No
es fácil hacer funcionar y convertir en faro cultural a una institución teatral
privada, como el Grupo Bagazos. Somos testigos de excepción de la saga de tal
proeza civil, a lo largo de 33 años en Caracas. Y por eso entrevistamos a su
principal artífice, gerente y artista: Gerardo Blanco López
-
¿Cuándo comenzó?
-Hace
33 años, en el colegio El Ángel, de Chuao. Dos maestros queríamos
motivar o interesar más a nuestros alumnos de la cátedra de historia; pretendíamos
sacarlos del salón, romper con la monotonía. Pensamos que el teatro era el
vehículo y empezamos con alumnos, profesores, padres y personal obrero de aquel claustro. Nos inventamos unos foros
al final de cada espectáculo para discutir lo planteado. Simplemente empezamos
y no nos detuvimos. Después de tanto tiempo no sabría si aquel invento fue excusa para formar alumnos en la discusión
o para hacer teatro o
ambas. Finalmente, la pasión teatral se
impuso, salimos del colegio y, a partir de ese momento, no hemos dejado de
soñar y hacer teatro para la reflexión y la crítica, para golpear fuerte y
ser espejo desde el escenario. Doy
gracias a Carlos Augusto Sánchez Romero por compartir hace 33 años esa conversación
que nos retó hacer lo que hicimos.
-¿Balance
qué balance hay?
-Hermoso,
intenso, fructífero y angustiante. Hermoso,
al mantener una ruta, siempre con un
objetivo y una misión. Al mirar atrás,
después de tanto tiempo, podemos comprobar que hemos sido refugio, posada para
el crecimiento y desarrollo de muchos talentos y que hemos aportado formación
ética y profesional. Es premio de vida. Intenso, porque si algo nos da el
teatro es una energía creadora que desborda, exige, llena, reta y
desubica, y que nos hace sentirnos creadores.
-Fructífero,
por todas las obras montadas, cada una
pensada, bregada, parida y siempre respetando al público, al actor, al teatro;
siempre recogiendo aprendizaje, emociones, alegrías y, a veces, también
frustraciones. En momentos nos hemos
quedado con las manos vacías, esperando lo que
no llega, pero siempre la emoción,
el logro de lo alcanzado, lo
creado, lo vivido, el aplauso que es el
que nos hace vivir, crecer y mantenernos, pero no por la banalidad del aplauso
sino por la dimensión y el sentido genuino de la palabra. Ese deseo de que el
público se lleve lo mostrado, ese producir siempre una modificación, un cambio,
una reacción.
-Angustiante,
por lo duro, difícil y complicado que se hace muchas veces producir y por la
imposibilidad de poder informar que existe, que hay algo que deseamos mostrar.
Y no es un lloriqueo, lo he dicho varias veces, es una realidad de muchos
grupos y de muchos creadores sobre todo por la falta de espacios. ¿Cuando una
empresa privada o el Estado patrocinarán
una cartelera o se cumplirá la disposición legal de espacios en televisión para
promover las artes? Nosotros tenemos 33 años sufriéndolo pero no es mortal, se
supera y se logra perdurar y no ser totalmente invisibles.
-¿Da resultados buscar dramaturgia y además capacitar
generaciones actorales?
-Claro,
definitivamente. Si logramos que por lo menos uno de los espectadores se
emocione y gracias a nuestra formación logre darse cuenta de que su vida es
actuar o escribir, como lo hemos logrado en muchos casos, ha valido definitivamente la pena; pero para
eso se necesitan aliados, amigos, o la conchupancia como es el caso de la
dramaturgia con Mónica Montañés Chalbaud, con su taller “Cómo echar un cuento
que va ser visto”, el cual dicta anualmente, y ha sido factor determinante, o
los talleres de actuación que ahora son permanentes para niños, adolescentes y
adultos en nuestra naciente escuela de teatro que funciona en nuestra sede: La
Caja Teatral, en alianza de Bagazos con el Centro de Artes Integradas, ubicado
en Terrazas del Ávila, entrando por la
Universidad Metropolitana, en la Montaña Creativa, PB. Gracias a todo esto
podemos decir que nuestra gestión de formación, que lleva más de 25 años, ha
sido exitosa y con frutos, tanto en el
área de la actuación como en la dramaturgia. La formación es para Bagazos razón
de existencia, el abrir espacios para los talentos emergentes, dar
oportunidades, abrir ventanas y mostrar,
por eso el Premio Chela Atencio a los Dramaturgos, y la presencia en nuestros
montajes de actores consagrados compartiendo escena con nuestros alumnos.
Comunidad
receptiva
Gerardo
Blanco López afirma que han logrado
mantener un público que los conoce y sigue siempre sus montajes. “Desde hace un
año estamos en una sala para Bagazos, espacio que soñamos durante estos 33
años, y eso implica esfuerzo de
publicidad y promoción que estamos
haciendo y que comienza a dar sus frutos; estamos en la búsqueda de poder
establecernos y crear un vínculo con el público de la zona. Un logro importantísimo
ha sido la sede porque este es el vínculo directo entre el sueño y la realidad;
es tener casa, la materialización de una idea, de un proyecto y en eso tiene
mucho que ver El Centro de Artes Integradas y su directora Trina Itriago,
ejecutora del sueño del maestro Salvador Itriago, pero falta mucho camino por
andar para llegar a cumplir los años que Dios quiera”.
Mesa reservada con 5
Para
festejar sus 33 años, el Grupo Bagazos presenta en la Caja Teatral su
espectáculo Mesa reservada, dirigido
por Gerardo Blanco López e integrado con cuatro piezas que merecieron el Premio de Dramaturgia Chela
Atencio 2012.Esta oferta teatral consta
de: En sesión de Sandra I. Corrales,
Hazme la caridad de Francisco
Barrios, Madre e hija de Inés Muñoz Aguirre,
La novia amnésica de Nayauri Jiménez
y
la obra Por cierto, divertimento escrito especialmente por Mónica Montañés.
Ahí participan los consagrados histriones Héctor Campobello y Violeta Alemán,
los comediantes Yuvanna Montalvo y Jhonny
Cáceres y los actores Geisy Rojas María
Fernanda Esparza y Jesús Guzmán, del Bagazos. Los cinco textos, joyitas de la
tendencia del absurdo teatral criollo, están hilvanados por un video de
Mauricio Blanco Cordido, el cual integra cine y
teatro. Se presenta durante el
mes de julio y hasta el 12 de agosto: viernes, 8pm; sábados y domingos, 6pm.
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