Portada de la nueva novela del colombiano Gustavo Alvarez Gardeazábal |
Gustavo Álvarez Gardeazábal (Tulúa, 31 de octubre de 1946) desata otra vez un escándalo con lo que escribe desde
su natal Colombia. En su novela, editada por el Grupo Planeta, El resucitado niega que Jesús de Nazaret
haya muerto definitivamente crucificado, sino que antes de su martirio consumió
un brebaje con raíces y hojas de la mandrágora, las cuales lo hicieron pasar
por muerto, después revivió y siguió predicando hasta que definitivamente hizo
mutis.
Este escritor y articulista tiene millones de lectores y otros tantos
enemigos. Pero todas sus obras desaparecen de las librerías, no por la
siniestra conspiración de falsos compradores, sino por una sociedad que quiere
leerlo porque algo tiene de diferente. Para algunos estetas es “el nuevo
Vargas Vila”, y para otros, mucho más moralistas, es “El anticristo”, adjetivo
que se hizo más actual desde que publicó La misa ha terminado, en el año 2014, donde se metió hasta con el
actual papa Francisco y sus antecesores en medio de la rocambolesca saga de una
pareja de sacerdotes gays quienes contrataron a unos sicarios para que
los mataran y les evitaran así la tortura de morir a consecuencia del Sida que
habían contraído, tal como reseñó la prensa colombiana.
La Internet hizo, pues, el contacto con el ya legendario Álvarez
Gardeazábal, cuya vasta obra está referida a los temas de la violencia
colombiana, el fetichismo de la religión, la corrupción de los gamonales o
caciques y en general al conflicto social.
¿Cómo es la resurrección con
la mandrágora?
La planta de la mandrágora es tan antigua y mítica como la misma
humanidad. Se ha usado desde tiempos inmemoriales para producir muertes
aparentes. Saber usar la dosis exacta permitió que Jesús de Nazaret pareciera
como muerto en la cruz y así poder decir que resucitó al tercer día. Hay una
leyenda en el cañón de Las Garrapatas, en el norte de Cali, que habla de como
un capo de la mafia del narcotráfico, ya hace muchos años, pudo salir de la cárcel en un ataúd luego de consumir una combinación de raíces y hojas de la mandrágora.
Yo recojo las dos versiones y sobre ellas hago mi novela “El resucitado”.
¿Cuál es su balance sobre
las ventas de sus novelas ?
En un pais, como Colombia, en
donde las ediciones más elevadas no promedian más de 3.000 ejemplares
vender 24 mil como se logró con La misa ha terminado, es más que una
hazaña
¿Se vive de la
literatura en Colombia?
No creo. Para escribir una novela que se venda se requieren al menos dos
años y seis meses más para publicarla. Su precio de venta es de aproximadamente
50 mil pesos de los cuales el autor solo recibe 5 mil. Quien venda 10 mil
ejemplares, y sería excepcional, ganaría 50 millones de pesos en 18
meses, es decir un sueldo mensual de 2.800.000 que es lo que gana un taxista en
Bogotá. Y si solo vende los 3.000 de todo el mundo, apenas si recibiría
mensualmente un salario mínimo, algo así como 670 mil pesos, aproximadamente. Actualmente un dólar, la verde moneda del
imperio, como dicen los venezolanos, se cotiza en Bogotá por encima de los 3.400
pesos. Los lectores pueden usar las calculadoras de sus celulares y divertirse
con la respectiva conversión en dólares o en bolívares.
¿Ahora que hay nuevos
ejecutivos en la editorial Planeta será posible que sus novelas vengan al
mercado venezolano?
Muy probablemente que sí, Marcel Ventura está dispuesto a recuperar el
mercado venezolano de los libros por encima de las dificultades económicas que allá,
en Venezuela por supuesto, se pasan. Es
casi un reto, según me lo ha planteado
¿Cómo anda la política colombiana con esta segunda
presidencia de Santos y su triunfo virtual con las FARC para una paz negociada?
El
gobierno Santos ha invertido todo su capital mediático y sus esperanzas en la
firma de la paz en La Habana. Poco o nada le ha importado el descuido con que
maneja los asuntos del Estado. Ha contratado a casi todos los intelectuales y
periodistas de renombre para que hagan uno u otro trabajo hablando bien
de la paz, lo que ha terminado por crear un unamismo del cual nos salvamos muy
pocos y apagan las críticas. Sin oposición diferente a la de Álvaro Uribe Vélez,
quien se ha dejado arrinconar y ha perdido mucho de su empuje pidiendo la
guerra en vez de la paz negociada, Colombia se encamina a dar mandobles a sus
normas vigentes para concederle a una minoría armada que no pudo ganar la
guerra un inmenso botín teórico que puede ser tan benéfico como peligroso para
el país.
OBRAS PARA LEER
Sus obras han sido llevadas al cine, como Cóndores no entierran todos los
días, y de su novela El bazar de los idiotas hicieron una telenovela. También
se encuentran entre sus obras títulos como Piedra Pintada (1965),
El gringo del cascajero , La tara del papa, La boba y el buda (Ganadora
del Premio Ciudad de Salamanca), Dabeiba, Los míos, El Titiritero, Pepe Botellas, El divino, El
último gamonal, Los sordos ya no hablan, Manual de crítica
literaria, El prisionero de la esperanza, Entre la verdad y la
mentira, Comandante Paraíso, Las mujeres de la muerte, La
resurrección de los malditos y
La misa ha terminado (2014).
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