La ambiguedad es la pauta |
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que tenía sobre el amor, basándose en la teoría y en la práctica. Despójese de todos los prejuicios de género que le
hayan inculcado y asista así a una divertida representación de la comedia musical Los amantes inconstantes, ambiciosa creación de Fernando Azpúrua a
partir del texto La doble constancia
(1723) de Pierre de Marivaux (Paris, 1688/1763), que presenta el Trasnocho
Cultural,dentro de su evento Segundo Festival de Nuevos Directores.Estamos seguro que actualizará sus conocimientos amatorios o le
quedará la espina de la duda.
Azpúrua metió mano a la historia de tres
mujeres y tres varones que hacen un juego
romántico para no aburrirse en un palacio de la Francia del siglo XVIII y los
lleva a una especie de cabaret con fantástica pasarela, del siglo XXI, donde
seis hombres (las damas cambian sus sexos, porque así lo quiso el
versionista-director ) tratan de demostrar que el amor es una fantasía que los humanos se
inventan para distraerse en sus vidas, con lo cual pretenden demostrarse
que ese sentimiento es una necedad y que no se debe tomar nunca en serio,
porque los amados son caprichosos y, además, peligrosamente inconstantes.
Así se enseña como el poder y el
dinero conspiran contra el amor tradicional, donde el sexo es otra moneda de
cambio, y todo se limita a una ceremonia de 90 minutos donde sus ambiguos personajes
-felizmente encarnados por Oswaldo
Maccio, Carlos Díaz, Javier Figuera, Juan Bautista, David Colmenares y Saúl
Mendoza- salen todos del mismo hueco y exponen, con desparpajo sus
inseguridades y sus inconstancias junto a sus nunca satisfechos deseos. Y para
que todo se tomen en fiesta, o en broma, el ritmo y los cuadros son musicales,
donde se interpretan temas como Hotel
California o Angie de Los Rolling Stones.
El director Azpúrua (está por los 25 años, no más) quiso
hacer así este desopilante espectáculo y dedicárselo la comunidad LGTBI y al
público heterosexual para que con sus respectivos y cuidadosos códigos
culturales hicieran las consabidas comparaciones y sacaran conclusiones sobre
la falsedad que está presente en las relaciones amorosas, siempre.
Véala este fin de semana, porque después no se sabe si podrá,
y emita su opinión. Lo único que advierto es que ha nacido un director de
teatro para este siglo, un director, que, como lo pedía Carlos Giménez, no es un director de tránsito, sino un autor escénico,
como debe serlo todo aquel que pretenda ser creativo, es un director de la
talla de Orlando Arocha…pero más joven y en crecimiento.Es la ley de vida y ojala haya más en esta Tierra de Gracia,tan necesitada de creadores.
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