La verdadera saga del boxeador Vicente Paúl
Rondón no está cerrada aún y con el estreno del espectáculo El más mejol se reabre la polémica, desde la sala de la Fundación
Rajatabla, porque el dramaturgo Roberto Azuaje (Caracas, 1965), abogado de profesión, subraya que su texto es teatro de denuncia, es político y también de
entretenimiento.
“La obra está concebida como una verbena y una fiesta, cuyo texto
sugiere los bailes y la música de los 70’s, así como también representa la
alegre personalidad de Rondón, un hombre bueno y de alguna forma simpático, a
pesar de sus defectos. Pienso que cuando queremos denunciar una situación
social como el racismo, el clasismo y la excesiva comercialización del deporte
profesional; o transmitir un mensaje político a favor de las grandes mayorías
olvidadas, como pretendo con esta obra, el mejor vehículo es a través de un
espectáculo agradable, divertido y finalmente conmovedor. Lo cual ha sido
logrado, de principio a fin, por el director
Rolando Giménez”.
Azuaje, tras ser
estrenado El más mejol, admitió que el
proceso de investigación y redacción de
la obra lo inició en 2006, aunque estuvo madurándola
por más de 30 años. “Este fue uno de los proyectos que presenté al taller que
hice con Rodolfo Santana en Monte Ávila Editores durante el año 2005. Lo culminé
en 2006 y lo mandé al Concurso Nacional de Creación Contemporánea y Dramaturgia
Innovadora IAEM 2006, donde resultó en el tercer puesto”.
PELEA BOXISTICA HISTÓRICA
El más mejol nació de su
experiencia tras ver la pelea de unificación contra Foster, el 7 de abril de
1972. “Aunque muchos entendidos daban por perdedor a Rondón, la actuación del
púgil barloventeño aquella noche, en Miami Beach, Florida, sembró dudas en
bastantes aficionados, y especialmente en el corazón del niño que yo era en
aquel entonces. Del famoso grupo de cuatro campeones de boxeo que Venezuela
tuvo en 1971 (Marcano, Gómez, Betulio y Rondón) el estelar semipesado era el
favorito. Hizo cuatro defensas exitosas ante rivales difíciles y se habló de la
posibilidad de que pudiere enfrentar a Muhammad Alí, el más grande de todos los
tiempos. Ante el resultado desfavorable de su combate con Foster, la mayoría de
la gente prefirió ensañarse con el boxeador y burlarse de la ignorancia que
tanto vociferó y que resultaba tan simpática cuando ganaba. El atleta, luego de
aquella debacle, cayó en el abismo del olvido y en el infierno del alcoholismo.
Luego, el 28 de diciembre de 1992 me
enteré de la noticia de su muerte a los 54 años, por doble fractura de cráneo
al caer de las escaleras del rancho donde vivía en Carapita, y ese trágico fin
me impulsó a iniciar una investigación sobre su vida. Al poco tiempo de la
muerte de Rondón, se publicó un informe del médico dominicano Ramón Piña (personaje
de la obra) quien descubrió algunos manejos fraudulentos en los combates de
boxeo en Miami, donde estuvo envuelto el manejador de Rondón e incluso se
cuestionaba el resultado de la Foster–Rondón. Cuando reuní todo este material, ¡tuve
un sueño donde el peleador mirandino me pedía que lo reivindicara! Más
adelante, cuando inicié la tarea de escribir la obra, me encontré con muchas
dificultades en la investigación, pues no existen libros sobre el tema y los
datos hemerográficos eran insuficientes. Pero, como si el alma del pugilista
criollo orientara mis esfuerzos, encontré a personas que lo conocieron e
incluso a algunas mujeres que compartieron su vida, por lo que obtuve datos
sobre la vida íntima de Rondón y pude culminar la pieza. El titulo de la obra
hace referencia a una de sus frases y especialmente con la que él hubiera
preferido ser recordado: “Soy el más
mejol del mundo”.
CORRUPCIÓN DEPORTIVA
El dramaturgo logra sumar en el argumento el siniestro trasfondo de las
mafias que han corrompido al deporte
porque piensa que todo está relacionado. “La anécdota no tendría sentido
sin la denuncia que se hace sobre la corrupción en el deporte. Allí están el
caso de Lance Armstrong, y a nivel local el problema que ha surgido con los
uniformes del equipo de Táchira en el fútbol, y el de Magallanes en el béisbol.
Parece algo trivial, pero al aficionado le gusta sentirse identificado con los
colores de su equipo, pues el deporte es uno de los pocos refugios de la gente
común ante las duras condiciones de la vida cotidiana y de allí las reacciones
aparentemente desproporcionadas de los fanáticos. Sentir que ese refugio, o ese
sitio especial donde el aficionado se siente parte de un colectivo donde no es
oprimido o explotado, ha sido invadido por los codiciosos de siempre, es una
ofensa directa, como una cachetada”.
“Lamentablemente, con respecto al
boxeo, es difícil aportar alguna solución al problema. En otros deportes, como
el fútbol y el béisbol, se educan a los
atletas desde que ingresan a las granjas de desarrollo de los equipos para que
cuiden el patrimonio que logren producir en su carrera y se conviertan en
ciudadanos productivos luego del retiro. La materia prima del boxeo se
encuentra en los grupos más excluidos de la sociedad y el deporte está
controlado por mafias que no buscan el bienestar de los atletas. Pero la regla
general, en razón de los intereses creados que rigen monolíticamente la
actividad, es que todo lleve a un fin trágico, no sólo para los púgiles sino
incluso para algunos promotores y entrenadores. El boxeo es el deporte más
noble, más duro, más dramático y aún el más justo, pues a pesar de los manejos
sucios y trampas, es la única actividad deportiva donde el mendigo puede ser
rey, al menos por un día”.
ÚLTIMA PELÍCULA
Azuaje explica que con José Amindra y Bolívar doméstico, textos ya estrenados, trabajó el modelo
aristotélico porque eso era lo que pedían el género dramático, los personajes y
la temática de dichas piezas. En el caso de El más mejol, la idea era representar lo que sucede en la mente de
Rondón al fracturarse el cráneo en su rancho de Carapita, hasta el momento de
su muerte. “Evidentemente, este proceso no podía representarse en forma
ordenada o esquemática, sino desordenada y en forma circular. Es la última película
de la vida de un ser humano, la última sensación que tiene antes de partir a
otro mundo. Por ello la cantidad de atmósferas, personajes simbólicos y lenguaje
poético que tiene la pieza, muy bien representada, por cierto, en el montaje
del Rajatabla que actualmente está en cartelera.
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