Ibrahim Guerra no cesa de
trabajar. Hoy está en Miami y mañana en Caracas entregado siempre a sus actividades artísticas, pero siempre será noticia. Y la prueba es que ahora anuncia que su pieza A 2,50 la cubalibre vuelve a escena en The Place, uno
de los locales de recreación nocturna en la Calle 8 del South West, en el
corazón de Miami, uno de los más prestigiosos y mejor acondicionados de todo el
condado.
Dice Guerra que su pieza, emblemática
del teatro contemporáneo venezolano, se monta por cuarta vez en Miami. “Las dos primeras veces estuvo bajo la
responsabilidad de Roberto Stopello, luego la produjo una de las actrices del
primer montaje, Alexa Kube, y, recientemente, el afinadísimo Leandro Fernández,
en el Teatro Bar, de Coral Gables, estuvo presentándola hasta hace apenas unos días.
Ahora lo hago yo, luego de haberla montado por última vez hace unos 15 años en
Venezuela. En efecto, son muchas las veces que productores y directores de teatro
de Argentina, Brasil, Puerto Rico, Francia, entre otros, han tenido oportunidad
de hacerla. Por esta razón, en 2005 le
fue otorgado en el premio mexicano El Quetzal de Onix como la pieza teatral venezolana mas representada
fuera el país. Luego de esa oportunidad se ha montado múltiples veces. En Venezuela,
y de manera ininterrumpida, desde hace cinco años y en Colombia, se mantiene en
cartelera permanente desde hace cuatro”.
Recuerda Guerra que su obra se desarrolla en un bar, en un restaurante,
en un nigth-club o en un sitio real. Por naturaleza, el hiperrealismo que la
caracteriza evita los espacios teatrales convencionales. Presenta el acontecimiento
escénico a la vista del público, pero no enfrente o alejado de él, como lo hace
el teatro tradicional, sino en medio de él, casi como si estos espectadores
fuesen participantes de lo que ocurre teatralmente. Es la primera pieza teatro escrita específicamente
con esta modalidad escénica. El público adicionalmente que disfruta de la representación
puede ser atendido desde todas las ópticas gastronómicas posibles
Sobre este nuevo elenco mayamero,
Guerra afirma que es francamente impresionante: cinco actrices de gran magnitud
escénica. Lo encabeza la primerísima
actriz venezolana Gladys Cáceres. Nacida en Santiago de Cuba, participó en el Teatro
Universitario durante sus estudios de pedagogía en la Habana. Luego viajó a
Venezuela invitada por una compañía de comedias y se quedó, iniciándose casi conjuntamente
con la televisión de ese país, para convertirse en poco tiempo en una de las más
destacadas protagonistas. En el teatro ha recibido todos los elogios,
reconocimientos y premios que se otorgan en el país. Zarahí Fernández, cubana y
estrella de los programas de comedias variedades de America TV, posee una versatilidad única, inimaginable. Canta
y baila magistralmente, y en el campo de la actuación su registro es extraordinariamente
amplio. Se mueve con soltura en todos los géneros posibles del arte dramático. Resume
en su escultural figura toda la gracia y el talento de nuestros países caribeños. Y hay dos actrices venezolanas de excepción: Jalymar Salomón y Jemie Sasson, muy por encima de sus extraordinarias
figuras, sus talentos para la actuación
es inimaginable. Con justicia pueden ser consideradas entre las mejores actrices
jóvenes latinoamericanas de las últimas décadas. Y, por último, y no por esto,
la menos importante, Andrea Núñez, una actriz que a pesar de sus pocos años de vida,
concentra un talento extraordinario. Posee un linaje escénico que no deja lugar
a dudas a su calidad interpretativa. Es hija de dos consagrados actores venezolanos,
Flor Núñez y Félix Loreto. De ellos heredó no sólo el talento, sino toda la tradición
escénica del país.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario