Tres prototipos de venezolanos en una comedia deSonia Chocrón |
En peluquerías y confesionarios, como también en las barras de los bares
o en los saunas, no hay secretos posibles para ninguno de los cinco sentidos de
los seres humanos. Ahí en esos espacios todo se revela o se conoce. Y una
prueba de ello es la comedia Ni un pelo
de tontas, de Sonia Chocrón, la cual transcurre precisamente en un salón de
belleza, que exhibe actualmente el Teatro Urban Cuplé del CCT, bajo la profesional égida de Javier Vidal y con
las pulcras actuaciones de Marycarmen Sobrino, Michelle Taurel y Robert Chacón.
Una grata pieza en tiempo real donde sus tres personajes harán pensar y
repensar al público en lo que son cómo individualidades y también cómo
colectivo y lo que es más recomendable para hacer en circunstancias similares. ¡Hasta
moraleja tiene, sin proponérselo la autora y los equipos artístico y técnico y
la correcta producción ejecutiva a cargo de Alejandra Nali.
ÓPERA PRIMA DE SONIA CHOCRÓN
Ni un pelo de tontas,
el primer texto teatral que se le conoce a la aprestigiada escritora Sonia Chocrón
(Caracas, 1961), fue pergeñado hace diez años para la actriz Lourdes Varela y
es ahora que se le da vida en escena por la complicidad de ese trio de histriones
y la paciencia y sapiencia del director. Es una comedia de situaciones nacida
del periplo existencial de dos mujeres y un hombre atrapados en un salón de belleza,
quienes por la agudeza del texto lo convierten en un inmenso espejo cóncavo que
alude a un pais donde la violencia y la inseguridad son una constante y donde
la justicia y las fuerzas policiales son impotentes para controlar una ebullición
social donde pululan los desatinos y solo el absurdo teatral tiene respuestas o
soluciones.
La solidaridad que se
transforma en ejemplar fraternidad es
el tema de esta oportuna comedia y su premisa permite evaluar como
tres seres humanos disímiles se despojan de sus traumas, expulsan sus frustraciones
y se unen para salir ilesos de una situación que podría costarles la vida o
convertirlos en cifras rojas de las tragedias “naturales” de los fines de semana
en una gran ciudad, que bien podría ser Caracas.
AMANTE,ESPOSA Y
MALANDRO
Sonia Chocrón, poeta, novelista
y guionista de cine y telenovelas, se inventa a la estilista Margot, joven
peluquera voluptuosa y enamoradiza de hombres casados, quien atiende a su
clienta, doña Leonor, durante la última
hora del día en su salón de belleza para un corte y tinte de cabello, todo de
urgencia; pero la situación se altera brutalmente para las dos mujeres porque
un hombre (sin nombre, porque así lo quizo la autora), que es un atracador
perseguido por la policía, irrumpe en ese espacio femenino y cerrado de la
peluquería y convierte la noche en una tensa
situación de rehenes imprevista y rocambolesca que los hace confrontar -a los
tres- sus secretos, sus verdades y miserias y hasta reflexionar sobre el país
donde conviven. Margot es la amante del esposo de Doña Leonor y el atracador,
hijo de la peluquera de una barriada, resulta que no es tan duro como aparenta,
confiesa su bisexualidad y trata hasta de justificar sus actividades rateriles,
entre otras cosas.
Mientras tanto las autoridades
policiales amenazan entrar a la peluqueria y las mujeres comienzan a mediar para
impedir un torpe derramamiento de sangre. Todo esto permite que cada uno de los
personajes cuente sus cuitas y al final cuando esperan que su destino sea morir,
se dan cuenta que los dejaron solos, que los policías se aburrieron o les dio
miedo el desenlace, y sí continuarán viviendo pero ahora de manera más solidaria
y más humana. Un final abierto, un tanto del teatro del absurdo y hasta inverosímil
para la realidad que siempre ha sido más sangrienta.
ESPECTACULO BREVE
Gracias al profesionalismo
de los actores involucrados y a la precisión del director Vidal, el espectáculo
es placentero y breve, no supera los 70 minutos. Las actuaciones jugadas en la cuerda
floja de la comedia convence, especialmente Mary Carmen Sobrino, asi como el
trabajo desenfado y de mucha fuerza, pero no desprovista de gracia, que plasma
Robert Chacón, como malandro esquisito, mientra que Michelle Taurel se luce por
su personaje un tanto inocentón y con toques de perversa cuaima.
VIENE OTRA OBRA
Para
ser su primera pieza, Sonia Chocrón demuestra ya un sólido manejo de la
estructura teatral, asi como un delicado equilibrio con los textos de los personajes.
Creemos que tiene buen teatro para escribir y hacer conocer, especialmete por su
delicadeza para la construcción de los personajes. Ella nos ha declarado que es una intrusa “debido a mi absoluta
irresponsabilidad. Aunque si soy sincera, no siento que estoy metida de lleno
en el teatro, más bien asomada. Por ahora mí única experiencia teatral previa
es como espectadora. Y también como lectora. Hubo una época en mi vida en que leí
mucho teatro. La inmediatez del teatro me ha seducido siempre. Escribí una comedia porque se me solicitó que así lo
fuera. En cuanto al set, una peluquería, diré que se me impuso como si fuera el
recodo más familiar de cualquier confesionario. Ese lugar en donde ocurren
infidencias, confidencias, coincidencias. Ese espacio que por cierto se
multiplica en todas partes para que nosotras, las mujeres, pensemos que la
belleza está al alcance, y que un estilista es casi Dios. Por ahora no escribe otra
pieza teatral, porque debo tener lista primero una novela que completa la
trilogía de historias negras que inicié con Sábanas negras y con La dama oscura. Pero sorprendentemente
para mí, ya tengo una imagen en mi cabeza que es la primera escena de una
futura obra de teatro. Y su trama armada en un resquicio de mi imaginación. Lo
que falta nada más es escribirla".
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