Foto cortesía de Karla Pravia |
-¿Por qué hay en Venezuela tan poca dramaturgia
centrada en el béisbol o la pelota?
Esa pregunta la hemos
formulado a muchos dramaturgos y la mayoría no pueden concretar las razones o
las sin razones de esa ausencia tan notable en el teatro vernáculo. Pero Paúl
Salazar, en vísperas de mostrar su espectáculo El inmortal, desde el 26 de septiembre en el Celarg, donde el
béisbol sí está presente, es quien responde:
-Buena pregunta, pues,
es un deporte que nos duele; tal vez hayan más textos que los conocidos y
representados, seguramente por ahí habrán más. Si el teatro refleja la realidad
de su sociedad, su sentir, su identidad, tal vez tendrían que haber más obras
sobre ese tema. El beisbol nos define de alguna manera, nos gusta mucho, ir al
estadio es una experiencia única, seguramente habrán muchos que no lo ven así,
pero creo que la mayoría de los venezolanos se identifican con la pelota. Yo
recuerdo cuando hicimos Rivales eternos,
en el 2003 y luego la repusimos en el 2005, que la gente iba a la obra con la
gorra de su equipo favorito, sus camisas, y eso era muy gratificante verlo, era
como que iban al estadio, recuerdo bien que nos decían que era la primera vez
que iban al teatro; es decir, eran personas no asiduas al teatro, pero que el
tema del béisbol les llamó la atención y vinieron. Imagínate cuantas cosas
locas habrán pasado entre un grupo de personas viendo un juego de pelota,
cuantas anécdotas hay en el marco de un juego beisbolero, cuantas rivalidades,
cuantas pasiones, cuantas historias paralelas, me parece que el beisbol es una
buena excusa para contar al país.
-¿Cómo nació El inmortal?
-Lo cierto es que en
enero de 2008 yo estaba esperando que la Asociación de Periodistas
norteamericanos exaltaran al salón de la fama a David Concepción, era la última
oportunidad por el canal regular que tiene un jugador luego de retirarse, no es
que el otro canal no sea regular, es igual de legítimo, pero era la última
oportunidad que tenía antes de pasar al Comité de Veteranos; y cuando me entero
que no fue exaltado me sentí muy mal, y que Dios me perdone, pues en el país
pasarán cosas dignas de ser protestadas desde hace mucho tiempo, pero sobre
esos hechos ya hay quien les escriba sus obras, a mí me perdonan, pero estas
son las historias que yo quiero contar, la de un venezolano que dejó el alma en
esos 19 años en Grandes Ligas, en –para muchos- el mejor equipo en la historia,
que es mucho decir, una vida ejemplar, y por la razón que sea, no fue exaltado
donde deben estar los peloteros con carreras espectaculares, y yo que me tardo
tanto escribiendo, hice esta obra de un tirón, de una sola rabia, y salió. Lo
que pasa es que son personajes sembrados en mí, mucho antes de que yo
escribiera. Es como una información acumulada en nosotros.
-¿Pero cómo es El inmortal?
-Es una historia paralela de Antonio, fanático
de David, que enfrenta a la muerte por una enfermedad, y la de Concepción en su
camino a la inmortalidad. No es una biografía sobre Concepción. Es una excusa
para hablar sobre la vida y la muerte. Así que El inmortal nace de una rabia, de una injusticia –a mi manera de
ver-, nace de una protesta. Y todo eso que yo tenía adentro desde niño, uno lo
intenta sutilmente ponerlo en papel, es difícil, pues no todo el mundo sabe del
tema, la idea es escribir una obra abierta para todo el mundo, no algo que
parezca temático, eso intenté. David se retira en 1988, luego de 19 años en
Grandes Ligas, es elegible para el salón de la fama desde 1994, pasa 15 años
siendo elegible, lo cual es muy difícil, luego va al comité de veteranos y
todavía hay que esperar. Es complejo, pero es una historia bonita, bien
interpretada por un estupendo grupo de actores. Un buen apoyo técnico.
-¿Qué busca con este texto, o qué propone al
espectador?
-Busco testimoniar,
intento en claves de comedia rendirle homenaje a un gran venezolano, pero en el
fondo quiero hablar sobre la vida y la muerte. Propongo una historia honesta.
En, Yo soy John Lennon quería hablar
sobre la identidad. En Rivales eternos,
sobre la amistad. En Don Shakespeare,
sobre la lucha del artista. En El
inmortal, es sobre la vida y la muerte. Nos apoyamos en videos que nos
pasean por la vida de Concepción. Es un pelotero muy conocido, nuestra
intención no es decir que vamos a promover a David, por Dios, pero si poner
nuestro granito de arena y dejar bien claro nuestra posición, tiene méritos
para entrar al Salón de la Fama. Queremos resaltar sus logros, usando la magia
del teatro.
-¿David Concepción nunca le ha respondido ni dicho ni
pio? ¿Por qué?
-Tal vez él no se ha
enterado, no sé. O no hemos sabido llegarle, es difícil, realmente; siento una
profunda admiración por Concepción. Cuando yo tenía 6, 7 años, me levantaba en
las mañanas y buscaba el periódico para saber ¿Qué había hecho Concepción en el
juego de ayer? ¿Cuántos out sacó? ¿Cuántos hits conectaron? De eso, hace casi
40 años, era un niño. David –en su momento- era uno de los peloteros de más
jerarquía que nos representaba en Grandes Ligas, y cuidado si no era el que
más. Soy de esos que son fanáticos de Los Tigres de Aragua, sin ser de Aragua,
simplemente pues ese era el equipo de David en Venezuela, y seguimos, y
seguiremos siendo de Los Tigres. Cuando en 1989, Los Rojos de Cincinnati no le
dieron la oportunidad a Concepción de jugar su temporada 20, y tampoco pudo
conseguir contrato en otro equipo, y se devolvió a Venezuela a seguir con su
vida, yo me sentí mal, de hecho, dejé de ser de Los Rojos y de cualquier equipo
en Grandes Ligas, sigo el beisbol y sigo a los venezolanos, pero no soy de
ningún equipo, fui de Los Rojos cuando era niño, pues ahí estaba David, pero
ese final –injusto para mí- me desmotivó, y se acabó, obviamente a ellos les
importará un pito si los sigo o no, pero es mi manera de protestar y sin
hacerle daño a nadie. Disfruto lo que hace Miguel Cabrera, pero no soy de
Detroit, seguía lo que hacía Galarraga, Vizquel, disfruto todos los triunfos de
los Venezolanos en Grandes Ligas -que es de lo que estamos hablando-, pero
desde 1989, no tengo equipo, ni tendré más nunca. Las Grandes Ligas sin David,
nunca me parecieron tan grandes. Me quedé con mis Tigres de Aragua, y el
recuerdo de un niño que se despertaba en las mañana para ver que había hecho
David. Esto lo estamos haciendo con un gran esfuerzo y de corazón. Claro que sería
estupendo que el supiera, que viniera a verlo, que nos diera la bendición de
alguna manera, no sé, pero nunca hemos hecho esto buscando algo a cambio, eso
nos intimidad, nos autocensuramos, no tengo problemas al decirlo, no quisiera
que algún pensara otra cosa, es un homenaje sincero, pero en el marco de una
obra de teatro, con la estructura tradicional de una obra de teatro. Es un
homenaje sincero, pero ¿Cómo hacemos? La historia que contamos en la pieza es
producto de nuestra imaginación, obviamente no compromete al Sr. David, pero si
quisiéramos realzar su vida. Aclaro, que no es una pieza biográfica, es la
historia de un fanático de Concepción, que se enfrenta a la muerte por un
problema personal y decide tomar una posición ante la vida: Ser inmortal. Este
cuento va en paralelo a la lucha de. Concepción por entrar a Cooperstown.
Pensamos que David no solo fue un pelotero destacado, su comportamiento después
del beisbol nos ha dejado claro que es un venezolano ejemplar, trabajador, y
amante de su país. Así, que eso es lo que nos importa, ojalá él sepa de la obra
y nos venga a ver, o poder llevarla a Maracay, eso sería como un jonrón con
bases llenas para dejar al contrario en el terreno de juego y Los Tigres quedar
campeones. Concepción es un personaje que constantemente está recibiendo
homenajes, dando entrevistas, esas cosas, no sé si le han dedicado una obra de
teatro. Hoy muchos peloteros usan el 13, por Vizquel, o por Guillen, pero no
saben que ellos, Vizquel y Guillen, lo usaron por David, todo es ciclo, y creo
que esa es la verdadera inmortalidad, en hacer algo en esta vida por la que te
puedan recordar las generaciones que vienen.
- ¿Cómo va el balance de su dramaturgia: escritas y/o
representadas?
Al momento de hablar con usted, tengo 17
obras escritas –incluyendo un texto de obras breves sobre Navidad, que fue lo
primero que escribí y nunca las metía injustamente, y que se montaron en las
fiestas de empresas que organizábamos para una agencia de recreación infantil,
hace muchos años-, y una adaptación de otro texto no original de nosotros. De
los textos orinales nuestros, 10 los hemos podido estrenar. De esas 10 obras estrenadas,
ocho han sido con Pequeño Grupo, y las otras dos como director invitado. La
adaptación se estrenó, también fuera de Pequeño Grupo. Muchas de nuestros
montajes con reestreno incluido. Un trabajo muy complicado, de hormiguita, pero
del que estamos orgulloso. Entre muchas cosas, pues en la mayoría de ellas
Aura, que es una excelente actriz, ha podido demostrar su talento. Siempre
contra la corriente, y con el apoyo de familiares y amigos incondicionales.
Como director hemos estrenado 12 piezas. Incluyendo las que no han sido
escritas por nosotros. 10 de autoría nuestra, una de otro autor, -Oscar
Acosta-, y otra, producto de una adaptación que hice de un texto original de
Daniel Farías. Obviamente, hay que seguir en la lucha, veremos. Esta obra, El inmortal, estaba guardada desde el
2008, y ahora es que podemos llevarla a escena. Es curioso, pues ya sabemos que
David usaba el número 13, este es el año 13 de Producciones Pequeño Grupo, es
el año 2013, a cien años del nacimiento de su madre, dato importante pues
Concepción usó el 13 ya que su madre nació en 1913, es la dirección teatral
número 13 de nosotros. Veremos.
Del 1974 al 2013
-El inmortal tiene sus complejidades, cuenta Paúl Salazar. “Se
desarrolla desde 1974 hasta el año 2013, es decir, los personajes envejecen en
su tránsito. Otra complejidad es que por primera vez tomamos un personaje que
está vivo, es decir, cuando estrenamos Yo
soy John Lennon, él tenía 30 años de fallecido, en Rivales eternos, los acontecimientos en que está enmarcada la
historia tenían nueve años de ocurridos. Con Los papeles de febrero, los hechos tenían 20 años de sucedidos para
cuando estrenamos. En Un duende en Navidad
y El ladrón está aquí, las obras
transcurren un 24 de diciembre. En esta oportunidad estamos haciendo una obra
que aunque se escribió hace cinco años y empieza en el año de 1974, los
acontecimientos que la motivan están ocurriendo ahora, es decir, estamos a
semanas de saber qué pasará con Concepción y su inmortalidad, estamos
trabajando con un personaje vivo, vigente, querido por muchos. Usamos videos,
una musicalización bien nostálgica, con temas viejos, con fotografías que nos
pasean de alguna manera por la vida de Concepción. Contamos con un grupo de
actores muy interesantes: Carlos Minoves, Osmary Hidalgo, José Félix Armas,
Ricardo Urrea, Jhonathan Urrea y los niños María Fernanda y Jesús Aristiguieta,
verán actuaciones comprometidas, y eso se agradece. Con un apoyo técnico
encabezados por Arnovi Parra, Karla Pravia, Lilia Ramos, Luis Ugueto, Jorge
Mirada, todos trabajando en colaboración para sacar el proyecto adelante.
Claro, Aura D’Arthenay, siempre a nuestro lado, siempre pendiente,
inspirándonos a tratar de hacerlo mejor. Ella es mi motor, mi inmortal. A todo
el equipo, le estoy muy agradecido”.
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