciudad natal, como enseña Astor Piazzolla.
Emparentado con la famosa galerista de arte Clara Diament de Sujo, cuenta que se ha casado tres veces y tiene una hija de 40 años y dos hijos más. Vive de enseñarle a escribir a profesionales del periodismo, tiene el duro oficio de transmitirles como deben redactar bien sus historias. Pero su otra pasión es el teatro, gracias al cual ha podido viajar por el mundo.
Para él, teatro y periodismo están unidos o se intercomunican porque hablan del ser humano y de sus realidades. “Uno de mis editores, durante mi carrera periodística, me decía que yo soy un periodista que hace teatro o un dramaturgo que hace periodismo. Y lo decía porque traía una visión no convencional del periodismo, una visión que nos da el teatro, esa posibilidad de percibir la realidad de manera más creativa. Llegué y continué en el teatro gracias a mi formación periodística y especialmente porque mi curiosidad proviene del reporterismo. Por eso mi oficio y mi pasión se vinculan”.
Reitera la utilidad del periodismo para el teatro. “a mí me ha servido mucho. Para mí es una forma de vivir la realidad, es como respirar. He sido periodista la gran parte de mi vida. Trabajé en mi país, fui corresponsal en el extranjero, estuve destacado en Israel y en Nueva York. Ahora soy catedrático en Miami”.
AYUDA POLICIAL
La técnica de la estructura teatral la aprendió con las novelas policiales porque son la mejor escuela para entender lo que es una estructura dramática. Ahí no hay digresiones ni personajes superfluos, como tampoco puede haberlos en teatro. Quien vea Cita a ciegas se podrá dar cuenta que tiene una estructura policial. “Ahí revelo la saga de un anciano ciego sentado en una plaza o un parque, a quien otro hombre más joven viene a contare una historia y es a partir de ahí que se van hilvanando otros relatos de vidas. La génesis de esta obra no es Jorge Luis Borges, lo que quería era hacer un personaje parecido a Borges, pero no quería hacer a Borges. Por eso digo que tiene una estructura policial. Es una obra sobre la pasión, la casualidad y el destino. Es teatro sobre el amor, el adulterio y todas esas cosas que nos pasan a los seres humanos. Por eso el protagonista dice, al final: los amores ignorados siempre vuelven a pedirnos cuentas”
FUTURO, COMERCIO Y ARTE
Está pergeñando otra obra para la temporada 2008, pero ya escribió su primera novela, Martín Eidán, y el guión fílmico de Cita a ciegas para una producción argentino-española, del año próximo. Niega que el teatro le haya dado dinero, pero en cambio ha tenido viajes y momentos especiales. “Para mí el periodismo es mi mujer y el teatro es mi amante”, puntualiza.
-¿Qué posición tiene ante lo comercial y el arte en el teatro?
- Esa división de comercial y artístico no pertenece al teatro. No me planteo hacer teatro comercial o artístico. Lo que me propongo es hacer teatro y punto; después trato de colocarlo en algún lado, pensando en que tiene que tener algunas premisas que ayuden a quien invierte dinero en el montaje y que pueda ser disfrutado por cualquier espectador. El mal teatro puede ser un buen negocio comercial. El buen teatro naturalmente si se hace bien anda bien.

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