Se hizo justicia. El dramaturgo Elio
Palencia (Maracay, 1963) ganó el Premio Municipal de Teatro 2013 por su obra Tierra Santa. Dos miembros de Avencrit , Carlos Herrera y Bruno Mateo, estaban en el jurado, designado por el Concejo del Municipio Libertador,donde además exaltaron los trabajos actorales de Ludwig Pineda, Guillermo Diaz Yuma y Yazel Parra, y, por si fuera poco, al director Costa Palamides.
Tierra Santa, la cual
vimos en la Sala César Rengifo de Petare, bien puesta en escena por Costa
Palamides y apuntalada con las actuaciones comedidas de Guillermo Díaz Yuma, Ludwig
Pineda y Yazel Parra, plantea un viaje de ida y vuelta a nuestra Tierra
de Gracia, por intermedio de un drama contemporáneo para que los venezolanos
nos veamos mejor. Esta obra no es banal ni evasiva, sino todo lo contrario:
hace pensar o reflexionar sobre lo que somos como pueblo.
El espectáculo, que no va más allá de 70 minutos,
transcurre en el patio de una modesta casa, en Caracas o cualquier población
del interior, donde los hermanos Mayor y Segundo, quienes han pasado los 60
años, van y vienen con sus diálogos al pasado familiar para compararlo con el
presente que viven o sufren y hasta para fantasear sobre la construcción de un
mejor futuro, compartido incluso. Mayor, peleado con su esposa, y Segundo,
viudo o abandonado, se recriminan por la difícil realidad socioeconómica
en que se encuentran, pero son interrumpidos, en repetidas ocasiones, por unas
adolescentes, amigas o familiares que se pasean por la casa de Segundo, casi
todos embarazadas o buscando novio o novia, como para subrayar que la vida
sigue a pesar de todo.
Al final, Mayor reconoce que logró estudiar
en una universidad para sacar un grado en Teología y el regalo que le hace uno
de sus hijos es un viaje al Medio Oriente, la Tierra Santa. Por lo que todos
los proyectos con su hermano Segundo se paralizan, como aquel de montar un
restaurante en la barriada donde este vive, porque decide regresar a su
residencia donde su esposa lo espera tras perdonarle algunas infidelidades o
malacrianzas. ¡Y colorín colorado…este cuento se ha acabado!
La homofobia, presente en casi toda la dramaturgia
de Palencia, está ahí: Segundo, homófobo per se, admite que tiene
un hijo viviendo con otro hombre y que una nieta es lesbiana. ¡Detalles que
provocan risa entre el público!
¿Qué es esta obra? ¿Otro sainete criollo con
ribetes dramáticos en medio de nostalgias propias de la vida semi rural que ha
sido desplazada por la civilización urbana, pero sin perder el léxico y otras
conductas? No está muy lejos el autor Palencia de un costumbrismo contemporáneo
y va más allá: aborda ese limbo social donde moran millones de hombres y
mujeres de edad madura, mientras las nuevas generaciones luchan por emerger,
instalándose en las ciudades grandes para lograr un trabajo, mientras las
mujeres, que también migran, deciden entregarse a la reproducción, además
de estudios universitarios o técnicos a su alcance. ¡Pueblo
trabajador!
Tierra Santa atrapa por
la sencillez de su anécdota y la naturalidad de sus criollos personajes,
soñadores por los cuatro costados, aunque semicontrolados por los celulares y
la televisión escapista y alienante.
En síntesis, Elio Palencia vive su mejor momento
creativo. Está cosechando lo aprendido y lo que su talento está aportando para
el arte teatral de su Patria. Desde esta noche, en la sala Rajatabla, presenta
su pieza Matame,mamá, con Aura Rivas
y Domingo Balducci, mientras en la sala Horacio Peterson de Unearte se exhibe
su ya famoso melodrama Penitentes,
inspirado en el asesinato de un sacerdote gay en un hotel de Caracas, en el año
2006.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario