Fundarte asumió gran tarea
compleja y delicada. Ser conserje y gerente de una docena de recuperadas salas teatrales del municipio
Libertador y además educar, entretener y
sensibilizar al público, porque exhibe, de enero a diciembre, numerosos espectáculos
variopintos los cuales se ofrecen a precios módicos (comenzaron a 5 y van por
20 bolívares). Poco a poco adiestra al básico personal de tan importante
infraestructura y hace entender a los
artistas la necesaria calidad estética de todas sus producciones.
Tras la exitosa experiencia de sendos
festivales teatrales (2011 y 2013), Fundarte se atreve a crear un Circuito Teatral
de Caracas. Y por eso presenta High,
uno de los mejores montajes de la temporada comercial 2012, con 150 funciones,
para más de 40 mil espectadores en 40 semanas.
¡Valioso aporte artístico de Lazo Producciones al teatro criollo!
High, del estadounidense Matthew Lombardo, es singular terapia con rezos y encierros católicos a los cuales
someten al prostituto gay y drogadicto Andy (Christian McGaffney), en una ONG a
cargo del sacerdote Miguel (Luis Fernández) y la monja Helena (Carlota Sosa).El
tratamiento para sacarlo de las drogas y
su adicción al sexo mercantilizado fracasa y el muchacho, tras desnudarse en
varias ocasiones como consecuencia de sus crisis, se despide con una
sobredosis. El espectáculo tiene ritmo trepidante, logrado por la música y los
violentos ritmos de las actuaciones de Christian y Carlota, ángel caído
que se resiste a que lo rescaten y la enfermera de su alma y su vituperado
cuerpo, quien no está segura de su fe y ni de sus métodos.
Conceptualmente, High transcurre en un sótano
al cual el público logra espiar. Se crean momentos privados, con música de
Caramelos de Cianuro, en los cuales sus personajes se muestran sin filtro. Eso
permite que el espectador en los primeros segundos de la obra se haga un juicio
inmediato de lo que son estos tres individuos. A la hora de transcurrido el
espectáculo, descubre que esta errado. Ya al final, no le queda más que
reconocer que el juicio lo hacía el mismo con prejuicios y que estos personajes
están más cerca de lo que se quisiera admitir. ¡Drogas, prostitución y rezos
hay a montones todos los días en este balcanizado continente!
Carlota Sosa y Christian McGaffney son
extraordinarios intérpretes. Se expusieron sin miedo a recorrer el duro camino
que propuso el director, confiaron y se dejaron guiar de tal manera que pocos histriones
se arriesgan. High no sería nada sin sus desgarrados trabajos
superlativos.
High apela a
la esencia básica de las fallas humanas. Y el director y actor Luis Fernández se aproxima a la obra desde la más absoluta vulnerabilidad. Montarla
fue contarle al mundo un secreto muy privado sobre una falla muy grande que ha pretendido
ocultar una sociedad timorata.
El teatro bien hecho es texto, actor y público, y
especialmente este High vernáculo que toca temas cotidianos
quizás. Durante años muchos intelectuales despreciaron al público y lo
sobreestimaron con espectáculos aburridos y sin sentido, High nunca será eso.
¡Hay que esperar más y mejores espectáculos de Producciones
Lazo destinados a un público venezolano nada complaciente!
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