Marisol Marrero no es precisamente una debutante en la literatura. Entre 1979 y 2007 ha publicado nueve poemarios, dos ensayos y, especialmente, cuatro novelas: Las brujas modernas vuelan en la red, Alonso e Isabel, Lotte von Indien, la coloniera de Tovar y, la más reciente, Niebla de pasiones, que fue presentada el pasado martes en la Librería Alejandría III.
Ella, nacida en las Islas Canarias, pero criada en Caracas, donde estudió sociología en la Universidad Central de Venezuela y se especializó en psicología social, cuenta que Niebla de pasiones es consecuencia de haberse mudado para la Colonia Tovar, ”pueblo mágico”, donde tiene un refugio, que ha rebautizado como “La casa de Lotte”, en la vía al pico Gerandas, “a unos 2.200 metros al nivel del mar, desde donde veo al azul Caribe y la Silla de Caracas. Ahí he escrito mis novelas, casi todas creadas a partir de la historia de la Colonia Tovar”.
-¿Está casada y tiene hijos?
-Si y tengo tres hijos: de 32, 30 y 20 años. Me gradué en los años 70, en los buenos tiempos de la UCV.
-¿Por qué hay tan pocas mujeres entregadas a la novelística?
-No, sí hay muchas mujeres novelistas, lo que ocurre es que aún queda un tanto de discriminación sexual y por eso no las editan, creo yo.
-¿Por qué escribe sobre la Colonia Tovar?
-Es consecuencia de mis profesiones, ya que eso me ha llevado a conversar con detenimiento, utilizando la metodología que se aprende en las ciencias sociales, con los habitantes de ese pueblo y en especial con los mayores y muy en particular con las mujeres, que son longevas y dueñas de memorias extraordinarias. De ahí nació Lotte von Indien, la coloniera de Tovar, en 2003, que como escribió Rafael Rattia, es una exhaustiva, rigurosa y pormenorizada descripción del origen, evolución y posterior desarrollo social, cultural y político de una utopía geo-histórica que prendió en almas y espíritus de la antigua Prusia.
-¿Qué pasa con Niebla de pasiones?
-Si en Lotte von Indien, la coloniera de Tovar abordé lo que fueron los primeros habitantes alemanes en lo que hoy se conoce como Colonia Tovar, que comenzó en 1843, en Niebla de pasiones me centro también en el siglo XIX y parte del siglo pasado. Debo aclarar que lo que motivo a escribir mi segunda novela es que al revisar la lista de los inmigrantes habían como 12 mujeres solas, a quienes les dieron una parcela y los materiales para erigir su casa, además de preparar el terreno para los cultivos y criar o conservar los animales; lo cual me pareció mucho trabajo para una sola mujer. Yo decidí hacerles un homenaje y esta novela es eso, y además las nombro a todas. Pero mi obra es la saga ficcionada de una de esas mujeres pioneras, Carlotte Löwensteing Gering, hija a su vez de Lotten von Indien. No es, pues, ni biográfica ni histórica, es una recreación a partir de hechos y personajes reales, porque todas mis novelas tienen un basamento histórico, como ocurren también con mis otras obras. Puedo decir que Niebla de pasiones alude a las nieblas de los tiempos remotos y a su permanencia en los tiempos actuales, como también repetimos los miedos sobre la mesa de siempre en la que se sentaban los abuelos.
-Y la quinta, que sería la tercera sobre la temática tovareña, ¿qué aborda?
-No le tengo titulo definitivo, pero más o menos podría ser algo así como: Sobre las fresas y los duraznos, me gusta por que alude a las frutas características de la Colonia Tovar. Por lo general mis novelas son muy eróticas y hacen énfasis en la vida de los personajes en ambientes bucólicos y donde la neblina los cobija de manera muy especial, pero además hay como fantasmas que conviven con los seres de carne y hueso.
-¿Por qué los inmigrantes y sus descendientes de la Colonia Tovar no han desertado a casi dos siglos de haberse instalado en esas alturas de las montañas aragüeñas?
-Los alemanes llegaron cuando las guerras civiles, especialmente en los tiempos del general Zamora, y sufrieron bastante por lo cual tuvieron que aislarse y dificultar el acceso a los extraños. Eso los convirtió en una especie de ínsula alemana, hasta que llegó la paz en el resto del país y se fueron integrando. En los tiempos actuales hay mucha presencia de campesinos colombianos y canarios, quienes se han dedicado a las labores agrícolas.
-¿Qué persigue con toda esas novelas centradas en la Colonia Tovar?
-Este trabajo es parte de mi profesión de vida, porque yo pienso que cuando deje de escribir me moriré, porque esto es lo que a mí me mantiene viva y activa. Pero reconozco que cada vez que culmina una novela me siento como vacía y debo de inmediato iniciar otra. Menos mal que tengo mucho material para novelizar.
-¿Qué aborda su primera novela “Las brujas modernas vuelan en la red”?
- Mis orígenes son canarios y me trajeron cuando era una bebita, pero como una de mis abuelas era venezolana y además vidente, de todas esas experiencias salió mi primera novela. La mayoría de las familias canarias llegaron a Venezuela hace más de 200 años, pero se iban por los problemas de las guerras civiles y regresaban cuando había calma. Mi familia es una de esas y de ahí salio mi ópera prima novelística, editada en 2001.
Ella, nacida en las Islas Canarias, pero criada en Caracas, donde estudió sociología en la Universidad Central de Venezuela y se especializó en psicología social, cuenta que Niebla de pasiones es consecuencia de haberse mudado para la Colonia Tovar, ”pueblo mágico”, donde tiene un refugio, que ha rebautizado como “La casa de Lotte”, en la vía al pico Gerandas, “a unos 2.200 metros al nivel del mar, desde donde veo al azul Caribe y la Silla de Caracas. Ahí he escrito mis novelas, casi todas creadas a partir de la historia de la Colonia Tovar”.
-¿Está casada y tiene hijos?
-Si y tengo tres hijos: de 32, 30 y 20 años. Me gradué en los años 70, en los buenos tiempos de la UCV.
-¿Por qué hay tan pocas mujeres entregadas a la novelística?
-No, sí hay muchas mujeres novelistas, lo que ocurre es que aún queda un tanto de discriminación sexual y por eso no las editan, creo yo.
-¿Por qué escribe sobre la Colonia Tovar?
-Es consecuencia de mis profesiones, ya que eso me ha llevado a conversar con detenimiento, utilizando la metodología que se aprende en las ciencias sociales, con los habitantes de ese pueblo y en especial con los mayores y muy en particular con las mujeres, que son longevas y dueñas de memorias extraordinarias. De ahí nació Lotte von Indien, la coloniera de Tovar, en 2003, que como escribió Rafael Rattia, es una exhaustiva, rigurosa y pormenorizada descripción del origen, evolución y posterior desarrollo social, cultural y político de una utopía geo-histórica que prendió en almas y espíritus de la antigua Prusia.
-¿Qué pasa con Niebla de pasiones?
-Si en Lotte von Indien, la coloniera de Tovar abordé lo que fueron los primeros habitantes alemanes en lo que hoy se conoce como Colonia Tovar, que comenzó en 1843, en Niebla de pasiones me centro también en el siglo XIX y parte del siglo pasado. Debo aclarar que lo que motivo a escribir mi segunda novela es que al revisar la lista de los inmigrantes habían como 12 mujeres solas, a quienes les dieron una parcela y los materiales para erigir su casa, además de preparar el terreno para los cultivos y criar o conservar los animales; lo cual me pareció mucho trabajo para una sola mujer. Yo decidí hacerles un homenaje y esta novela es eso, y además las nombro a todas. Pero mi obra es la saga ficcionada de una de esas mujeres pioneras, Carlotte Löwensteing Gering, hija a su vez de Lotten von Indien. No es, pues, ni biográfica ni histórica, es una recreación a partir de hechos y personajes reales, porque todas mis novelas tienen un basamento histórico, como ocurren también con mis otras obras. Puedo decir que Niebla de pasiones alude a las nieblas de los tiempos remotos y a su permanencia en los tiempos actuales, como también repetimos los miedos sobre la mesa de siempre en la que se sentaban los abuelos.
-Y la quinta, que sería la tercera sobre la temática tovareña, ¿qué aborda?
-No le tengo titulo definitivo, pero más o menos podría ser algo así como: Sobre las fresas y los duraznos, me gusta por que alude a las frutas características de la Colonia Tovar. Por lo general mis novelas son muy eróticas y hacen énfasis en la vida de los personajes en ambientes bucólicos y donde la neblina los cobija de manera muy especial, pero además hay como fantasmas que conviven con los seres de carne y hueso.
-¿Por qué los inmigrantes y sus descendientes de la Colonia Tovar no han desertado a casi dos siglos de haberse instalado en esas alturas de las montañas aragüeñas?
-Los alemanes llegaron cuando las guerras civiles, especialmente en los tiempos del general Zamora, y sufrieron bastante por lo cual tuvieron que aislarse y dificultar el acceso a los extraños. Eso los convirtió en una especie de ínsula alemana, hasta que llegó la paz en el resto del país y se fueron integrando. En los tiempos actuales hay mucha presencia de campesinos colombianos y canarios, quienes se han dedicado a las labores agrícolas.
-¿Qué persigue con toda esas novelas centradas en la Colonia Tovar?
-Este trabajo es parte de mi profesión de vida, porque yo pienso que cuando deje de escribir me moriré, porque esto es lo que a mí me mantiene viva y activa. Pero reconozco que cada vez que culmina una novela me siento como vacía y debo de inmediato iniciar otra. Menos mal que tengo mucho material para novelizar.
-¿Qué aborda su primera novela “Las brujas modernas vuelan en la red”?
- Mis orígenes son canarios y me trajeron cuando era una bebita, pero como una de mis abuelas era venezolana y además vidente, de todas esas experiencias salió mi primera novela. La mayoría de las familias canarias llegaron a Venezuela hace más de 200 años, pero se iban por los problemas de las guerras civiles y regresaban cuando había calma. Mi familia es una de esas y de ahí salio mi ópera prima novelística, editada en 2001.
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