sábado, julio 28, 2012

Cinco dramaturgos en una mesa


De los 33 años que lleva el Grupo de Teatro Bagazos, entregados a la capacitación de actores y espectadores, los últimos 144 meses sirvieron para formar unos cuantos dramaturgos porque no hay sólido desarrollo teatral si la escena carece de suficientes poetas propios. Por eso Gerardo Blanco López inventó el Premio Chela Atencio para exaltar a los más destacados en los talleres “Cómo echar un cuento que va a ser visto”, que la autora Mónica Montañés Chalbaud conduce como apostolado.
Secreto a voces de Totti Vollmer, en el año 2000, fue la primera ganadora de ese galardón que se caracteriza por la esencial puesta en escena. Y para esta temporada “bisagra” del 2012, Sandra I. Corrales, Francisco Barrios, Inés Muñoz Aguirre y Nayaurí Jiménez son los triunfadores con sus obras  En sesión, Hazme la caridad, Madre e hija y La novia amnésica, con las cuales produjeron el espectáculo Mesa reservada, complementado con Por cierto de Montañés Chalbaud, dirigido por Blanco López y exhibido en la Caja Teatral del Centro de Artes Integradas, en los predios de la Universidad Metropolitana.
Mesa reservada, que no supera los 80 minutos de duración, se caracteriza porque sus textos tienen a la mesa como el espacio donde sus personajes comparten vivencias y plasman sus absurdas cotidianidades para confrontar al espectador con su mundo interior. Enseñan esas micro piezas  algunas realidades ocultas y amargas que subyacen en los estereotipados conceptos de lo que es la felicidad.
Cuatro pacientes reunidos para compartir sus penurias, mezcladas entre el humor y el drama, tras salir de sus respectivas terapias, dan vida y cuerpo a En sesión, la cual subraya como la desesperación por la normalidad no es únicamente para otros sino para quien la sufre. Hazme la caridad  enseña que el sexo es usado también para el mero placer egoísta sin tener en cuenta lo que ocurre en el mundo interno de cada uno de los miembros de la pareja. Es el sexo exprés que resuelve la pulsión animal, más nada. Madre e hija aborda el ancestral tema de las  relaciones  familiares, donde las risas o las lágrimas advierten la crueldad posible en el círculo familiar. La novia amnésica     es el melodrama de la dama a punto de casarse pero ella ha perdido la brújula de su seso. Y Por cierto recuerda que las palabras pueden convertirse en el principal vehículo para la incomunicación en medio de una sociedad caótica.
Nos gusta esta exótica Mesa reservada por la absurdidad de sus contenidos y las depuradas actuaciones exhibidas, pero creemos que cada autor deberá ampliar su pieza para mostrarla independientemente. Tienen material que les permitirá redondear las historias y hacerlas más extensas e intensas.
Yuvanna Montalvo, Geisy  Rojas y Johnny Cáceres impactaron al resolver sus complejas caracterizaciones, mientras Violeta Alemán y Héctor Campobello reiteraron sus veteranías actorales, secundados por Jesús Guzmán y María Fernanda Esparza.
 Hay que subrayar que las cinco minipiezas están unidas o hilvanadas, además del espacio escénico común, por un video, en blanco y negro, con letreros, cual aquellos documentales del histórico cine mundo, bien conceptualizado y realizado por  Mauricio Blanco Cordido,  para sumar el teatro y el cine en función de un mayor placer lúdico. Precisamente esta mezcla de teatro y lo audiovisual se está acentuando en la mayoría de los espectáculos caraqueños, y hasta ahora ha sido positivo, aunque hay que subrayar que la técnica utilizada tiene que ser de primera línea y no de aficionados, como hemos visto en otros montajes.
Y como Bagazos no duerme sobre sus laureles, ya organiza un festival para grupos  emergentes, gracias a la Caja Teatral, durante el 2013, porque la escasez de espacios para las exhibiciones ya tiene características kafkianas y esto lastra el desarrollo de la importante disciplina artística. Gerardo Blanco López y su gente quieren así colaborar o dar soluciones a ese serio problema del espacio escénico necesario.

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