En la sala Rajatabla la juventud se exhibe |
El fantasma de Hiroshima, de la venezolana Gennys Pérez, la obra ganadora de la Muestra de
Dramaturgia 2013 de la Fundación Rajatabla, será estrenada el viernes 8 de mayo
en la Sala Rajatabla.
El texto
que obtuvo en Londres, el 27 de Abril de 2010, el premio del concurso Actors of the world, dedicado a la promoción
del teatro latinoamericano en el Reino Unido, es el gran protagonista del nuevo
montaje de la Fundación Rajatabla en el marco de la celebración de sus 44 años,
bajo la dirección de Vladimir Vera, y estará presentándose durante tres únicas
semanas.
La obra, en
palabras de la autora, trata acerca de “Eva y David (los protagonistas),
quienes fingen haber perdido la memoria porque no soportan ser quiénes son. Sus
oficios de exterminio de todo lo humano los coloca en un límite existencial.
Ellos, los peores de la raza humana han quedado vivos, y en sus manos está si
continuar con la permanencia de los humanos o definitivamente desaparecerla. En
este límite existencial, descubren la ternura y la profunda necesidad de
rescatar la vida y la belleza. En esencia El fantasma de Hiroshima es el dilema
del hombre entre el poder de la destrucción y el poder de lo humano y bello”.
La pieza es
protagonizada por los alumnos del Taller Nacional de Teatro, Graziella Mazzone
y Jósbel Caraballo Lobo. Completan el equipo artístico: Candice Wilcox en el
diseño de vestuario, escenografía de Leonardo Sequera, musicalización de
Eduardo Bolívar, diseño de iluminación de David Blanco, producción artística de
Adriana Bustamante, coreografías y trabajo corporal de Natalia Serra, dirección
general Vladimir Vera y producción general de William López. Las
funciones serán de jueves a sábado a las 7pm, y domingos a las 6pm. Las
entradas tendrán un valor de Bs.150, mientras que los jueves serán de 2x1.
UNA OBRA PARA NESTOR ANTONIO
“A mi hijo Néstor Antonio, para recordarle de
qué estamos hechos”. Es la dedicatoria que Gennys Pérez escribió para su obra El
fantasma de Hiroshima, una de las cinco mejores de la Muestra
de Dramaturgia Nacional, auspiciada por la Fundación Rajatabla.
Al preguntarle a Gennys
Pérez (Barquisimeto, 1969) el por qué y el para qué de tal dedicatoria,
respondió:
- Mi hijo Néstor Antonio Pérez,
caraqueño desde el 7 de julio de 1993, es mi mayor angustia. En él veo mis
pequeños triunfos, mi lucha diaria y mis grandes fracasos. Me aterra no haberle
podido ofrecer un mundo mejor, un país mejor, una madre mejor. A mi amado hijo,
como a todos nuestros jóvenes, le tocó un mundo muy complejo, muy
violento, muy negativo. Venezuela no es país para los jóvenes, quienes viven en
una zozobra inhumana, la inseguridad los esclavizó al miedo y así no se puede
vivir, no puedes desarrollar a plenitud tus dones. Esta obra está dedicada a
él, porque le quise decir, que aunque el mundo sea un lugar muy hostil para los
jóvenes y los niños, si hay amor, hay una posibilidad enorme de vivir y ser
feliz; porque deseo, con todo mi corazón, que él saboree las mieles de una vida
bonita, feliz, que viva con menos angustias con las que yo he vivido. Porque
deseo que cuando viva una noche oscura, recuerde el poder divino de los rayos
del sol, que piense más en las palabras amor, paz, felicidad, y ternura… porque
de eso es que estamos hechos, lo demás es una pesadilla que algún día tiene que
terminar.
-¿Cómo nació El fantasma
de Hiroshima?
-Estaba viendo un
programa de TV por cable sobre la guerra y la muerte en el mundo islámico, y
cómo toda esa cultura de la violencia y la muerte influye en el mundo. Esa
lucha de poder y dominio entre la civilización del Occidente y la
civilización del Oriente. Por alguna razón pensé en la masacre más cruel que
hemos vivido, que fueron los bombardeos atómicos sobre Hiroshima. Y pensé que
esa era una vergüenza en el honor de los USA, que jamás podría quitarse esa
mancha. Pues ese ataque nuclear, el primero que se ha hecho en la historia de
las guerras de la humanidad, abrió un portal de infinitas amenazas al mundo.
Esa culpa, esa responsabilidad siempre la llevará USA en sus hombros. Esa
fantasma siempre será una amenaza para todos los que habitamos en el planeta. Y
comencé a escribir la pieza sobre esta reflexión, sobre esta angustia que me
dio esa noche que vi ese programa. No pude dormir, y me puse a escribir como
loca.
-¿Por qué?
-Escribí esta obra porque
me dio un ataque de angustia, un insomnio insoportable. Vivimos en un país más
violento que Siria, aunque no lo queramos reconocer. En el momento que la
escribí, Venezuela estaba en pleito con Colombia y los ánimos estaban muy
caldeados, de hecho se había enviado a nuestros soldados a la frontera en
franca declaración de un posible enfrentamiento. Fueron los artistas vestidos
de blanco con sus canciones y llamado a la paz que enfriaron el ánimo bélico, y
justo en esos día vi el programa ese sobre la guerra y la muerte en el mundo
islámico, así que todo explosionó en mi interior, y me dio una especie de
pánico, como si esa fantasma de Hiroshima se asomara nuevamente al mundo, pensé
en mi hijo y el mundo de violencia que le hemos heredado a todos nuestros niños
y jóvenes.
-¿Cuál es su mensaje?
-No creo que haya un
mensaje, o si lo hay no lo sé. A pesar de tocar un tema muy duro, no me lo vas
a creer, pero yo escribí esta obra en una sola sentada, empecé como a las nueve
de la noche y amanecí escribiendo, la terminé a las siete de la mañana, justo
cuando el sol entra sin clemencia ni piedad a mi cuarto, y el sol me dio mucha
paz, es decir comencé en una oscuridad total, con una angustia muy grande y
terminé en un estado de quietud muy agradable. Fue una sensación, la seguí, me
dejé llevar, escribí y ya… No pensé mucho, sólo me dejé arrastrar por lo que
sentía… Si hay algún mensaje era que le quería decir a mi hijo, que el amor nos
puede salvar de todo, incluso de la violencia y de la muerte
-¿Qué viene después?
-Estoy revisando una obra
que me ha costado mucho escribir, El fiscal, y me ha costado mucho
por lo delicado del tema. Pero, esa imagen de la camioneta de Danilo Anderson
hecha cenizas, es una imagen muy perturbadora que no me da descanso. La terminé
hace dos años, y sigo corrigiéndola. Siempre salen informaciones nuevas sobre
este acontecimiento, y escribir teatro, no es escribir noticia, ni crónica;
entonces es una pieza a la que le temo, pero siento un gran compromiso con ese
suceso, me marcó, me pareció increíble lo que pasó, y más increíble que nunca
supimos en realidad quiénes son los verdaderos responsables. Es un tema muy
poderoso, pero como Yo soy Carlos Marx es una pieza de una gran carga de
energía negativa, un tema tabú, intocable en nuestra sociedad, una herida que
ya nadie quiere recordar por todo los poderes que rodean el hecho. Ya estoy
terminando la última corrección, y así quedará. También estoy escribiendo
narrativa, muy lento, me cuesta.
PREMIOS LOGRADOS
Gennys escribe con calidad y la
premian, por eso contabiliza estos galardones: Premio Actors of the World de
Dramaturgia en Londres (2010) con El fantasma de Hiroshima. Premio
Nacional de Dramaturgia Innovadora (2006) Yo soy Carlos Marx; Premio
Monte Ávila Editores de Autores Inéditos con El secreto de la felicidad (2005);
Premio Fundarte en poesía 2004, con el poemario Lunas Marginales 2004;
Premio Dramaturgia La Fiesta de Caracas con De Libertadores a
Libertados (2000); Premio de Teatro Regional de Maracay, La
cuarta noche (2002), basada en la obra El perseguidor de
Julio Cortázar, y ahora este III Premio de Dramaturgia de Rajatabla con El
fantasma de Hiroshima.
EQUIPAJE LITERARIO
Asegura tener
escritas obras teatrales como: Yo soy Carlos Marx, El secreto de la
felicidad, El Fantasma de Hiroshima, Sólo para ellas, Tócame,
El clan Butterfly, El Club de los Masturbadores, Mala Palabra, La
cuarta noche, De Libertadores a Libertados y Adorables criaturas.
Tiene dos poemarios: Lunas marginales, premiado por Fundarte, y Malas
camas. Ha comenzado a crear una novela que apenas está estructurando.
Escribe muchas crónicas, a veces dos y hasta tres diarias, y pergeña un
libro, titulado Reflexiones dispersas, sobre la cotidianidad del
venezolano.
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